Primera y última oportunidad
Decía la canción de Julio Iglesias: «unos que nacen, otros morirán, unos que ríen, otros llorarán…».
En las elecciones de este domingo la situación personal de cada candidato es muy distinta: para Rajoy, gobierne o no, son sus últimas elecciones generales. Para Sánchez, quede como quede, parece que también. En cambio, para Rivera e Iglesias habrá segunda oportunidad.
Quizás sea esta la razón de los nervios del debate del pasado lunes en la Academia de TV, que, por cierto, si hubiera estado en manos de Chicho Ibáñez Serrador habría sido más moderna y actual que la imagen y realización que nos ofrecieron.
En esta campaña Iglesias ha aprendido a hacer campaña y Rivera, que ya sabía, ha interiorizado que, en realidad, su examen, a diferencia del de Rajoy y Sánchez, no es el domingo, sino a partir del lunes cuando tenga que empezar a ser el albacea de millones de confianzas prestadas.
El líder de Ciudadanos tendrá que dar con la tecla, entre la fagotización de Nick Clegg en manos de Cameron hace cinco años y la inmadurez de no asumir responsabilidad alguna para no despeinarse que hasta ahora ha venido mostrando la CUP.
Para Iglesias también el tiempo post electoral será clave. El vacío de poder previsible en el PSOE le dejará margen para consolidarse pero… a diferencia de Rivera al que hemos visto durante años el Parlamento de Cataluña en una posición institucional impecable, a Iglesias la foto en la tribuna del congreso le desgastará, sus votantes no quieren una reforma, sino una ruptura.
La campaña, que llega a sus últimas 48 horas tras casi dos años de campaña (pese a que las europeas fueron en primavera de 2014, y desde entonces hemos tenido 4 elecciones), nos deja otra cuestión relevante: la irrelevancia de Cataluña en la campaña. Campo Vidal se desgañitaba para que Rajoy y Sánchez hablaran de Cataluña pero ellos seguían en su lanzamiento de martillo.
La poca presencia del tema independentista en la campaña es la señal más clara de que el globo se deshincha. Los ‘indepes’, además, se lo ponen fácil: Duran puso de manifiesto la inconsistencia y frivolidad de Homs como candidato en el debate en Can Cuní.
Homs, en los micrófonos de la Terribas, ¿ha pedido a los cupaires el voto para sí? No…. para ERC; y a la vez, Tardà, ese troglopolítico que hace de extraña pareja con Rufián, ha llamado perdedores a los de la CUP. ¿Qué más podemos pedir? Mas nos lo ha puesto en bandeja. Ha dicho: si no gana su lista, el procés queda tocado. Pues ala, a hacerle caso y a votar lo que sea excepto a su candidato.