Que ser valiente no salga tan caro
…que ser cobarde no valga la pena, canta Joaquín Sabina en Luna de miel. Ojalá fuera así.
El 23 de abril, Societat Civil Catalana hizo su puesta de largo en el Teatro Victoria y fue tal el éxito de la convocatoria que mucha gente no pudo entrar. Pese a esto, no fue posible contratar a ningún actor o periodista conocido para presentar el acto porque con todos los que se contactó contestaban lo mismo: que les parecía una excelente iniciativa pero que si lo hacían, no volverían a trabajar aquí. Dejar de ingresar dinero por tu trabajo es un precio demasiado caro, sin duda.
Sin embargo, parece que la cobardía sigue valiendo la pena para muchos. Sería imposible resumir la cantidad de improperios y descalificaciones ha recibido Societat Civil Catalana y, mucho peor aun, las calumnias que se han vertido. Para mí, la mentira es la peor de las cobardías y, desgraciadamente, por estos lares, se miente sin parar sin que esto tenga coste alguno.
Así, sin pensar demasiado, se me vienen a la cabeza varios de los embustes que trufan el argumentario del Proceso: el famoso límite del 4% alemán que no existe; el déficit fiscal de 16.000 millones euros y el miserable España nos roba; la delirante visión de la historia según la cual Catalunya era un país independiente hasta que en 1714 perdió su libertad; el falso dictamen de La Haya y, finalmente, las disparatadas cifras de la Diada de 2012 que Carles Enric se encargó de desmontar desde este mismo medio y la cadena humana de 2013, como desmienten categóricamente desde Contrastant.
Sí, ya sé que todos mienten en cuanto al número de asistentes a las manifestaciones y eso, aunque está mal, no suele tener mayores consecuencias. El problema es que, en este caso, la manipulación sirve para justificar el proceso secesionista puesto en marcha por CiU. Y que no salgan con eso de que “no se trata de independencia sino de consultar al pueblo” porque no pretenden preguntar por aspectos sobre los que sí tienen competencias como son la privatización de la sanidad o la elección de lenguas en las escuelas sino sobre la secesión.
Por si no tuviéramos bastante con estas mentiras, ahora ya tenemos mentiras anunciadas con meses de antelación como los dos millones de la V de la ANC. Para empezar, si calculamos tres personas por metro cuadrado nos da un millón y medio pero hay que tener en cuenta todo el mobiliario urbano y que esa cifra hace casi imposible la movilidad. Para llegar a los dos millones debería haber cuatro personas por metro cuadrado. ¿Ustedes creen que caben? Yo, desde luego, no.
Además de eso, la ciudad de Barcelona, que es donde va a tener lugar la manifestación, tiene alrededor de un millón setecientos mil de habitantes. Si tenemos en cuenta que la suma de los votantes de CiU, ERC, ICV y CUP fue de 467.259 en las autonómicas de 2012, pongamos por caso que se manifiestan medio millón de barceloneses. ¿Cuál es el plan de viabilidad para que puedan desplazarse el millón y medio restante? Los autobuses suelen tener entre 50 y 60 plazas y los nuevos trenes de los FFCC. ¿Cuántos se necesitan para tantísimas personas? ¿Tienen ya trazado el dispositivo para los que se desplacen en coche? En caso afirmativo, me gustaría que se hiciera público.
Pese a las evidencias empíricas de que no es posible reunir esa cantidad de personas en ese espacio, no tengo ninguna duda de que en la próxima Diada dirán que la participación ha sido superior a esos dos millones previstos. Total, mentir sale muy barato, ya lo hemos visto.
Mientras tanto, formar parte de Societat Civil Catalana, seguirá saliendo muy caro porque equivale a ponerte en la diana para que te disparen sus venenosos dardos los partidarios de la secesión. Y sé de lo que hablo porque ya hemos visto en acción algunas de las más aguerridas plumas de nuestra Comunidad Autónoma. Algunos lo han hecho con un poco más de disimulo pero Marta Alòs, exdiputada, exregidora del Ayuntamiento de Lérida y Presidenta del Consejo Nacional de CiU ha hablado directamente de “enemigos”. De hecho, ha publicado un artículo titulado El enemigo en casa. Cito alguna de sus perlas: “Gente, hay que denunciarlo bien alto y claro, “botiflera” que, bajo una máscara de democracia, intenta obstaculizar procesos escrupulosamente democráticos”.
No me extraña que nadie quisiera presentar el acto de Societat Civil Catalana porque para significarte contra el separatismo en Cataluña, tomando las palabras de Mercé Rodoreda, tienes que volverte de corcho porque si no, no es posible atravesar un puente tan alto y tan largo como este. Aun así, seguiremos porque, a pesar de todo, ser valiente merece la pena.