¿Qué tal Homosexual?

Pues, hombre, no me va mal. La leche ha vuelto a subir, me han robado el instrumental y (me han dicho) 
están en huelga los obreros del metal. ¡Ah! y hemos ganado el partido. 
Como ves, no me va mal”. Esto para los más avezados o más veteranos lectores era una de las letras del grupo gallego Siniestro Total allá por los años 80. Reconozco que desde Abu Dhabi, donde escribo, me ha tocado insistir diversas veces para encontrar la letra. Digamos que hay “busquedas bloqueadas” en los servidores de acceso a internet por la autoridad de los Emiratos, y se prohíbe su acceso.

En España es una letra irónica. Entre otras cosas ya saben que en España todos decimos tener amigos homosexuales –sobre todo los políticos– como si fueran una especie extraña. Sin embargo, aquí está prohibido y penado. Yo que paso por alguien liberal la verdad me importa bien poco con quién se acuesta cada uno de los lectores/as de mi columna. A estas alturas de mi vida sólo me preocupo de con quién me acuesto yo.

Dicho lo cual desde la profunda diferencia con aquellos que pretenden meterse en nuestras camas y nuestros hogares, reconozco que al menos tienen las cosas claras. Luego nos gustaran o no, pero lo dicen. Nosotros con aquella frase que hunde cualquier democracia de “lo politicamente correcto”, en version Pujol “ahora no toca”, o en versión clásica “la puta y la Ramoneta” sólo hacemos que meternos en las camas de otros/as. Si yo dijera aquí ¿Qué tal President Mas?, seguro que algunos nacidos sin humor pensarían que me meto en los campos de la virilidad del Presidente (ya saben aquellos que dicen que tienen amigos homosexuales después creen que son menos machos que ellos). Demasiado Barrio Sésamo y poco Village People en su adolescencia.

No entienden algunos que a “algunos” nos importa bien poco con quién se acueste Mas, o con quién tenga sueños oníricos. Simplemente queremos un Presidente que presida, no que ignore si sube la leche, si me han robado el instrumental o si de pequeño me iba más Village People o Barrio Sésamo. La democracia no es votar cuando me de la gana por intereses oscuros. La democracia no es martirizarse en un cargo. La democracia es seguir unas normas, y si no gustan democráticamente cambiarlas. Algunos hablan de democracia cuando hablan de imposición.

A mi no me gusta no poder ver una canción como ¿Qué tal homosexual? en un país. Creo que es un intromisión en la intimidad más allá de cualquier legislación. Tampoco me gusta que alguien al que pago como el President gobierne a golpe de “tomas de calle”, tire dinero público pagando actos particulares, o experimente su ineptitud profesional en la política. Ya dije en su momento que a Carme Forcadell le faltaba viajar para entender la sarta de tonterías que dice por minuto. A Mas le falta viajar por libre, no a costa del erario público que eso lo hace mucho con su mujer, para entender, hablar, ver, escuchar qué pasa por el mundo.

Somos unos afortunados los que vivimos en Catalunya. Tenemos un país envidia de muchos. Tenemos libertades, podemos hablar de homosexuales o del sexo de los ángeles. Podemos ir a cualquier país del mundo y nos dan preferencia en el paso. Nos respetan. Lo hemos ganado con 80 años de tranquilidad, para algunos 30 años, me da igual. En la Catalunya tan “libre de 1713” reto a Mas o al alguacil Homs a preguntarse qué pasaría con un homosexual…

Siempre he escrito que soy, dentro de la legalidad, un potencial defensor de la independencia de Catalunya, de la Vall d’Aran o si quieren de Cornellà. Lo que no me vale, ni me siento identificado es con aquellos, como los mediocres líderes actuales, que no actúan con un criterio unificador, sino con un criterio a su medida. Inventan la historia e inventan las leyendas para seguir estando al mando. Y en mi país real eso no debería ser admisible.

¿Qué tal President Mas? “Pues, President, a mi no me va mal. La vida ha subido, su sede está embargada, su secretario encausado, el paro está como nunca y (me han dicho) que en TV3 están de huelgas continuadas. ¡Ah! pero hemos ganado el partido (¡perdón ni eso!). Como ve, President Mas, no me va mal”. … pues eso President Mas a mi no me va mal. ¿Y a usted?