Problemas reales y Luis Garicano

Hace unos días me explicaron la historia de una cría, de apenas 20 años, con un linfoma cancerígeno. Ahora está siendo tratada con quimioterapia. Parece que mejora. En menor grado, y perdón pero mi límite está en la muerte, existe el caso de otro crío, también joven, que sufre esquizofrenia. Sólo el esfuerzo, el tesón y la constancia en el tratamiento por parte de su madre, alivian sus crisis. En la vida, uno ha tenido la suerte de conocer gente muy interesante –bueno, no toda– y reflexiona sobre los verdaderos problemas. Los problemas reales de la gente.

Seguí hace unos días la presentación de la primera parte del programa económico de Ciudadanos. Más de uno me asocia a ese partido político (ya saben: errar está siempre en el pensamiento humano). Me ha parecido justo reflexionar y aportar mi granito de arena. Para que nadie dude, creo que Luis Garicano es un magnífico profesor de universidad, en este caso Londres, tanto como Andreu Mas-Collell. Ya saben, un grande en Berkeley y Harvard pero un fracasado en la fangosa política catalana. 

Curiosamente en tiempos pretéritos, allá por principios de los 90, tuve la fortuna de estudiar un erasmus cerca del London School of Economics (LSE). Unas calles más al norte, en el University College of London (UCL). Allí, además de asignaturas más cercanas al S.XXI, como análisis de imágenes satélite, aproveché para estudiar geografía económica. La verdad, si con una el cambio era brutal con la Universidad de Barcelona, la economía del país era otro mundo. Confieso que me sorprendió que no sólo en la tecnología estuviéramos a años luz de Londres sino también en la interpretación del mundo económico.

Por eso me ha sorprendido una supuesta frase de Luis Garicano tras el acto de Madrid: «Quienes pensaban que íbamos a presentar un programa ultra liberal se han llevado un buen chasco». Pues la verdad yo debo haber sido uno de esos. Me ha quedado claro que la absoluta prioridad de Ciudadanos no es atajar los problemas, sino conseguir votos. Ya saben, quedarse en lo políticamente correcto aunque no ofrezcas soluciones reales. Viven como la mayoría de políticos en un mundo no real, en su burbuja.

Para algunos el gran error de la economía del S. XX ha sido creer que los estados deben mantenerse exclusivamente de los impuestos directos. No les voy a marear con cifras de IVA o recaudaciones especiales, sino con algo más simple. Les voy a dar unos números para que puedan reflexionar.

¿Saben cuánto representaban los ingresos de cotizaciones de la Seguridad Social en España en 1995? Unos 41.000 millones de euros. 20 años más tarde unos 110.000 millones, es decir un 165% más. ¿Saben en el mismo periodo cuántos trabajadores activos hay cotizando? Pues sólo un 33% más. O sea, ha aumentado el número de trabajadores «sólo» un 33% pero su cotización ha supuesto un 165% más. Hemos pasado de 3.000 euros por cotizante a casi 7.000 euros en 20 años para el Estado.

Pero no pensemos que el Estado sólo tiene el fin de recaudar más para perpetuarse. No pensemos que el Estado recauda no para los ciudadanos sino para mantener su propia estructura. ¡No seamos malvados, va! Por ejemplo, quizás algunos sepan qué es la partida de «Activos Financieros». En resumen, algo así como comprar deuda del Estado cuando nadie la quiera comprar. Pues bien, esa partida ha pasado de apenas 135 millones en 1995, a más de 12.000 en su culmen en el 2014. Vamos un 9.000% más. El Estado ha chupado la sangre no para mantener a quien siempre lo mantiene, sino a quien siempre ha vivido de él. Y perdón Luis Garicano, eso sí que son problemas reales.

A mi, la verdad, me sorprende el desconocimiento, más allá, de las cifras estadísticas. Por ejemplo, cuando Luis habla de las empresas en concurso. Transcribo el documento de Ciudadanos: «Las empresas hasta ahora lo han tenido mas fácil. La Ley Concursal de 2003 y otras normas intentaron que las empresas endeudadas alcanzaran acuerdos extrajudiciales con sus acreedores para reducir sus deudas y evitar la liquidación. El éxito ha sido limitado pero en los casos en los que no se alcanzaba un acuerdo y se llegaba a la liquidación, la sociedad se acababa disolviendo y desaparecían sus deudas».

Imagino que Luis Garicano desconoce que las empresas, en general, son personas y sus responsables, los administradores, son ejecutados civilmente en un concurso. No hace mucho, el Colegio de Economistas avisaba que se debía dar una solución. Hace menos todavía, el Tribunal Supremo alargaba el plazo para perseguir a los administradores de empresas. Ya no se extinguía la responsabilidad en el período en concurso. Como decía algún abogado, «esto agrava aún más la situación de los administradores de sociedades porque se prolonga eternamente su responsabilidad; es muy grave». Mientras Luis sigue diciendo que los concursos son geniales para empresas. Alucinante su desconocimiento. Supongo que nunca ha tenido una y piensa que el dinero mana del cielo.

Pero aún hay más. ¿Y el complemento de rentas? Si esos 10.000 millones previstos para regalar se dedicaran a dejar a lo mínimo, 10-20 euros al mes, las cuotas de autónomos, los verdaderos motores del país, otro gallo cantaría. Además, para más inri, aun sobraría dinero. En un caso, la inversión sería tonta, perdón, y en otro se trataría de una inversión inteligente. Es decir, un dinero dedicado al gasto y al consumo y otro simplemente a sobrevivir. Y un Estado no debe pagar a la gente por sobrevivir, sino debe poner mecanismos para que vivan. Cosa bien diferente. Y eso uno lo ve en la calle, no en el despacho de una universidad.

Los problemas reales se ven cuando uno habla con la gente normal. Cuando uno pasea por la calle y escucha lo que dicen. Cuando uno no vive en un estanque de Universidad o solo en las televisiones. Los problemas reales son aquellos que algunos padecen y otros viven.Algunos maximizan lo de otros, sin darse cuenta que las nimiedades de la vida no se superan desde un púlpito. Ese gran fallo lo ha tenido el PP y su nefasta política económica, más pensada en sobrevivir su sistema que en generar un sistema de futuro. Lo siento Garicano y Ciudadanos, pero lo suyo es más de lo mismo.

Pero para que vean que todo no es negativo, hay que reconocer que el fango se mueve, aunque lentamente y con conceptos menos impúdicos y vergonzantes, como la supuesta nueva casta de Podemos o cualquier populismo televisivo. Hace mucho tiempo comenté que Ciudadanos debía abandonar, poco a poco, la bandera del discurso solo anti-independentista. Igual que unos maman sólo de eso, no se puede ilusionar sólo contra eso. Aquí al menos han empezado a ver que hay que trabajar más la economía que las banderas. Hay que trabajar un discurso de futuro.

Para mi gusto, el de un simple opinador, erróneo en muchos apartados, desconocedor de la realidad, pero positivo en su decisión, este país necesita un cambio, un gran cambio. No un cambio de cromos, sino un cambio de estructuras. Lamentablemente de momento algunos sólo ofrecen formulas para conseguir votos. Ya saben como acuño Pujol «lo políticamente correcto». Luis Garicano no hay que ser ultra liberal como indica, simplemente hay que pasear por la calle y ver los problemas reales de la gente. Pasear por un juzgado, un mercado, un colegio, una comedor social, un hospital, y hasta por una universidad. Simplemente eso.