Reaccionarios
Si en el pasado el pensamiento reaccionario se mostraba en grupos sociales que se sentían perjudicados en sus privilegios, ahora se extiende a mayores estratos de la sociedad que ven peligrar su modo de vida
Los campos de tensión que se expresan en las democracias liberales se dan entre los que creen en la fuerza del progreso como motor de la historia y los que se oponen a él. Las sociedades siempre han evolucionado así. Al impulso de los denominados progresistas se opone el impulso de los reaccionarios, creándose dos campos de fuerza que trascienden a las ideologías y dominan las mentalidades.
La novedad es que el pensamiento reaccionario ahora se confunde o se intenta confundir con el populismo o el conservadurismo. El escritor colombiano Nicolás Gómez Dávila, en su ensayo pointilliste bajo el título Escolios a un texto implícito, advierte: “El reaccionario no se vuelve conservador sino en las épocas que guardan algo digno de ser conservado”.
Si en el pasado el pensamiento reaccionario se mostraba en grupos sociales que se sentían perjudicados en sus privilegios, ahora se extiende a mayores estratos de la sociedad que ven peligrar su modo de vida. Ante la crisis económica, los avances tecnológicos, el aumento de la presión migratoria o la estabilidad internacional que se encuentra en peligro como consecuencia de la guerra en Ucrania, se activa en la mente de las personas una reacción de rechazo del futuro que se les propone.
En España, esa reacción ante el futuro es la energía que está hoy iluminando las mentalidades reaccionarias. Al margen de los partidos políticos, en la sociedad española se están instalando tres mentalidades políticas que se disputan España: los progresistas, los conservadores y los reaccionarios.
La moción de censura fallida de Vox y liderada por Ramón Tamames, no solo ha sido derrotada en el parlamento, sino también por el programa de gobierno presentado por Tamames que se posiciona en el espacio de los partidos reformistas. La estrategia de Vox de situarse, gracias a Tamames, en la senda de un partido conservador con voluntad reformadora lo aleja de su propósito de reaccionar ante todo cambio.
Nos encontramos ante un acto político, la moción de censura, donde Vox ha certificado que se aleja, el tiempo lo dirá, de la visión de Nicolás Gómez Dávila cuando exponía en sus notas: “La democracia es el sistema para el cual lo justo y lo injusto, lo racional y lo absurdo, lo humano y lo bestial, se determinan no por la naturaleza de las cosas, sino por un proceso electoral”.