Ramon Rovira: »Se ha premiado a Trump porque genera audiencia»

El periodista analiza las contradicciones de Estados Unidos en un libro en el que no esconde las críticas a un sistema que sigue penalizando a los más desfavorecidos

Las encuestas reflejan que todo está abierto. Que Donald Trump y Hillary Clinton se encuentran en una posición muy cercana, y que los 270 delegados, los necesarios para ganar las elecciones presidenciales, ninguno de los dos los tiene asegurados. Quedan cuatro días, y todo ha llegado marcado por el perfil de Trump, repudiado por los propios responsables del Partido Republicano.

Ramon Rovira (Sils, Girona, 1959), sabe de lo que habla. Fue corresponsal de TV3 en Washington entre 1996 y 2001, y ahora refleja su experiencia con un análisis del país en Gracias, Estados Unidos, (Plataforma Editorial, 2016). Su idea es clara: «Se ha premiado a Trump porque genera audiencia, y a las grandes cadenas de televisión les ha venido muy bien ese perfil, fuera totalmente de lo establecido. Han ganado audiencia con él, y le han dado minutos gratis», afirma a Economía Digital, tras un debate organizado por este medio sobre las elecciones norteamericanas.

En el libro Rovira repasa todos los ámbitos de Estados Unidos, con una idea central, y es que, pese a todo, al margen de sus grandes contradicciones, es el país «de la libertad» y de las oportunidades, aunque no sea ya el gran modelo para el resto de países democráticos. Rovira coincidió, en su etapa de corresponsal, con el último mandato de Bill Clinton, y terminó poco antes del 11S. Aquella experiencia le marcó profesionalmente, pero también de forma personal, como relata en su obra.

Experiencia personal

Rovira, ahora director de comunicación y relaciones institucionales del Banco Sabadell, relata cómo, tras su regreso a Barcelona, adoptó las prácticas anglosajonas, que se basan en el trato directo, en disimular poco, y aprovechar cada instante del día. «Te ha pillado fuerte esto de los Estados Unidos», asegura que le dijo un interlocutor, tras explicarle los objetivos de su nueva responsabilidad en TV3 desde el primer minuto en que comenzaron a comer en un restaurante. «Ya no te acuerdas de que aquí nunca somos tan directos. Primero hablamos de fútbol, de política, ponemos a parir a un par de conocidos y, con el café, dedicamos cinco minutos al tema que nos ocupa», le espetó su interlocutor.

Cárceles y negros

Lo que expone Rovira en Gracias Estados Unidos es la fuerza de un país que ha logrado trasladar su concepto de la vida a todo el planeta, y, aunque con objetivos económicos y políticos, ha sabido hacerlo a través del ocio y del espectáculo. Pero no esconde sus lacras, que se han reflejado en la campaña electoral entre Trump y Clinton, como es el racismo y los conflictos étnicos. «Entre los jóvenes, las posibilidades de que un chico negro muera abatido por la policía se multiplican por 21 respecto de uno blanco. En 2015 fallecieron 1.146 personas bajo las balas policiales, la gran mayoría negros y latinos. Esta desproporción también se refleja en las cárceles, donde de los 2,2 millones de reclusos que hay, un 40% son negros», relata.

Uno de los capítulos más brillantes de Rovira se centra en la competencia televisiva, y en el poder de las grandes cadenas de televisión, como la CBS, la ABC, o la NBC, las mismas, junto a la Fox, que han aprovechado las excentricidades de Trump para ganar audiencias y dinero por los espacios publicitarios.

La desgracia de Dan Rather

Lo que explica Rovira es el caso de Dan Rather, de la CBS. El periodista recibió unos documentos que resultaron ser falsos, y que delataban a George W. Bush. Lo que se explicaba era que había aprovechado los contactos de su padre, George Bush, también ex presidente, para esconderse en la Guardia Nacional de Texas y no ir a la guerra de Vietnam.

La cadena CBS tuvo que retractarse y Dan Rather fue marginado, y dos años después, en 2006, se acabó retirando. Según Rovira fue una lección, aunque injusta para el periodista. «De nada le valió su brillante hoja de servicios ni su impecable trayectoria profesional. Es la grandeza y la miseria del sistema norteamericano. Protege y defiende al profesional que investiga la verdad, pero castiga sin compasión la mentira o el error, aunque en este caso pudiera ser inducido».