Qatar, pasión por los grandes almacenes

La pasión qatarí por los grandes almacenes llegó a España después de operaciones similares en el Harrods de Londres y los Campos Elíseos parisinos. Ahora invierten mil millones en El Corte Inglés, uno de los mayores grupos del sector de Europa, a través del príncipe de Qatar Hamad Al Thani, uno de los grandes inversores en Europa.

Desde tiempos remotos los zocos –también llamados bazares—han existido en las ciudades árabes como lugar de encuentro para las caravanas que viajaban por todo el territorio comerciando y concluyendo negocios. De hecho, probablemente fueron los precursores de los actuales mercados o centros comerciales.

Es muy conocido el interés de los inversores árabes por las compras de inmuebles, hoteles de renombre y grandes superficies. Dichos fondos, que tradicionalmente en Europa habían invertido en bonos y en títulos de renta variable global, han cambiado de estrategia.

Los bajos tipos de interés actuales les están empujando a diversificar sus inversiones por diferentes regiones de todo el mundo. A día de hoy, los fondos soberanos invierten en propiedades inmobiliarias, pero también en grandes proyectos de infraestructura, ingeniería, tecnología y empresas dirigidas al consumidor. Europa ofrece la diversificación, la aceptación cultural, alta liquidez y la transparencia del mercado.

Hay que tener en cuenta que de los seis billones de dólares que suman los fondos en todo el mundo (el 9% del PIB mundial), 2,2 millones proceden de Oriente Próximo.

Los fondos de Qatar, que han invertido 4,2 mil millones de euros en el sector comercial de ciudades como Londres, París o Milán, demuestran su habitual capacidad para desplegar grandes sumas de dinero, pero ahora también se deciden por las operaciones adecuadas, lejos de los caprichos de otras épocas.

La gran mayoría de estos inversores son  jugadores a largo plazo en busca de productos y  activos de altos ingresos, no oportunistas en busca ganancias inmediatas. La inversión en El Corte Inglés se añade a otras en sectores como el inmobiliario, el hotelero o el deportivo.

Este crecimiento puede provocar temor en ciertos sectores, al relacionarlo con un supuesto interés en aumentar su influencia en España (un instrumento de política exterior utilizado durante mucho tiempo por Qatar).

En cualquier caso, estos inversores buscan ciudades o países en base a su potencial de crecimiento sólido y su estatus de centro económico y financiero, sea a nivel regional o global. También tienen en cuenta que la estabilidad del entorno político y la transparencia de su sistema legal.

La apuesta por El Corte Inglés cumple con estos requisitos y, con toda seguridad, no se quedará aquí. Especialmente en una de las asignaturas pendientes de la cadena, la internacionalización. A pesar de que el grupo ha puesto el ojo recientemente en América Latina, no hay que descartar que, de la mano de Qatar, inicie su expansión en regiones como Oriente Medio y África, donde el sector del comercio minorista crece rápidamente.  

Un dato a tener en cuenta: en la zona del Golfo Pérsico el comercio minorista facturará 221 millones de dólares en 2015, con una previsión de crecimiento del 7,3% hasta 2018, cuando esta cifra alcanzaría los 284,5 millones de dólares.

Más allá de ruidos o polémicas y pendientes de conocer la letra pequeña, desde un punto de vista económico, el acuerdo entre Qatar y el Corte Inglés parece un win-win para ambos.