Seis propuestas para salir de la crisis
Catalunya necesita hacer profundas reformas en muchos sentidos para salir del pozo de la crisis, para crecer económica y socialmente y para crear empleo. Estas son las propuestas que el empresariado podría subscribir dirigidas al futuro/a Presidente/a de Catalunya:
1. Simplificar la administración y reducir la burocracia
Tenemos una administración que siempre se está cubriendo las espaldas: Pide papeles para iniciar cualquier trámite o hace inspecciones a cualquier campo de iniciativas. Y detrás de cada trámite, un gasto: o bien un funcionario o bien una emprendida inspectora (como las ITV por poner un ejemplo polémico). Propongo simplificar la inspección previa y establecer durísimas sanciones para aquellas personas que incumplan la ley, con penas de prisión si hace falta, para los cuatro gatos tramposos y liberar al 95% de ciudadanos responsables de la carga administrativa que supone cualquier trámite con la administración. Un ejemplo muy real: «El enterado» del Ayuntamiento de Barcelona en las obras de reforma en el interior de una vivienda.
2. Liberar a la empresa de los costes indirectos del mercado de trabajo
Hoy en día contratar es una losa y despedir una romería. La administración se tiene que ocupar de los parados y formarlos adecuadamente para qie se incorporen al mercado de trabajo lo más pronto posible. Si el trabajador tiene que tener una protección social, ésta tiene que correr a cargo del Estado, no de la empresa. La empresa es un agente productivo que tiene que buscar beneficios y eficiencia, si el Estado le pone trabas vendrán otros competidores que se lo llevarán por delante. Mi modelo es la flexi-seguridad de Dinamarca, que algo debe de hacer bien cuando en plena crisis tienen una tasa de paro ¡sólo del 5%!
3. Aumentar los estímulos de la búsqueda y la innovación
Innovar y emprender son dos asignaturas pendientes en nuestro país. A largo plazo, los países que más invierten en I D i son los que acaban creando riqueza y empleo. El ejemplo de Costa Rica y Corea del Sur, dos países que en los años 50 tenían la misma tasa de I D sobre el PIB (0,5%) y que después de una sólida apuesta por la innovación y de una inversión sostenida superior al 3% del PIB, han situado Corea a 2,5 veces el PIB per cápita de Costa Rica. O el caso de Israel, el país con más empresas en el índice NASDAQ y con una inversión superior al 4% del PIB en I D después de los Estados Unidos, son claros ejemplos.
4. Mejorar la formación de quienes más lo necesitan
La tasa de paro está inversamente relacionada con la formación de los parados. Si tomamos los datos de la EPA del tercer trimestre de 2012, los parados con un título de doctor eran el 5,4% de su gremio, con estudios universitarios, el 15,34%, con estudios de secundaria, el 25%, con estudios de primaria y los analfabetos (¡si, si, todavía los hay!) del 57%. Por lo tanto, con quienes hay que hacer más esfuerzo es con los que no están preparados, con los que no han estudiado, con los que no tienen ningún tipo de experiencia, es decir: con los ni-ni. Si una cosa funciona en este país es la formación. A mayor formación, mayor calificación, mayor productividad, y por lo tanto menos paro. Lo decía Solow en 1987 y por eso le dieron un Premio Nobel.
5. Reducir a la mitad el fraude y la economía sumergida
El carné por puntos y el aumento de los radares redujo a niveles nunca visto una cosa que parecía imposible: las muertes en las carreteras. Hasta entonces todo el mundo decía que era imposible llegar a los niveles de Francia o Alemania. Decían que aquí la gente eran unos locos y que no había nada que hacer. Pues bien, con el fraude nos pasa lo mismo, puesto que casi doblamos la media europea (13%) en economía sumergida (Catalunya 22%). Yo propongo una cosa muy sencilla: Escuchar a aquellos que cada día trabajan con el fraude. Un ejemplo es el sindicato de técnicos del ministerio de Hacienda (GESTHA) que se esfuerza cada año para hacer públicos los datos de fraude en España y hacen recomendaciones (que ningún gobierno aplica) sobre cómo reducir el fraude.
6. Reducir el gasto inútil del sector público
He trabajado en varias administraciones de diferentes niveles y colores políticos. Todas pecan de lo mismo: el presupuesto que no gastas, se pierde. No se ahorra. Y encima, al año siguiente se te asigna menos presupuesto que el anterior. Por lo tanto existe un incentivo perverso en gastar aunque no se necesite. Y como lo que es de todos no es de nadie ¡pues a gastar! Mi propuesta es modificar la ley presupuestaria para acabar con este malvado incentivo. Al funcionario que gasta menos de lo que tiene presupuestado se le debe premiar con más presupuesto al año siguiente, no con menos, ¡como hasta ahora!