Si solo era una declaración política, ¿por qué se van las empresas?
El argumento de los líderes del "procés" no termina por explicar la fuga de empresas que ha empobrecido Cataluña en 2017 y 2018
El segunda semana de juicio a los líderes del «procés» ha tenido dos denominadores comunes.
En todas y cada una de las declaraciones los procesados han dicho lo mismo: nadie sabía quién pago las urnas, nadie sabe quién preparó el censo, nadie sabe quién pago a las empresas que organizaron el referéndum, nadie sabe quién lo organizó y, sobre todo, como argumento principal de defensa, la declaración de independencia era meramente opinativa, una declaración política afirman.
Las declaraciones, a día de hoy, de los políticos, enjuiciados no por su ideología, sino por los presuntos delitos cometidos en el ejercicio de su cargo, chocan frontalmente con las declaraciones previas a la celebración del referéndum y a los días anteriores a las dos declaraciones de independencia.
Por aquel entonces decían, insistentemente, sin parar: llegaremos hasta el final, nada nos detendrá, la ley debe someterse a la voluntad del pueblo, la soberanía reside en el Parlament, ninguna ley puede impedirnos votar, la autodeterminación es un derecho fundamental.
Lo dijeron tanto, tantas veces y de forma tan convincente que casi todos les creímos. Los independentistas pensaron que “aquest cop si” y los no independentistas se frotaban los ojos viendo estupefactos lo que estaba sucediendo.
Debe ser muy frustrante ser separatista de base y comprobar cómo ahora, frente al Tribunal Supremo, les cuentan que todo era un poco broma. Es una lástima que por entonces casi todo el mundo les creyera porque la convicción con la que los separatistas dijeron que llegarían hasta el final tuvo efectos económicos irreparables, que, por ejemplo, BBVA Research ha cuantificado en 25.000 puestos de trabajo en 2018.
La capacidad de convicción de los independentistas gritando, ahora sí y al cabo de un minuto también, que la independencia era irremisible, era tal que datos de la empresa Einforma afirman que además de las miles de empresas que salieron a la estampida en otoño de 2017, porque creían que Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, y Carme Forcadell, y «los Jordis«, iban en serio, durante 2018 han abandonado Catalunya un total 2.812 empresas y solo han llegado 509.
Antes creían que eran independentistas y se fueron. Ahora ya nadie les cree nada y por lo tanto no volverán
Esto deja un saldo de más de 2.300 empresas menos que han supuesto una caída de facturación de 15.000 millones de euros que explican sobradamente los 25.000 empleos perdidos de los que habla el banco vizcaíno.
Mientras Madrid ganaba en un año 1.600 empresas, Valencia casi 300 y Aragón 150, nosotros nos desangrábamos entre “aturades de país”, CDR, asaltos al Parlament y peticiones de referéndum, que al final ha resultado que eran meramente declaraciones políticas.
Tenemos un problema: las empresas en 2017 y 2018 creímos que los independentistas eran independentistas y además habían perdido el juicio e iban a llegar hasta el final, así que decidimos irnos a otros lugares que ofrecieran mayor seguridad jurídica. Ahora, en el juicio, ya nadie les cree y por lo tanto no volveremos.
Al final de 2019 otras miles de empresas se habrán ido y otros tantos miles de empleo se habrán perdido para ser un poco más pobres cada año gracias al independentismo. Amores que matan.