Recuperarse más o menos

Un signo de que la economía remonta es que lo que se discute ahora son las dimensiones y el calado de la recuperación, y no el volumen de la crisis. Es algo más bien distinto al trompeteo apocalíptico o a los rumores de corralito.

El Fondo Monetario Internacional vigila la presa como un halcón. Sí, toda advertencia es buena, pero ayer era el desahucio y hoy es la baja inflación o que los miembros de la Unión Europeo se permitan un respiro en sus reformas económicas.

La mayoría de analistas coinciden que la economía de España va mejor
respecto al año pasado y más en comparación con hace dos años. Si son avances sólidos o si requieren matices es la cuestión.

En la percepción del ciudadano español, el estado de la economía –según el reciente Barómetro del CIS– mejora, aunque es una percepción muy distinta entre quienes no tienen trabajo. Significativamente, el paro es la gran inquietud, para más de un 82% de los encuestados.

 
El ciclo político pudiera restar energía al empeño económico

En The New York Times, Hugo Dixon de la agencia Reuters dice que la recuperación española está nublada por la política. Reconoce que las reformas propiciadas por el gobierno de Mariano Rajoy dan un buen resultado, con crecimiento y una leve creación de empleo, pero el ciclo político pudiera restar energía al empeño económico.

En economía siempre hay un pero. Por ejemplo, la sesión parlamentaria mañana en la que previsiblemente una gran mayoría se opondrá a la delegación de la competencia de convocatoria de referéndums a la Generalitat que preside Artur Mas, en plena ebullición independentista. Es una nube política sobrecargada de electricidad. Con toda probabilidad, algo más que una nube política.

Después de dos años, el crecimiento reaparece en la eurozona y hoy revelan todo su sentido las políticas de rigor y austeridad de ayer. Se aleja el temor a una contracción. Para los políticos el problema es cómo encajar una política económica de rigor en el calendario electoral. Ahí están las elecciones a la eurocámara.

Y, ¿por qué no proceder ya a una reducción del IRPF? Como mínimo, ayer el ministro Montoro la anunció para las madres trabajadoras.

Puestos en el horizonte de una España sin mayoría absoluta dentro de dos años, Hugo Dixon considera que la posibilidad del largo parto de un gobierno estable en el futuro hace más categórico que ahora las reformas no cesen en profundidad. No es suficiente con confiar en el regreso de la inversión extranjera, la afluencia turística o el aumento de las exportaciones.

Devuelto al estante el Libro del apocalipsis, tampoco hay tiempo para la dilación reformista o el ablandamiento de la gestión económica. Tampoco basta con sacar el paraguas y esperar a que pase el oscuro nubarrón político