Qué más da el colapso de la Seguridad Social si la recaudación sigue subiendo
Reunirse con un funcionario de la agencia tributaria en España es actualmente más difícil que tener una aparición de la Virgen de Fátima
Un país camina hacia la tercer mundialización cuando su administración empieza a no ser fiable a nivel de las estadísticas que ofrece y cuando sus servicios colapsan. Desde esta perspectiva, España, que ha destrozado el Centro de Investigaciones Sociológicas y ha modificado criterios clave del Instituto Nacional de Estadística, camina, con paso firme, hacia la cola de las naciones no solventes del mundo.
A la relatividad estadística se une el shock de diversos servicios de la administración, los más graves son la saturación de la administración de justicia, las listas de espera de la sanidad, las oficinas de renovación del DNI, NIE y pasaporte y el colapso de la Seguridad Social.
Un país de la UE en el que las citas para ser atendido en una oficina de la Seguridad Social se revenden en el mercado negro está a medio camino entre república bananera y república soviética. Un lugar donde la gente se gana la vida haciendo la cola para vender un número no es un país serio.
Las citas para ser atendido en una oficina de la Seguridad Social se revenden en el mercado negro
Desde 2019 el 55% del crecimiento del mercado laboral se ha materializado en el sector público, por primera vez en la historia hay más de 3,5 millones de trabajadores públicos, pero en 10 años la plantilla de la Seguridad Social se ha reducido casi un 30% pasando de 36.000 a 26.000 personas. ¿A qué se dedican la gente que contrata la administración? ¿De qué trabajan si faltan médicos, jueces, funcionarios de la Seguridad Social, enfermeras y policías?
Al parecer la misión de un funcionario no es atender a los ciudadanos, dado que muchos tienen unas condiciones de teletrabajo inviables. La Seguridad Social reconoce que, en 2022 dejo de atender más de 4 millones de llamadas, los juicios en algunos partidos judiciales se señalan en materia civil a más de 12 meses vista y conseguir una cita previa en cualquier servicio de la administración del Estado se ha convertido en una quimera.
A la caída de plantilla se ha sumado el crecimiento de usuarios que demandan servicios de la Seguridad social y el incremento del tipo de prestaciones que la administración ofrece: rentas vitales y pagas diversas solo al alcance de gente con paciencia infinita para tramitarlas.
Los gobernantes ofrecen todo tipo de dádivas para ganar votos, pero luego son inaccesibles. Los gobiernos aprietan a las empresas privadas, les amenazan con infinidad de sanciones, reforman las normas laborales para evitar contratos temporales en las empresas privadas, pero, en cambio, la administración pública, que también es empresaria, tiene una tasa de temporalidad del 30% ¡El doble de la del sector privado!
La administración sin cita previa no te da ni los buenos días
Además, el gobierno aprieta a los bancos para que atiendan personalmente a sus clientes, pero la administración sin cita previa no te da ni los buenos días. Reunirse con un funcionario de la agencia tributaria en España es actualmente más difícil que tener una aparición de la Virgen de Fátima. Garzón, el ministro, no el exjuez, legisla sobre la atención telefónica de las empresas y a la vez el gobierno deja en espera a millones de personas.
Acceder a una pensión se ha convertido en un trámite que se dilata en el tiempo, hasta 300 días para percibir una pensión no contributiva y más de 160 para empezar a cobrar una pensión de invalidez. En este segundo caso, al colapso de la Seguridad Social se suma el colapso del sistema sanitario.
El eslogan del gobierno dice: No es magia, son tus impuestos. Debería ser substituido por: No es magia, es un desastre. Pero que más le da al ministro Escrivá, mientras la recaudación siga subiendo, lo demás no importa.