Reconstruir Gaza
Gaza, el enclave costero palestino donde viven 1,8 millones de personas, fue devastada entre el 8 de julio y 26 de agosto. En el periodo 2004-2014 ya se habían producido una quincena de ataques militares israelíes contra Gaza que dejaron muerte, odio, destrucción y consiguieron que la paz se convirtiera en un proceso casi imposible.
El último asalto israelí costó la vida a más de 2.150 personas y miles de heridos, miles de viviendas destruidas, la única central eléctrica severamente dañada, y decenas de fábricas quemadas. Más de 60.000 viviendas sufrieron daños, mientras otras 20.000 fueron destruidas. Las pérdidas también alcanzaron a escuelas, hospitales, comercios, cultivos, a la actividad turística y a las infraestructuras. Las pérdidas originadas por los ataques se estiman en unos 4.400 millones de euros.
Ahora, toca de nuevo la reconstrucción de la Franja, una tarea que podría costar unos 6.000 millones y entre cinco y quince años de trabajos. En paralelo, ese proceso podría generar unos 100.000 empleos siempre que Israel mantenga su promesa de levantar su bloqueo sobre el territorio, un bloqueo que dura ya ocho años y limita severamente la actividad económica, importaciones, exportaciones, incluso la entrada de materiales de construcción. Israel prometió aliviar estas restricciones en el alto el fuego firmado recientemente en El Cairo.
Los datos que manejan las organizaciones humanitarias internacionales son un crudo ejemplo del sufrimiento colectivo a que está sometida la población civil palestina. El 75% de los ciudadanos sufren falta de “seguridad alimentaria, la mayoría de las familias numerosas sobreviven con 0,70 céntimos de dólar al día; 3.000 de los 4.000 productos que se podrían importar están prohibidos. Sólo se permite la entrada del 20% de los camiones que serían necesarios para el transporte de mercancías.
Gaza tiene la mayor tasa de densidad de población del planeta: 4.167 personas por kilómetro cuadrado. De sus 1,8 millones de habitantes, un millón son niños. La tasa media de desempleo es del 40%, del 48,3% en el caso de mujeres, y del 57,2% los jóvenes. Entre las mujeres jóvenes se eleva al 87,7%.
Establecer una estrategia para aliviar a la población y que enlace con un plan para el desarrollo sostenible, ayudará a reducir el desempleo y la pobreza. Pero, en cualquier caso, para que la reconstrucción funcione sin problemas se deben cumplir varias condiciones, en primer lugar el completo el levantamiento del asedio.
Antes de esta última guerra, los indicadores sugerían que la economía palestina estaba empeorando. El crecimiento real del PIB se redujo al 5,9% en 2012; al 2,1% en 2013 y hasta el 1% este año.
La economía palestina es insostenible porque se basa en un consumo financiado por donantes y su sector privado sufre un estancamiento permanente. La caída del apoyo de los países amigos en medio de la creciente incertidumbre política y el aumento del déficit comercial, ha creado un gran problema a las autoridades que tratan de pagar los salarios del sector público, mientras que el paro aumenta. La economía debería crecer al 6% anual sólo para absorber las nuevas incorporaciones al mercado laboral.
La dependencia económica entre Israel y Palestina es importante. Palestina importa de sus vecinos siete veces más de lo que les vende. Israel es el principal mercado de exportación palestina: representa el 86 % de sus ventas al exterior, muy por delante del segundo, Jordania, que absorbe un 5%.
Tampoco Israel se salva. Su economía se ha debilitado sobre todo por la guerra en Gaza, que afectó al consumo interno y desplomó la actividad turística, que representa el 7% del PIB. Además, sus exportaciones han caído y su moneda se ha encarecido.
En Gaza la guerra es un riesgo permanente y presente mientras la paz sea un proceso lejano y paralizado. Se espera que esta vez el alto de fuego no termine como otros intentos. Urge lanzar una ofensiva diplomática, un acuerdo político que conduzca a una solución general y permanente de la situación en su totalidad, que tenga en cuenta las aspiraciones a la libertad y dignidad de los palestinos y establecer su propio Estado.