Rajoy, el emprendedor fracasado

Suerte que en este país aun nos queda la fina ironía. La realidad es tan triste y los dirigentes de Gobierno tan patéticos, a un lado y otro del Ebro, que refugiarnos en el humor –y, por qué no, en el amor– debería ser la opción mas inteligente de cualquier ciudadano con un coeficiente intelectual mínimo.

Entre las ridiculeces más grandes del Presidente, Mariano Rajoy (PP), ese hombre que siempre fue segundo plato y al que nunca debieron dejar comer con cuchara, se le ha ocurrido lanzar, con más de un año de retraso, la tan vitoreada (por algunos aún más ineptos que él) Ley del Emprededor. Detallemos alguna de las curiosas ideas que emana de esta norma.

El nuevo régimen de IVA con criterio de caja. Es decir, para el Gobierno es normal que un emprendedor cobre más tarde de los plazos marcados –algo habitual en las instituciones públicas y grandes empresas– y lo legisla. ¿Quizás debería ser más duro con lo público y lo privado y obligar a pagar cuando toca? Por cierto, pocos emprendedores que conozco participan en concursos públicos o trabajan para grandes empresas. En general, cobran por anticipado. La norma con crédito reducido debería ir por este camino.

La ley también incluye un mecanismo para favorecer la segunda oportunidad que permitirá a las empresas con un balance inferior a los cinco millones de euros acudir a una vía extrajudicial de negociación. Este mecanismo permitirá a los empresarios obtener una quita en la deuda de hasta el 25% y una moratoria de pago de hasta tres años. Vamos a ver, señor Presidente, si la Ley Concursal da quitas de más del 50% y más de cinco años, ¿para qué acogerme a quitas menores?

Otra perla: los emprendedores no tendrán que responder con su vivienda habitual –con un límite de 300.000 euros– de las deudas derivadas de su actividad empresarial, excepto ante Tesorería General de la Seguridad Social y Hacienda. Excepciones que priman de nuevo lo público delante de lo privado. Un Gobierno más cercano al comunismo protector del sector público que al liberalismo necesario para afrontar una crisis.

Desde mi punto de vista, lo mejor de esta norma es fomentar la pluriactividad. Por segunda actividad, se reducen a la mitad las cuotas de autónomos que se pagan a la Seguridad Social. Es decir, aquel emprendedor que apuesta todo de cero tiene la competencia, por ejemplo, de un funcionario, que tiene un sueldo que lo protege y, ahora, tendrá un gasto mensual un 50% más económico. Es decir, más competencia desleal.

Rajoy, Montoro, Sáenz de Santamaría y De Guindos, ser emprendedor no significa conocer la vía de salida si sale mal; las novedades de la ley están pensadas para afrontar un fracaso. El gran reto es abrir mecanismos para que la entrada de personas a esta actividad sea más sencilla.

Ya que no salen a la calle, lean un par de cosas claras:

  • Primero, cuotas de autónomos –para todos—reducidas, en base a los mínimos que se aplican en otros países de la Unión Europea. Mínimos quiere decir cantidades de 20-30 euros al mes que permitan hasta a los chicos de 16-18 años que se dedican a dar clases de repaso pagar sus autónomos. A más ingresos, más cuota.                                    
  • Segunda, y última, para que lo tengan fácil; reducción drástica de las cuotas de Tesorería General de la Seguridad Social. Trabajar, cada vez es menos un derecho y no podemos crujir al empresario que arriesga su patrimonio con cuotas de siglos pasados que sirven para pagar una estructura de Estado desfasada. Quien tiene una empresa, sabe que un único sueldo de 1.000 euros netos equivalen a más de 2.000 euros en bruto. Aquí entran el porcentaje de pagas, los seguros sociales, la cuota de autónomos, etc. Ni es lógico para el trabajador ni es lógico para el empresario.

Estos dos puntos son básicos para hacer una norma del emprendedor de mínimos. El resto, son historias realizadas por acomplejados que lo máximo de emprender que saben ha sido ver el programa Gran Hermano (o cualquier otro reality nocturno). Éste es el problema del país. Gobierna allí y, aquí, gente que en su vida ha tenido un problema, y lo peor, nunca ha gestionado una necesidad sin ayuda externa.

Son unos mandados, unos tipos incapaces de tomar decisiones por si mismos. Seamos serios, qué sabrán de emprender el Presidente Rajoy y sus ministros. A este paso, que sigan aprobando sus estúpidas leyes. Y que emprendan ellos.