Señor Junqueras, adelante con la huelga a la catalana
Todos hemos escuchado hablar alguna vez de las huelgas a la japonesa, aquellas en las que los empleados aumentan la producción hasta bloquear su empresa por el exceso de stock con el que se encuentran.
Huelgas a la catalana no se conocen, hasta la fecha. Pero parece que algún personaje de la política local la tiene en mente y se va a Bruselas a amenazar con la parálisis económica a España e, indirectamente, a la Unión Europea. Oriol Junqueras ha enseñado sus cartas políticas: presión hasta el final y un cierto desasosiego porque su calendario y agenda política han entrado en riesgo con las terceras vías de los socialistas o de Unió Democràtica.
Pertenezco al grupo que piensa que los ciudadanos catalanes debemos expresar nuestra opinión de forma democrática. Pero fruto de la negociación política, del convencer más que del vencer. Si eso lleva a un referéndum o consulta equivalente no pasa nada, sólo que hay que garantizarse la escrupulosidad democrática en lo formal y las garantías máximas de respeto al resultado en lo político. Eso, de entrada. Porque estoy seguro de que si mañana se celebrase una consulta de ese tipo y el resultado mayoritario fuera un no a la independencia los postulados nacionalistas seguirían vivos y volverían a arremeter contra la voluntad popular en poco tiempo.
Pero si Junqueras quiere, que no se corte. Igual si convoca una huelga general de una semana, de esas que afectan al bolsillo de los ciudadanos, hasta ahora sólo implicados en el debate soberanista de forma colateral, podamos ver cuál es la fuerza real de sus ideas. Y quizá eso sea tan ilustrativo, o incluso más, que una consulta. Que pase de las palabras a los hechos. Veremos si lo de amenazar con parar la economía catalana y, en consecuencia la española, es un exabrupto más de los que acostumbra su formación política o es capaz de llevar a la sociedad que dice defender a la fractura definitiva. Veamos si tiene arrestos.
Por cierto, que Junqueras descuente ya a un servidor de la lista de participantes. Quizá si se hiciera para protestar contra la mediocridad generalizada de nuestro gobierno, contra la orientación ultraliberal de la sanidad y la educación, contra la corrupción en la partitocracia y a favor de la equidad y la justicia social me apuntaría. Mientras tanto, que deje de jugar con las cosas de comer y siga predicando, que se le da mucho mejor.