Hace pocos días se han presentado los presupuestos. Son unos presupuestos cuya mejor virtud es la unanimidad que han recibido. Es digna de elogio: todo el mundo está en contra. Ni tanto sólo Zapatero había conseguido esta unanimidad.
Incluso el mismo Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha declarado que no le gustan nada. El Financial Times los califica de desconcertantes y cuestiona su capacidad de desempeño. Los mercados de capitales (la bolsa) castigan al Ibex35 con una espectacular bajada del 4%.Los inversores institucionales que habían confiado en España y en su deuda pública, ahora huyen de ella, la prima de riesgo aumenta a su nivel más alto desde diciembre de 2011, cosa que ha anulado la inyección de liquidez de más de 500.000 millones de euros del Banco Central Europeo.
Los sindicatos están en pie de guerra (y todavía lo estarán más) porque este año recibirán un 33% menos de dinero. Los recursos destinados para la formación de parados se reducen un 21%, con lo cual difícilmente podemos ir a un modelo como Dinamarca u Holanda en el que el Estado se hace responsable del parado y lo forma y prepara para que vuelva al mercado de trabajo lo antes posible.
Pero a pesar de la cantidad de sectores en contra, lo peor de estos presupuestos no es que tengan recortes (los tienen que tener porque sino aumentaría el déficit. Lo peor es que no apuestan por el país. No hay ningún plan. No hay ningún rumbo. No existe ninguna apuesta clara por ningún sector productivo que empiece a crear ocupación y saque al país fuera de la crisis.
¿En qué apostaría yo? Pues en aquello que la experiencia demuestra que crea crecimiento y, a la larga, ocupación: en ciencia, es decir, en I D I. Los países con más renta per cápita son los que invierten más en investigación. Es el caso de de Alemania, Estados Unidos, Suecia, Finlandia, etc… todos ellos invierten entre un 2,5% y un 3,5% de su PIB en investigación. ¿Cuánto invierte España? Pues un 1,38%. Y esto tomando el mejor año de inversión pública. El cuadro adjunto lo deja muy claro, España invierte por debajo del que invierten países de renta per cápita similar.
Hay mucho ruido alrededor de la investigación y el desarrollo. Se hacen muchas declaraciones y todo el mundo dice que la priorizará (como la anterior ministra Garmendia que prometía unos presupuestos mejores para el 2012), pero después se acaba recortando más que la sanidad o las pensiones. Así, desde el 2009, año tras año, el gasto en investigación y desarrollo ha ido en declive, hasta los presupuestos actuales, en que se ha recortado cerca de un 25%.
A escala internacional, las 1.400 empresas que más han invertido en investigación durante la crisis han creado un 3% de ocupación. Casi lo mismo que las 25 compañías españolas que más invierten en I D (2,7%). Son casos reales como el de Indra o del Santander que tendrían que hacernos reflexionar de qué es lo que hay que priorizar.
España tiene que escoger entre las dos C’s. Es decir entre dos modelos de crecimiento: el de Costa Rica y el de Corea del Sur. Hace 40 años los dos países invertían un 0,5% de su PIB en I D. Pero mientras Costa Rica encara hoy mantiene este porcentaje, Corea del Sur lo ha ido incrementando hasta lograr una cuota superior al 3%. Marcas como LG, Samsung o Hyundai que compiten de tú a tú con Apple, Sony o Nissan no son fruto de ninguna «casualidad», sino de la «causalidad». Son fruto de una clara apuesta por la innovación, la búsqueda y la tecnología.
Una apuesta que ni nuestro gobierno, ni nuestro sistema financiero, ni la mayoría de nuestras empresas, parecen dispuestas a hacer.