¿Qué significa en concreto decadencia de Cataluña?

El presidente de la Generalitat prefiere firmar los presupuestos con la CUP -pese a tener un cheque en blanco del PSC y Comuns- a sabiendas de que implicará la pérdida de hasta más de 10.000 nuevos puestos de trabajo

El Presidente de la Generalitat (ERC) y su consejero de economía (Junts per Catalunya) han reafirmado su apuesta por aprobar las cuentas públicas catalanas con el apoyo de la CUP a pesar de que el PSC y los Comunes (Podemos) han ofrecido su apoyo libre de cargas.

La perseverancia de ERC en su alianza con los antisistema de la CUP va más allá de la política declarativa, se ha acompañado de gestos concretos que todos ellos llevan implícitos costes en forma de menos empleo, menos inversión y, en consecuencia, más empobrecimiento colectivo e individual de Cataluña y los catalanes.

La decadencia catalana, término que se ha puesto de moda, no es una cuestión filosófica, ajena a la cotidianidad, es algo muy tangible que nos afecta a todos, tanto dentro de Cataluña como al resto del país por el peso, menguante, de la economía catalana en España.

Cuando hablamos de decadencia ¿En que se concreta y que efectos tiene? Veamos dos ejemplos: esta semana, que ahora finaliza, se celebró en Madrid una reunión para reivindicar la aceleración de las obras del Corredor Mediterráneo. La reunión la lideró Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios y principal empresario vinculado al puerto de Valencia, competidor directo del Port de Barcelona.

En la reunión estaba presente el presidente de la Generalitat….¡Valenciana! Ximo Puig apoyando la reivindicación de sus empresarios pero no acudió el presidente de la otra Generalitat, la catalana. Aragonés cree que España le es algo ajeno y no está para mezclarse con valencianos, murcianos y andaluces, el supremacismo tiene coste. Valencia es el segundo cliente interregional de Cataluña, con el 16,7% de los intercambios solo por detrás de Aragón y por delante de Madrid y Andalucía.

No ocuparse de la conexión férrea para facilitar la relación comercial entre catalanes y valencianos es un ejemplo de la decadencia que podemos cuantificar en inversiones de menos, transacciones que se dejarán de hacer y empresas que no facturarán. Aragonés es feliz en su aldea de Astérix, cerrado dentro de su mundo solo que sin la simpatía entrañable de los habitantes de la aldea gala… y con menos ganas de viajar.

El segundo ejemplo de decadencia, o lo que es lo mismo de política al servicio de la independencia a coste del futuro de la gente es el anuncio del Gobierno catalán para agradar a la CUP de abandonar el proyecto de Hard Rock en Vilaseca (Salou). Recordemos algunos datos: la propia Generalitat vendió mediante el INCASOL el solar a Hard Rock por un valor de 120 Millones de €. Ahora que el mismo que vendió el terreno no da permiso para ejecutarlo a la Generalitat, o sea, a Vd. y a mí, nos caerá una demanda de tomo y lomo que pagaremos Vd. y yo, no Pere Aragonés ni Eulalia Reguant ni Jaume Giró.

Los cupaires no quieren que los indios Seminola, dueños de Hard Rock, inviertan en Tarragona por capitalistas y especuladores y, en consecuencia, les pagarán previa sentencia judicial un pastizal. La inversión global de Hard Rock a la que Aragonés da carpetazo con tal de que Eulàlia Reguant, la prima catalana de Greta Thunberg, vote sus presupuestos es de 2.000 Millones de €.

El actual President de la Generalitat, Pere Aragonès durante el acto que ERC celebró en Barcelona para conmemorar el 90 aniversario de la proclamación de la «república catalana» en una «federación ibérica». EFE/ Quique García

Ese dinero era, entre otras cosas, para construir un espacio para conciertos con capacidad para 15.000 personas que llenarían hoteles y otros servicios, 75 tiendas de lujo y según los datos que había proporcionado la propia Generalitat catalana el proyecto creaba 11.500 empleos con un impacto económico de 1300 millones de €. En resumen el voto de la CUP es a costa del trabajo de 11.500 personas.

¿Qué es decadencia? Despreciar el Corredor Mediterráneo y arrodillarse frente a la Greta Thunberg catalana, de apellido Reguant, y sacrificar servilmente el empleo y las expectativas de futuro de 11.500 personas a cambio de mantener la Presidencia de la Generalitat. Lo de esta semana no es excepción ni casualidad, es lo habitual. En Cataluña no hemos tocado fondo ni estamos cerca de llegar a él.

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