Seis reformas pendientes (Primera parte)

A veces pienso que algunos dirigentes nos toman por idiotas, pero sé que no lo somos. Lo podemos parecer, eso sí, pero la gente es cada vez más lista y todo el mundo más o menos sabe que a pesar de los recortes, ni en España, ni en Cataluña nadie se ha atrevido a hacer las reformas que eran necesarias.

Así que, después de seis años de crisis, nuestro sistema productivo sigue tieso como cuando empezamos. Si alguien cree que estamos saliendo de la crisis, que se lo pregunte a los voluntarios de Cáritas y sabrá que es un espejismo.

Para poder crecer, el Estado necesita reformas y reformas profundas y no maquillajes de la Señorita Pepis, como las que nos han regalado durante los últimos años nuestros gobiernos (principalmente) de Madrid. ¿Cuáles son estas reformas? Son muy fáciles de decir, pero muy difíciles de implementar, ya lo sé. Pero se tienen que hacer.

1- Primera reforma pendiente: las pensiones. El sistema de pensiones en España es deficitario y cada año que pasa lo será más. La población con empleo es de 16 millones de personas y los pensionistas son ya más de ocho millones. En 15 años (en 2030) los jubilados serán 11,7 millones, pero ¿y los ocupados? Para mantener la misma proporción deberían de ser cerca de 24 millones. Es decir, debería aumentar el empleo un 50% más. Pero España no ha tenido nunca 24 millones de ocupados…. Ni 23, ni 22, ni 21, ni 20. De hecho, nunca ha pasado de los 19 millones ni en los mejores años de la pasada década. Para que nos hagamos una idea, en los últimos 40 años sólo hemos creado cinco millones de puestos de trabajo netos. Por lo tanto, crear ocho millones de puestos de trabajo en 15 años es casi un milagro.

Pero no seamos negativos y supongamos que se crean estos puestos de trabajo. Aún nos queda un segundo factor: El importe de las pensiones. Cada vez las pensiones son más altas porque los niveles de vida de nuestros padres han sido mucho más elevados que los de nuestros abuelos. Pero en cambio, nuestros salarios y nuestro nivel de vida, como es sabido, ha sufrido un gran descenso y el camino de la recuperación y del crecimiento se prevé largo y difícil.

Un ejemplo: A un vecino mío lo prejubilaron justo al inicio de la crisis, cuando lo peor estaba por venir. Pactó unas condiciones que, en ese momento, no parecían generosas. Sin embargo, ahora, después de los recortes en el salario y en las pagas extras, se da cuenta de que sin trabajar cobra casi un 15% más que sus antiguos compañeros. Y lo que es peor, esto será así hasta que se mueran, ya que los cambios en el acceso al sistema de pensiones, cuando se jubilen, tampoco podrán mejorar.

2- Segunda reforma pendiente: el sistema financiero. A pesar de que la banca española ha sufrido cinco reformas, y cada garantizaba para siempre la estabilidad del sistema, los bancos españoles (tampoco los europeos) no hacen el trabajo que tienen que hacer, es decir, canalizar el dinero los ahorradores a los emprendedores que crean riqueza y puestos de trabajo. Que España tenga algunos de los bancos más importantes del mundo no oculta que la mayoría de su negocio está en el extranjero. La falta de crédito, el anquilosamiento de su estructura y los intereses cruzados con el gobierno del Estado (ver Un matrimonio demoníaco) hacen de España un desierto crediticio.

A pesar de esta situación, los datos nos hacen parecer (a España) como los campeones de la morosidad, por encima de los dos dígitos. La mayoría de esta morosidad viene del sector inmobiliario y de los promotores y constructores. Por tanto, a cada paso que da el sector, éste se blinda respecto al riesgo futuro mientras se lo come el riesgo que ya asumió en el pasado.

PD: La próxima semana seguiremos con el mercado de trabajo y la administración…