Rahola, Esteban, ¿Adónde vamos? ¿De dónde venimos?

Pensaba escribir sobre Pilar Rahola como el paradigma de Belén Esteban en Catalunya. Es decir, alguien que vive sólo de lo que dice y nunca de lo que hace. Si en un medio castizo avergonzaría escribir de forma educada sobre la Esteban, en un medio catalán debería suceder lo mismo con la Rahola. Por suerte, aquí no manda Josep Cuní. No tenemos deidades más allá del esfuerzo. Nada que ver con la familia, la parentela o con quién te tiras o tiraste. Por suerte, algunos catalanes pensamos más allá de esas fantasías oníricas nocturnas.

Cuando una causa tiene como médicos de cabecera a una verdulera y a un delirante hombre oscuro sin pasado –hoy no cito a Artur Mas— es que algo va mal. La prueba quizá más evidente son las carcajadas que se le escapan al ministro del Interior francés, Manuel Valls, cuando le preguntan sobre el independentismo catalán. Pero algunos periodistas del sistema rozan el esperpento. Buscan interpretaciones sobre la sentencia de La Haya, y para variar el inefable Francesc Homs –espero que algún conocido suyo me diga qué hace de provecho más allá de vivir de lo público toda su vida— anuncia grandes cambios en 2014.

La Esteban se hizo famosa por un polvo. La Rahola no merece una línea más. Aquí muchos no saben de dónde venimos, y mucho menos adonde vamos. Oriol Junqueras pacta una pregunta, y dice que entrará en el Govern, luego su segunda –esa chica de pelo rizado con gafitas— advierte de que quizá es mejor estar en la oposición. La CUP reniega, y el de la bici –me olvido con facilidad de los nombres, aunque lleven toda la vida en política—, además de comer en buenos restaurantes, desconocemos si piensa en algo que no sea chupi guay.

Cuatro que pactan un día y a las pocas horas no saben ni por qué se han puesto de acuerdo.

Conclusión: Esteban, vente pa Catalunya, al menos sabes de dónde has salido y qué quieres en la vida. Aquí tenemos perdido al personal. No tienes estudios, eres un poquito zafia, hasta vulgarcilla tal vez, pero al menos dices las cosas sin tapujos y de forma directa. Aquí algunos de los sobradamente preparados son ininteligibles tanto en voz, como en acto, como en contacto. Seguramente tienen un problema de origen. Cuando uno sabe sus orígenes habla sin miedo y sin circunloquios. Cuando uno tiene que reafirmarlos segundo a segundo, minuto a minuto, es que seguramente su baja autoestima le obliga a prostituir pensamiento y origen.

No. No teman no seré yo quien critique cualquier pensamiento diferente al mío. Como he escrito alguna vez, varios parientes no saben hablar castellano, pero no por eso se consideran mejores o peores. Asumen su cultura diferente, respetan el resto, y son la mar de felices. Seguramente, aquellos que tanto reclaman no tienen claros sus orígenes y deben inventarse la historia o las sentencias para sentirse satisfechos.

Haría bien la Esteban siendo catalana. Aunque fuera de un polvo al menos todos saben de dónde viene. Pero ¿Pilar Rahola? ¿Quién es? Recuerdo aquella que dijo a un guardia “no sabe con quién está hablando”. Triste, tan “popu” e ignorada. Estoy seguro de que el guardia si conocía a Belén.