Sánchez certifica el final de la legislatura con muchas incógnitas y pocas respuestas
Sánchez puede provocar el final de la actual legislatura con una oposición que se centrará en los casos de corrupción del PP
El triunfo de Pedro Sánchez Castejón ha dado una patada al tablero político nacional. La mayor parte de las previsiones para esta legislatura ya no están vigentes. La legislatura está muerta pero no se sabe la fecha de su entierro. Ocurre, además, en un momento político especialmente complicado para el gobierno. Un calendario judicial terrorífico para Mariano Rajoy y el problema catalán en un escenario de confrontación total con amenaza de declaración unilateral de independencia.
¿Qué significa ahora el “no es no”?
En el discurso que Pedro Sánchez realizó tras su victoria hizo tres proclamas cuyo significado no es preciso.
Oposición útil. Como consecuencia de la abstención en la investidura de Mariano Rajoy, el PSOE, bajo la dirección provisional de la Gestora, encaró una oposición parlamentaria facilitada por el absentismo político de Podemos. Consiguió aprobar algunas iniciativas relevantes: la mayor subida del salario mínimo interprofesional, un decreto sobre pobreza energética, el compromiso de modificación de las leyes sobre educación y de la Reforma Laboral. Excepto las dos primeras medidas, las demás quedan atascadas en espera de la definición de esta oposición útil que ha prometido el nuevo secretario general.
El PSOE no ha considerado en ningún momento apoyar los Presupuestos Generales del estado, que en principio cuentan con votos suficientes en el trámite parlamentario si se confirma el apoyo del diputado canario Pedro Quevedo y del PNV. Con esto la legislatura no corre peligro, pero sí está amenazada de una fuerte parálisis. ¿Qué leyes caben en la oposición útil de Sánchez?
Sánchez deberá afrontar los proyectos legislativos que la gestora del PSOE ya había encarado con el PP
El Gobierno cuenta con el apoyo de Ciudadanos en los temas económicos, pero poco más. En todo lo relativo a la regeneración democrática y a las reformas políticas, Ciudadanos declara haber comprobado que las promesas y compromisos de Mariano Rajoy no se han cumplido.
El PSOE presentó una moción de reprobación contra el ministro de Justicia, el Fiscal General del Estado y el jefe de la Fiscalía anticorrupción que prosperó con todos los votos de la Cámara, a excepción del PP.
Todo esto antes del triunfo de Pedro Sánchez.
Una de las primeras medidas adoptadas por el nuevo secretario general ha sido el nombramiento de José Luis Ávalos como portavoz provisional del Grupo Parlamentario.
El nombramiento era inaplazable toda vez que Antonio Hernando presentó su dimisión la misma noche del triunfo de Sánchez. Ávalos ha sido uno de los más sólidos apoyos de Pedro Sánchez desde que presentó su dimisión. Y, además, artífice del rotundo triunfo de la candidatura de Sánchez en la Comunidad Valenciana, donde Ábalos es secretario provincial de Valencia. Su primera actuación relevante será el próximo 13 de junio como portavoz del Grupo Socialista en el debate de la moción de censura de Podemos.
Todas las fuentes consultadas confirman que la posición del PSOE en la moción de censura será la abstención frente a la invitación del partido de Pablo Iglesias a apoyarla o incluso a retirar esa moción para negociar otra con el nuevo PSOE. Devolución de la posición que tuvo Podemos en la investidura fallida de Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez radicalizará la oposición a Rajoy con el calendario relacionado con la corrupción
La cuestión catalana y el emplazamiento de Puigdemont a realizar una declaración unilateral de independencia anuncia uno de los momentos más tensos y trascendentes de los últimos años. Todos los indicios apuntan a que el PSOE se mantendrá en la defensa de la ley y se alineará sin entusiasmo con el Gobierno. Pero Pedro Sánchez tendrá que compaginar esa posición con las peticiones pendientes del PSC de definir a Cataluña como una nación.
Pedro Sánchez se comprometió en el debate con los otros dos candidatos a pedir la dimisión de Mariano Rajoy. ¿Un acto retórico o el anuncio de comenzar a tejer los hilos de una futura moción de censura, que nunca se materializaría en los próximos meses?
No hay horizonte electoral próximo salvo que la situación de estabilidad parlamentaria, o a mejor decir, de parón legislativo obligue a Mariano Rajoy a disolver el Parlamento. Teoricamente puede aguantar, incluso prorogando los Presupuestos Generales que se presentarán en cctubre.
La oportunidad de Pedro Sánchez para radicalizar la oposición al PP sin duda va a ser el calendario relacionado con la corrupción. Pero todo esto en una fase de interinidad condicionada al estar Pedro Sánchez fuera del Parlamento. Ahí entra en función José Luis Ávalos como nuevo portavoz para cambiar la imagen pactista y moderada de Antonio Hernando.
En el grupo parlamentario los diputados afines a Sánchez están en minoría. No se han estrenado con mucha delicadeza. La jueza y diputada independiente socialista, Margarita Robles, cuando no habían pasado todavía cuarenta y ocho horas de la victoria de los suyos, se personó en la comisión de Interior del Congreso, de la que es miembro no especialmente activa, para inquirir en voz alta al portavoz socialista, Antonio Trevín, en público, sobre el sentido de voto justo antes de la votación.
Los diputados afines a Susana Díaz interpretaron la actuación de Margarita Robles como propia de un comisario político, sin respeto por el trabajo de sus compañeros en un asunto en el que han trabajado durante más de un mes.
¿Un caso aislado o el anuncio de una revancha de los diputados del bando ganador?
La legislatura esá liquidada y solo queda por conocer la fecha de unas nuevas elecciones
Luego están los retos de Sánchez dentro del partido. Sin duda, el primero, la celebración del congreso que tiene que aprobar las ponencias política, económica y de organización del partido. Quedan apenas tres semanas y hay que elegir a los compromisarios y preparar la composición de la comisión ejecutiva y del comité federal. La petición de Sánchez ha sido la elección de compromisarios de consenso entre los dos bandos enfrentados, a lo que Andalucía y Aragón, de momento no se han apuntado. ¿Una nueva guerra que indicaría que la unidad no se está construyendo y que las disputas continúan?
Hasta ahora no se han producido movimientos significativos que indiquen si la reconciliación es posible y la forma en la que se pueden recolocar los perdedores. ¿Cómo van a encajar los barones en el nuevo partido de los militantes anunciado por Pedro Sánchez? ¿Son sinceras sus promesas de integración y en qué consistiría ese proceso? ¿Van a apoyar a Sánchez como ha prometido Susana Díaz?
Muchas incógnitas y pocas respuestas. Pero es verdad que han trascurrido apenas setenta y dos horas de la noche en que Pedro Sánchez brilló y Susana Díaz se marchó cabizbaja a Andalucía. Allí prepara las trincheras para resistir, con la duda si va a ser una resistencia pasiva o tendrá la tentación de empezar a promover otra revuelta.
Con todos estos mimbres, no hay consenso parlamentario posible sin contar con el PSOE de Pedro Sánchez, que se cuidará mucho de no hacer ninguna concesión o acercamiento al Gobierno. La legislatura está liquidada y solo queda por conocer la fecha de unas nuevas elecciones que serán el primer examen verdadero para Pedro Sánchez.