¡Qué difícil es ser rico en Catalunya!

Rico, rentista, persona de gran fortuna, acaudalado, millonario, forrado, pudiente, opulento, capitalista, acomodado, potentado y… cliente de los mejores fiscalistas de la ciudad. Bueno, de los presuntos mejores, porque los especialistas en derecho tributario de los bufetes con mayor renombre se esconden debajo de las piedras en las últimas semanas.

Cuatrecasas, por ejemplo. No sólo minuta alguno de los casos a los que la justicia ha metido mano, sino que el propio dueño y presidente de la empresa ha sido cazado por Hacienda y por la Fiscalía de Delitos Económicos.

Ser rico en Catalunya se ha puesto difícil. Salvo, claro está, que los acaudalados hayan desarrollado una ejemplar relación con la Agencia Tributaria (AEAT). De ser así no debieran tener problema. Si han cometido alguna pequeña triquiñuela para ahorrarse unos miles de euros de impuestos en los últimos cuatro años, pueden darse por fastidiados. Y en ese miedo está la mayoría. La única cuestión a dilucidar es si la pequeña maldad se resuelve con una declaración complementaria o puede dar pie a la intervención de la justicia, que además del pago comporta la pena ante la opinión pública para una clase social discreta por definición.

La familia Carulla y Emili Cuatrecasas son ejemplos de ricos catalanes a los que la justicia intenta sacarles el dinero, después de haberles sacado los colores. Pero no son los únicos. Messi, el sacrosanto jugador, la estrella, el mesías de los culés, ha sido llamado a capítulo. Pagará y tendrá una pequeña vergüenza que vivir, la pena de Telediario. Su currículum ya no estará inmaculado y repleto sólo de botas de oro.

Los últimos han sido Liliana Godia, su marido, Manuel Torreblanca, y su primo Javier Amat. Una fiscal se ha querellado contra ellos por 14 delitos tributarios y, una juez, ha apreciado indicios suficiente de delitos para imputarlos en un tiempo récord. La querella contiene datos exhaustivos del matrimonio, relativos a sus intereses en España y en Suiza, y les atribuye una supuesta defraudación de 5,7 millones de euros entre IRPF, impuesto de sociedades, IVA e impuesto de patrimonio.

Liliana y Manel son los típicos ricos despreocupados. El arte, la buena vida, viajar, ser reconocidos y ladear los problemas son sus preocupaciones y su mayor especialidad. Se hacen llamar empresarios, pero son rentistas. Viven de cortar el cupón, de sacarle lustre al patrimonio, una importante herencia atesorada en el pasado por el patriarca y malogrado Paco Godia que engordamos en el presente cada vez que pagamos un peaje. Han hecho alguna cosa como gente de negocios, pero no todas han salido bien. Por ejemplo, en el sector de la seguridad. Tampoco les fueron bien los negocios con los Sanahuja. Lo suyo es la renta y la especulación. Ahora cobrarán el 25% de la venta del hotel W de Barcelona (algo menos cuando se descuente la hipoteca) y así van sumando y siguiendo. Les gustan los negocios recurrentes, como las aguas. Por eso son socios de Acciona y, en consecuencia, nuevos propietarios de ATLL, el agua catalana, para entenderos.

Las autopistas no fallan de momento y con un buen pellizco en el bolsillo es fácil que cada año la bolsa se llene más (y genere más impuestos). El arte, además de la continuación de la afición del padre de Liliana, es una buena coartada para estar en la primera línea del mundo de la jet-set barcelonesa.

Lo que les imputa la fiscal y ahora la juez es la chapuza más grande que se ha visto entre patrimonios de ese nivel. Desconozco si existe algún otro rico que haga lo mismo más o menos, pero lo que hacían Godia y Torreblanca, con independencia de cuál sea el coste judicial que tendrá para ellos, era una muestra de dejadez mayúscula en el management.

Me dicen que sus abogados, los que les llevaban los temas fiscales, son de Cuatrecasas. Si es así, lo mejor que pueden hacer es pedirles que paguen ellos el quebranto que han contribuido a generar. Una empresa a modo de cuenta corriente para cada cónyuge, racaneando las imputaciones de rentas en especies para pagar menos IRPF, desgravarse IVA que no podían (por ejemplo de un apartamento adquirido en Baqueira para uso familiar), ahorrarse parte o todo el impuesto de patrimonio… demasiado vulgar para ser cierto.

Si como se les acusa se han ahorrado 5,7 millones, lo justo es que lo paguen y que además hagan frente a las sanciones, recargos y multas que les correspondan, con toda la fuerza de la ley. Hace dos años presenté mi declaración de la renta fuera de plazo. Al final, la broma me costó dinero. Torreblanca, sin embargo, no ha presentado su declaración desde 2007 hasta hoy, el periodo investigado. “No es sujeto tributario para Hacienda” dice la fiscal en su querella. Es más, no tiene ninguna cuenta bancaria a su nombre en España. Hacienda no le conoce.

Increíble que el empresario de Valls haya conseguido zafarse de que Isidro Fainé, su socio en Abertis, no le haya abierto una cuenta en La Caixa. Soy de su generación y ya en el colegio, con una hucha y una libreta de color verde, nos hicieron a todos clientes. Pues no, todo se movía a través de una sociedad. ¡Alucinante!

Los afectados, me refiero al matrimonio y no a los españoles que les hemos sufragado esa presunta defraudación, están enrabiados. Pensaban comenzar sus vacaciones el 18 de julio y la juez los ha citado a declarar el día 23. Además, será difícil que puedan eludir trabajar codo con codo con un equipo de abogados para minimizar los daños que se avecinan. Así que el descanso estival, las Baleares, el barco y otros placeres de rico tendrán que esperar este año.

Ver lo que sufren algunos ricos con estas cosas me lleva a pensar que mejor que sigamos siendo pobres. Hay estatus que son demasiado difíciles de mantener. Y el de rico catalán es uno de ellos. No les tengan envidia, en serio.

TRATAMIENTO SEMANAL DE CHOQUE:
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Supositorio matinal >> Josep Maria Xercavins, pequeño accionista y antiguo gestor de Metrópolis (la inmobiliaria de los ricos catalanes), ya no tiene funciones ejecutivas en la compañía. En el último consejo de administración ya no se aprobó la renovación del contrato que el directivo tenía con la empresa.

Sólo le queda en ese negocio Metroinvest, una especie de filial en la que participan también un grupo de clientes vip de La Caixa, a los que la entidad animó a invertir en activos inmobiliarios de alto nivel y fuera de España, sobre todo. Además del gestor de Metroinvest, Xercavins es uno de los relaciones públicas más activos de la ciudad. No hay boda, fiesta, celebración, evento, foro o equivalente en el que participe la alta sociedad barcelonesa que se le resista.

Supositorio nocturno >> Para Jordi Cornet, el delegado del Gobierno en El Consorci de la Zona Franca, un siempre sospechoso organismo público que se gestiona con criterios privados. Por allí pasaron Enrique Lacalle (PP) y Manel Royes (PSC) y, no se sabe muy bien por qué razón, han conservado privilegios y prebendas incluso después de abandonar el cargo. Como si fuera un enchufe vitalicio para viejas glorias, en tiempo de crisis como la actual El Consorci no ha tenido una sola iniciativa original.

Cornet es un político/hombre de negocios sospechoso para mucha gente de esta ciudad. Pero con independencia de eso, que ya aflorará si existe, no parece que sea un gestor ni afortunado ni especialmente brillante. Pero bueno él no parece concernido. Ahí sigue, y lo que te rondaré morena.

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