Sánchez: poco margen pero suficiente
El margen de maniobra de Pedro Sánchez es escaso, pero le deja cancha para proponer ideas y reformas que se decidirán en la próxima legislatura
Que quede claro, la mayoría que apoyó a Pedro Sánchez no era de gobierno sino de temor a unas nuevas elecciones. Por si alguien no lo ha procesado, habrá que insistir.
El PNV no deseaba desquitarse del partido al que acababa de extorsionar pero pudo más el miedo a una segunda moción que igualmente hubiera acabado con Mariano Rajoy, pero con el agravante de que Cs ganaría unas elecciones inmediatas.
Mejor Rajoy que Sánchez pero mejor Sánchez que Albert Rivera.
Ante el cambio sólo se hacían ilusiones los bobos y los que pretenden seguir con la representación de títeres republicanos
En el voto favorable de los independentistas había un componente de desquite, pero no lo impulsó eso sino el mismo miedo a Rivera. Para los dos partidos que se disputan este espacio, peor Rajoy que Sánchez pero mucho peor Rivera que Rajoy.
Ante el cambio sólo se hacían ilusiones los bobos y los que pretenden seguir con la representación de títeres republicanos ante sus votantes irreductibles.
Las diferencia existen, claro. Van a ser dos y no tienen nada que ver ni con las expectativas de quienes aspiran a normalizar la situación ni con las de quienes pretenden empeorarla.
Sánchez en Cataluña
Más allá de las palabras, los signos de distensión van a ser contados y de escaso calado. No hay voluntad de Sánchez pero si la hubiera tampoco tendría margen.
De ahí el nombramiento de Josep Borrell: una gran venda (sic) antes de la herida (sic) que intentarán infligirle PP y Cs por vendepatrias.
El independentismo se queja, con razón, de que el estado le tiene agarrado por el pescuezo.
Pues bien, lo que va a suceder es que la mano que le constriñe va a apretar un poco menos. Un poco, un poquitín.
Como mucho, acercamiento de presos. Luego, si en el Supremo barruntan que Sánchez va a seguir en La Moncloa para largo, puede que suavicen la tipificación delictiva.
Pero de entrada la justicia seguirá el camino emprendido con el apoyo explícito de gobierno.
La comisión de reforma de la Constitución busca una salida que satisfaga al soberanismo sin perjuicio a otras comunidades
El segunda efecto es más prometedor pero de entrada más etéreo. Además de unas partículas de zanahoria procesal, el nuevo gobierno va a poner en marcha una comisión de estudio para reformar la Constitución.
Objetivo, encontrar una salida al conflicto que satisfaga a una parte de los votantes soberanistas sin soliviantar al resto de comunidades.
Como base, se han dado a conocer un par de documentos del máximo interés.
El primero, que ya cuenta con unos meses, está firmado por un grupo de catedráticos contrarios al derecho de autodeterminación pero no a un mejor encaje territorial.
El otro acaba de salir del horno ideológico del Círculo de Economía catalán. Con él, la organización empresarial se erige en resucitador de los extintos movimientos de las terceras vías, que se estrellaron ante la pared del PP.
También en líder avanzado, ya que sus propuestas van bastante más allá del Estatut de Maragall cepillado en Madrid.
Gobierno y pacto territorial
En términos políticos, lo que ha cambiado es la predisposición a estudiar reformas. Si el mensaje de Rajoy a los partidarios de las terceras vías era que no esperaran sacar tajada del desafío soberanista, el de Sánchez es vamos a estudiarlo, aunque sin prisas.
Sin prisas, porque el alcance de dichas reformas va a depender de la correlación de fuerzas parlamentaria de la próxima legislatura. En la presente, dure lo que dure, se tratará de hablar, de proponer, de discutir. No más.
La novedad es que la propuesta, en vez de salir del Parlament de Catalunya, se cocerá en Madrid.
Si las reformas llegan a buen puerto, los catalanes y puede que todos los españoles, tendrán que votar en referéndum
De llegar a buen puerto, no se tratará de una petición catalana sino de una oferta del estado sobre la que los catalanes, y puede que todos los españoles, deberán pronunciarse en referéndum legal.
ERC Y PDeCAT van a ser invitados a sumarse a la comisión. Si no participan por convencimiento van a tener que hacerlo por táctica, para que sean creíbles sus constantes llamamientos al dialogo sin condiciones.
That’s all folks. En cuanto al resto, tampoco dispone Pedro Sánchez de mucho más margen.
No tiene pactado ni un solo punto programático. No cuenta con mayoría de gobierno como el PP… pero dispone de un arma muy poderosa llamada BOE.
Con presupuestos y el BOE se puede gobernar. Con el BOE se puede emprender una larga y fructífera campaña electoral.