Presuponer
La plana mayor de los partidos conservadores europeos ha venido a Madrid a apoyar a Rajoy. Por lo menos, de cara a la galería. La Santa Alianza siempre ha tenido un sentimiento de protectorado sobre la España incorregible en sus vicios endémicos. El nivel de indigencia intelectual de sus élites ya conviene a la Europa del poder. Así siempre tienen un área clientelar cautiva, de reserva de mano de obra y, al mismo tiempo, una zona tampón de seguridad mediterránea, aunque sea haciendo la vista gorda a una democracia de muy baja calidad.
Merkel y sus correligionarios siempre hacen la vista gorda ante España. Es un enfermo demasiado grande. La Comisión Europea no ha podido esconder pero su enojo ante el previsible incumplimiento del objetivo del déficit para 2015 y 2016. Rajoy ha ignorado la advertencia de Bruselas. El desfase que se sitúa en torno a los 10.000 millones de euros es poco más de lo que el Ejecutivo de Rajoy ha autorizado al ministro Morenés, vinculado a la industria militar, a saltarse por los aires. Ahora, la consecuencia cuando se quieran hacer cuadrar los números ya la conocemos. Política de tierra quemada en Cataluña, Valencia y Baleares. Y continuidad a las políticas privatizadoras.
La Comisión ya está mosca de los años anteriores, cuando en 2012 Rajoy pactó un agujero del 6,3%, que acabó siendo del 10,6%. En 2013, pactó el 6,5% y se quedó en el 7,1%. 2014 ha sido el único año donde han cuadrado las promesas con la realidad.
Aunque España es de los pocos Estados que está creciendo, sólo lo ha hecho a través de la austeridad y de la exportación. Sin mejorar en productividad interna no hay salida del sector exterior, por lo que hay un claro riesgo de incumplimiento de déficit si no apostamos por crecer dentro.
Orientar a los ayuntamientos y a las comunidades autónomas a subir o crear impuestos es una falacia. Primero, porque sistemáticamente el Gobierno de Madrid recurre cualquier iniciativa que dé autogobierno financiero a entes subestatales. Segundo, porque casi no hay margen en un Estado donde la mayor parte de los ingresos se van al Estado central mientras los gastos sociales se han centrifugado a autonomías y ayuntamientos.
La deuda pública volvió a subir en agosto fiscal hasta el 97,4% del PIB. En este sentido en 2016 habrá que pagar 33.490 millones de euros de intereses; esto será la tercera mayor partida de los PGE. Una partida superior a las destinadas a desempleo, sanidad o educación.
Bruselas, una vez más desde lejos, continúa recomendando recortes y más reformas laborales, pero no se le ocurre reclamar la refundación del Estado de pies a cabeza. Porque es lo que falla.
Mientras, a los grandes bancos, a la oligarquía y a la troika les interesa mantener la narración de color de rosa como acreedores que son.
Pero, ¿quién quiere saber qué es España?
1. Crecimiento masivo en pobreza: La desigualdad y la pobreza han llegado a niveles sin precedentes. Uno de cada cuatro trabajadores españoles es pobre, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo. El número de personas que ganan menos del 60% del salario medio aumentó en cuatro puntos porcentuales entre 2000 y 2014; del 18% al 22,2%.
2. La Población se desactiva y se instala la precariedad: El desempleo puede haber caído en los últimos cuatro años del 26,5% a 22%, pero la población activa está disminuyendo a un ritmo mucho más rápido que la creación de empleo, señala Cáritas. El porcentaje de trabajo a tiempo parcial en España creció de 12% en 2008 al 17,4% en el cuarto trimestre de 2014.
3. Un país sin jóvenes: La mayoría de los nuevos empleos creados no son para los jóvenes. La mayoría de las empresas que están contratando prefieren contratar trabajadores con amplia experiencia. Según la OCDE, el salario medio mensual de los jóvenes trabajadores españoles se redujo de 1.210 euros en 2008 a 890 euros en 2013 -una caída del 35% en términos reales-.
4. Una década para lanzar y con malos cimientos: El nivel real de la producción registrada en 2014, después de la llamada ‘recuperación’, era todavía un 5% inferior al de 2008. La formación bruta de capital, como proporción del PIB, se ha reducido 14 puntos porcentuales desde el año 2007; los fondos para la investigación, desarrollo e innovación se redujeron de 321,90 euros por habitante en 2009 a 279,30 euros en 2013.
La Santa Alianza reunida en Madrid quizás habrá servido para que Rajoy vuelva a ganar las elecciones. A saber si no es un regalo envenenado para que España se hunda definitivamente.