Se aleja la ola azul: previsión para las legislativas en EE.UU.
El mantenimiento de la mayoría republicana en el Senado significará que la cámara alta seguirá confirmando a conservadores para puestos judiciales
Los detractores del presidente Donald Trump y el Partido Demócrata deben resignarse a que en el Senado estadounidense el Partido Republicano mantendrá e incluso ampliará su actual mayoría, que ahora es de 51 a 49.
Hay muchos senadores demócratas vulnerables a perder su escaño en estados donde ganó Donald Trump por amplia mayoría en 2016 y en los que aún mantiene una alta tasa de popularidad. Trump se ha empleado a fondo participando en múltiples actos para los candidatos republicanos al Senado.
Trump ha buscado el voto de la población rural, la más afectada por la globalización
A diferencia de los distritos electorales de los miembros de la Cámara de Representantes, para el Senado vota toda la población de un estado. Por consiguiente, Trump ha buscado el voto de la población rural y de pequeñas poblaciones – la que sufre más por la globalización, desindustrialización y avance de la tecnología.
Por consiguiente, los senadores demócratas vulnerables en Indiana (Joe Donnelly), Montana (Jon Tester), Dakota del Norte (Heidi Heitkamp), Missouri (Claire McCaskill), Florida (Bill Nelson) y Virginia Occidental (Joe Manchin) se enfrentan a contrincantes republicanos bien financiados y respaldados por la base del presidente.
Todas las encuestas sitúan a dichos Demócratas con ventajas mínimas, empates o desventaja. Además de mantener todos los mencionados seis escaños, los Demócratas tendrían que desbancar a algún senador republicano para alzarse con la mayoría en el Senado.
El desempleo estadounidense está en mínimos históricos
En Tennessee, Marsha Blackburn derrotará al ex gobernador demócrata Phil Bedresen, y los candidatos demócratas de Arizona y Nevada tampoco lo tienen fácil. En la Cámara de Representantes, sin embargo, se jubilan o no se presentan a la reelección 40 congresistas republicanos, y los expertos siempre han vaticinado que los Demócratas recuperarán escaños.
Actualmente la mayoría republicana es de 235 a 193. Solamente en dos ocasiones desde la Segunda Guerra Mundial el partido en la oposición no ha conseguido ganar escaños en la Cámara de Representantes en las legislativas del primer mandato de un presidente del otro partido.
Los vientos parecían soplar a favor de los Demócratas, que necesitan una ganancia neta de 23 escaños para recuperar la mayoría. Pero la esperada ola azul (Demócrata) es ahora altamente improbable porque el desempleo está en mínimos históricos (3,7%) y el intento de desbancar al juez conservador Neil Gorsuch para el Tribunal Supremo en octubre con acusaciones de un acoso que supuestamente sucedió hace 35 años dinamizó a las bases republicanas.
Trump ha recurrido nuevamente al chivo expiatorio de 5000 centroamericanos que amenazan con invadir EE.UU. al constatar que las encuestas mostraban que el 64% de los votantes no perciben mejora en su situación financiera después de los recortes de impuestos, que favorecieron especialmente a las empresas y los más ricos.
La irrupción a última hora de Barack Obama en mítines en distintos estados ha puesto de relieve que el Partido Demócrata carece de líderes nacionales con el carisma, prestigio y experiencia del ex presidente.
El mantenimiento de la mayoría republicana en el Senado significará en la práctica que la cámara alta seguirá confirmando a conservadores para puestos judiciales, así como a los candidatos a altos cargos ministeriales y embajadores que elija Trump.
Los Republicanos dificultan desde hace décadas el voto de la minoría afro-americana
La ratifiación de acuerdos internacionales – comerciales o de otra índole – exige normalmente una mayoría simple del Senado, pero para el renovado acuerdo comercial EEUU-México el listón es de dos tercios si no se incorpora Canadá debido al procedimiento empleado para negociar y ratificar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de 1994 que sigue en vigor.
Como en toda contienda electoral, la tasa de participación será decisiva. En EE.UU. se vota en día laborable, y los Republicanos recurren desde hace décadas a técnicas para dificultar el voto de la minoría afro-americana.
Ningún demócrata a nivel nacional e incluso estatal es capaz de movilizar a la coalición que aupó en dos ocasiones a Obama a la presidencia: jóvenes, afro-americanos, hispanos, clases medias y medias altas con estudios universitarios y afiliados a sindicatos.
Por consiguiente, es probable que los Demócratas recuperen el control de la Cámara de Representantes con un margen muy pequeño, circunstancia que impedirá que los Republicanos cuenten con una mayoría para aprobar más reducciones de impuestos, sustituir Obamacare y recortar prestaciones sociales.
Trump presumirá de haber ampliado su mayoría en el Senado y culpará al liderazgo nacional republicano del resultado en la Cámara de Representantes, cuyos miembros se presentan en circunscripciones más heterogéneas.
Dichos distritos incorporan ciudades y otras poblaciones y sus suburbios, donde residen, además de las minorías, votantes independientes y las mujeres blancas cuyo voto los Demócratas estaban seguros arrebatarían a los Republicanos.
La guerra comercial de Trump
Si se cumplen dichos pronósticos, un Trump eufórico cumplirá su amenaza de aplicar aranceles por valor de 257.000 millones de dólares sobre las exportaciones chinas que aún no están sujetas a ningún gravamen. Trump afirma que China está perdiendo la guerra comercial y que logrará un acuerdo antes de finales de año con el coloso asiático.
A la incertidumbre comercial ya existente se puede añadir la electoral si la mayoría en la Cámara de Representantes se acaba dirimiendo en un puñado de circunscripciones por márgenes muy pequeños que exigirán recuentos y propiciarán litigios.
Si así fuera, están asegurados más desplomes y altibajos en las plazas bursátiles.