Que sigan cantando
Noticias frescas. La inversión en Cataluña desde el 2011 es de 14.532 millones de euros. Esto significa el 31% del total del Estado. El liderazgo es absoluto si se tiene en cuenta la ocupación y la cantidad de proyectos conseguidos: 38.385 puestos de trabajo, un 34% del total español; y 607 proyectos, el 37% del total del Estado. Estas cifras son aportada según las fuentes de FDI Markets que elabora el Financial Times, que difieren como siempre de los datos oficiales del Ministerio de Economía; la credibilidad del cual está bajo tierra, como se ve, no sólo por la increíble ocultación del déficit fiscal sino también por el maquillaje sobre el principal causante del déficit público.
Acostumbrados a las prácticas de ocultismo propias de los regímenes autoritarios que aquí nunca se han abandonado, tergiversan cifras, manipulan estadísticas, afinan resultados como la Fiscalía, para que los números cubran el discurso prefabricado de la oligarquía en el poder. El ministerio no tiene en cuenta ni los préstamos de las matrices a sus filiales en nuestra casa, ni las operaciones de reinversión en beneficios que son vías frecuentes de materializar una nueva inversión.
Otros «chapuzas» del ministerio son no diferenciar las nuevas inversiones, las reinversiones y las participaciones accionariales, según destacaba en la presentación del informe la directora general de Industria.
Los datos acumulados en el anterior quinquenio eran similares en Cataluña, un poco inferiores: 13.000 millones de euros (2006-2010), pero superiores al resto del Estado. Esto quiere decir que el peso de Cataluña ha pasado del 23% al 31%. Las cifras, una vez más, desmienten los discursos apocalípticos sobre Cataluña y su proceso de emancipación. De hecho, son más bien muestras desesperadas del horizonte real que le espera a una España que se niega a cambiar.
Y este informe se hace público pocos días antes de que el Estado reconozca en Bruselas lo que ya hace más de cinco años se ha denunciado por parte de los economistas soberanistas: la caja de reserva de las pensiones quedará vacía a mediados del 2017. ¡Ole tú! Ahora bien, la españolidad de Cataluña ha quedado preservada gracias a la sentencia del Tribunal Constitucional que obligará el Estado a continuar subvencionando abundantemente las corridas de toros que se obligarán a hacer. Y la seguridad jurídica de España puesta en evidencia cuando en el mismo día la justicia se quiere enjuiciar a una presidenta por haber permitido un debate y rechazan la imputación de un ministro que ha prevaricado utilizando tendenciosamente los aparatos del Estado.
Pero volvamos al tema de las nuevas inversiones. Lo que sí que ha aumentado notablemente es el número de nuevos proyectos en Cataluña, porque al ser cada vez más tecnológicos, corresponden a empresas más pequeñas pero de mayor valor añadido. Y lideran la lista los líderes: EE.UU. con 112, Alemania con 104, Francia 73, Reino Unido 52, Japón 42, Suiza 33, Países Bajos 29, Italia 21, China 11, Hong Kong 10 y el resto del mundo 114. Y Cataluña capta el 51% del total de inversión en el Estado procedente de la región Asia-Pacífico.
Me he entretenido, entonces, en cruzar los datos del volumen de la inversión en función del país de origen y teniendo presente los millones de euros o bien el número de proyectos, para deducir la importancia relativa. Y salen en cabecera: Alemania, Suiza, Hong Kong, Francia y Países Bajos (si se tiene presente el peso relativo de la inversión en euros en relación al PIB de país inversor); o bien Suiza, Países Bajos, Hong Kong, Alemania y Francia (si se tiene en cuenta el peso relativo por número de proyectos sobre PIB). Toda una declaración de principios, incontestable. Y que sigan cantando. Que también podría ser «ladran, luego cabalgamos».