¿Se acaba la crisis? ¿Una constatación o un desiderátum?
Por fortuna, en la redacción de los medios económicos hay cada vez más informaciones llamémoslas positivas. Operaciones empresariales, alguna inversión, cambios de tendencia de indicadores macroeconómicos, soluciones de conflictos laborales…
En fin, una pequeña sensación de que, viniendo de donde venimos, algo empieza a moverse en términos y con perfiles menos dramáticos que los vividos en los últimos años, casi desde finales de 2007.
Agrada que después de pintar el apocalipsis según San Pedro durante tantos años, hayamos encontrado algún motivo existencial de alegría.
Quienes conocen la economía desde dentro son también sabedores de la importancia de que el clima de opinión y las percepciones sean las mejores para que avance más rápido y más sólidamente.
La última de esas constataciones viene desde la Cámara de Comercio de Barcelona, cuyo servicio de estudios detecta que la luz que se ve al final de tunel por el que transitamos no es una luminaria de emergencia, sino un soleado paisaje que puede broncear nuestras empresas y finanzas.
Ojalá sus estimaciones sean algo más que un desiderátum y constituyan, de acuerdo con las encuestas que realizan (pedidos, previsiones de ventas, contratación…), una constatación fehaciente de que podemos comenzar a pensar en un futuro algo menos negro que hasta ahora.