Rajoy, Fainé y Godó, sólo una fabulación

Hace unos días, Economía Digital desveló la existencia de una sorprendente reunión. Se produjo en la Moncloa, y en ella participaron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el de La Caixa, Isidro Fainé; y el del Grupo Godó, Javier Godó. Fue una comida, que pretendía ser discreta y secreta, como otras tantas que se producen regularmente en este país.

La noticia, confirmada a desgana por la propia presidencia del Gobierno, ha sido poco analizada en Catalunya. La incomodidad de los participantes al conocerse ese encuentro fue suficiente para que los aparatos mediáticos que se disparan habitualmente ante una noticia de ese alcance y características se quedaran mudos en esta ocasión. No convenía, y punto.

Sin embargo, toda la Catalunya que manda la conoce. Y una parte importante de la España que juega en la primera división de la política y la conspiración, también.

De ahí que las interpretaciones que sobre ese encuentro se han cocinado en los últimos días hayan sido variopintas y sabrosas todas ellas. Sin embargo, y a título de fabulación pura, les narro una de las que me ha parecido más verosímil.

Procede de alguien que ha tenido la oportunidad de conocer de cerca y en las últimas horas cuáles son las opiniones de Mariano Rajoy sobre la situación política catalana. Explica que el jefe del Ejecutivo tiene un grandísimo hartazgo con los principales medios de comunicación españoles. En especial con El País, El Mundo y La Vanguardia. Considera que le han dejado de lado cuando ha aplicado las reformas que esos mismos medios habían exigido desde sus editoriales. Que han sido poco firmes en la defensa de la marca España, que hasta han exigido un rescate que Rajoy siempre ha considerado impropio… En fin, con las particularidades, salvedades y matices posibles, Rajoy opina que los medios no le han arropado cuando tenía frío, mucho frío.

En el caso del rotativo catalán, el líder conservador gallego y fumador de puros mantiene su asombro por el giro editorial que se produjo a propósito del debate independentista. Es incapaz de entender que sus amigos de siempre tomaran partido durante unos meses de forma tan clara por el soberanismo y que alentaran el nacionalismo más radical. Aunque Godó ha comenzado a virar sus naves, Rajoy no le ha perdonado aún el daño que sus portadas y editoriales le causaron en términos de opinión pública.

De ahí que Rajoy tuviera ganas de afear esa conducta al Conde de Godó. El inspirador de esta fábula me subraya otro elemento que considera nuclear: “¿Cuánto tiempo hacía que Godó no se veía con Rajoy sin la presencia de Antich?”. Tomo nota, le digo. “No, no, no… ésa es la clave”, insiste. Pues sí, es cierto, José Antich, director de La Vanguardia, es un inseparable habitual de su patrón en todos aquellos eventos y saraos diversos en los que el aristócrata editor participa. Pero no estuvo en la comida.

¿Y Fainé? ¿Qué pintaba Fainé en un encuentro que aparentemente no iba con él?, interrogo al fabulador. Es obvio, me responde, busca en la hemeroteca del diario una entrevista que le hizo Pilar Rahola al conde. Fíjate, añade, que Javier Godó confiesa que él y Fainé viajaron juntos a la Zarzuela para presentarle al Rey el proyecto de La Vanguardia en catalán. “No lo digo yo –me alerta para ganar convicción–, lo confiesa el propio Godó”.

Fainé y Godó coinciden en mucho. Por ejemplo, en el consejo de administración de la entidad financiera, en la que el editor es vicepresidente segundo. Fainé, por mor de su condición de banquero, es también un poco editor en estos tiempos en los que las grandes empresas periodísticas han sucumbido a sus financiadores por la crisis del sector.

Entonces, pregunto ingenuo, ¿no hablaron de política? “Claro, como hablan de política los editores y los banqueros con un presidente de Gobierno, ¿me sigues?”. Lo intentaré, lo confieso, pero el fabulador no quiso precisar más. O quizá ya lo había dicho todo…

TRATAMIENTO SEMANAL DE CHOQUE:
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Supositorio matinal >> Para José Manuel Entrecanales, presidente de Acciona, y para el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, al alimón. El empresario, que cobró 4,4 millones de su compañía, nueva propietaria del suministro catalán de aguas, parece tener más afición a cobrar que a pagar. ¿Por qué razón Acciona sigue sin abonar los impuestos por la operación ATLL? ¿Alguien se los ha perdonado? ¿Existe algo raro en el asunto? Y al profesor y político por no dar la cara ante este asunto que trasciende las reservas propias de una administración.

Supositorio nocturno
>> Para Xavier Pujol, consejero delegado de Ficosa. Ahora ni sus socios de Comsa Emte quieren compartir con él el proyecto de ingeniería Igneo que montaron tras la huida de Sony. Se queda sólo. Si no fuera porque de sus decisiones depende un millar de familias, muchos diríamos que era de esperar. Ojalá que no vaya a mayores, pero el futuro del grupo, sin la familia Tarragó en el consejo de administración, puede ser de auténtico chotis. Tiempo al tiempo.