Récord de beneficios en las minas de Iberpotash
La compañía catalana Iberpotash tiene entre manos la construcción de una nueva planta de tratamiento de sal en Súria (Barcelona). Cuando la instalación entre en servicio y alcance su máximo rendimiento, se prevé que logre una producción superior a las 800.000 toneladas anuales.
Iberpotash, controlada por el grupo israelita ICL, explota yacimientos potásicos en la comarca del Bages (Barcelona), en los municipios de Súria y Sallent.
La firma se constituyó en 1998 para comprar a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), por 103 millones de euros, las empresas catalanas Súria K y Potasas del Llobregat. Éstas se fusionaron luego en Iberpotash.
Los primeros años no fueron fáciles para los israelitas, pese a que ICL es un grupo internacional dedicado por entero a la minería y conoce bien el sector. Hasta 2002, Iberpotash acumuló unas pérdidas de 85 millones.
Los directores generales se sucedieron a ritmo trepidante. Primero, la matriz envió a Roberto Hecker, quien se mantuvo hasta 2001. Luego tomó el relevo Elie Kacen. Más tarde aterrizó Robert Laybourne. Y éste fue reemplazado Joao Carrelo.
A este último le sustituyó en 2005 José Antonio Martínez del Álamo, procedente de la filial química de Industrias Aragonesas, donde ejercía de director general.
Bajo su mando, Iberpotash volvió a la senda del crecimiento y la rentabilidad. En 2012, las ventas subieron a 324 millones, con alza de un 10%. El excedente pasó de 74 a 76 millones y permitió el reparto de un dividendo de 45 millones. La empresa cuenta con un patrimonio neto de 324 millones.