¿Se está volviendo el independentismo violento?

Los CDR detenidos han seguido al pie de la letra la hoja de ruta diseñada por la ANC

El 5 de abril de 2014 la ANC aprobó un documento de 16 páginas que fijaba el 23 de abril de 2015 como fecha para la declaración unilateral de la independencia. Para conseguirla, era necesaria “la visualización pública de que el país entero funciona por si solo debe ser claramente percibida y concretarse con elementos como el control de las grandes infraestructuras y fronteras, puertos, aeropuertos, seguridad pública, comunicaciones, etc”.

En otro párrafo de ese mismo documento la ANC afirmaba que “la desobediencia a la soberanía es el instrumento a partir del que la Asamblea está preparando esta etapa decisiva para el proceso”. 

El diario El País informa en su edición del viernes que a los detenidos se les incautó, entre otras cosas, fotografías de torres de alta tensión eléctrica y de casas cuartel de la Guardia Civil. O sea, seguridad pública, infraestructuras y comunicaciones.

Podemos concluir que no hace falta tener un grado universitario en criminología para determinar que los detenidos y encarcelados esta semana lo que han hecho ha sido seguir al pie de la letra la hoja de ruta diseñada por la ANC para conseguir la independencia de cualquier forma y al precio que fuera.

Puede ser que ningún dirigente independentista haya sido el organizador material del comando ni el creador de la deriva violenta de estos: los ERT (Equipos de Respuesta Táctica) pero dichos ERT son su excrecencia, el resultado práctico de su sinrazón, fanatismo y total irresponsabilidad.

Desde la detención hay una campaña independentista dual en marcha, la primera la del blanqueamiento de los violentos y la segunda la enésima de criminalización a España.

Pero la pregunta fundamental es la siguiente: ¿Qué hubiera sucedido si un juez no autoriza la investigación y la Guardia Civil no hace su trabajo y como resultado el 2 o el 3 de octubre el ERT vuela una torre de alta tensión que al caer mata a alguien?

La respuesta del separatismo sería: son las cloacas del estado que quieren criminalizar al independentismo. Es lo que ya afirmaron cuando sufrimos los atentados de Las Ramblas y Cambrils en agosto del 2017.

No existe la pretendida radicalización del independentismo porque el independentismo siempre ha sido radical. No hay ningún cambio de estrategia, todo lo que quieren y como lo quieren lo han dejado siempre por escrito.

Solo cambian dos cosas: la primera es que, efectivamente, las huestes independentistas –esencialmente fruto de sus propios errores– son hoy algo menos numerosas y menos movilizadas que en años precedentes; y la segunda es que los que permanecen, inasequibles al desaliento en el independentismo, ya no usan careta alguna muestran sin complejo su verdadera faz, la que siempre han tenido.

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