Preferiría no hacerlo

Rajoy aplica el "preferiría no hacerlo" de Bartleby y el escribiente a todas sus decisiones, desde la amnistía fiscal, a Bankia o a la subida del IVA cultural

La concepción política de Rajoy es similar, aunque en el sentido contrario, a la del peculiar copista de la conmovedora narración de Herman Melville Bartleby el escribiente, que decide no escribir amparándose en su famoso latiguillo “preferiría no hacerlo“. Avanzar por la vida sin hacer nada, a caballo de la negación que le otorga prestigio y distinción. Pero, a diferencia del extraño Bartleby que, tras su invocación, no hace nada y se sienta a esperar, Rajoy y su gobierno invocan la inacción para actuar sobre la base de que es algo inevitable y a su pesar lo que guía su acción de gobierno.

En su caso, “preferiría no hacerlo“ implica dar sentido a abrazar la lógica de las razones de estado o la realpolitick, amparados por toda suerte de contrariedades, como es la profunda crisis económica. Veamos algunos ejemplos: “prefería no hacerlo” pero hemos tenido que aceptar una regularización, a través de una amnistía fiscal, para conseguir más dinero para las arcas públicas; “prefería no hacerlo” pero debemos aplicar la ley a todos aquellos que quieren cambiar la naturaleza del estado español.

Rajoy aplica el «preferiría no hacerlo» a todas sus decisiones, no hay nada en positivo

La ley obliga y sólo a ella debemos responder; “prefería no hacerlo” pero es preciso rescatar Bankia y las cajas para evitar ser intervenidos por la Unión Europea; “prefería no hacerlo” pero es preciso subir el IVA de la cultura porque lo exige Europa. La lista sería interminable. Ninguna actuación parece ser resultado del deseo por llevar una iniciativa concreta sino como consecuencia de primar la responsabilidad a las convicciones y asumir acciones a pesar de su voluntad.

Esta concepción política es la culminación de la política dominada por la contingencia, trazada por ésta y justificada en su nombre. Es ella la que resuelve el modelo económico, social y territorial de España.

Tras dejar mudo al catalanismo moderado, Rajoy cree que hay que dejar ciego a los que proponen otra relación con España

La sensación de vacío y la falta de respuesta ante el conflicto de Cataluña con España se acercan a la idea radical del cineasta Walter Ruttmann, cuando en 1930 propuso que, del mismo modo que existían películas mudas, deberían rodarse también películas ciegas. Así pues ahora, tras dejar mudo al catalanismo moderado, al que no se concede nada, hay que dejar ciego, sin espacio, aquellos que desde España proponen una relación distinta entre Cataluña y España.

La conferencia del Presidente de la Generalitat en el Teatro Nacional de Cataluña, con su mensaje cojo, atrapado entre las garantías exigidas por la CUP, permite al gobierno de Rajoy mantener su divisa “prefería no hacerlo” para actuar contra el referéndum del 1 de octubre. Para una parte de política española y desde el Gobierno español, el manuscrito, ley del Referéndum de autodeterminación, redactado por el Gobierno catalán debería ser conducido al estado de Vermont, donde se alza la biblioteca Brautingan, en la que yacen los libros rechazados por los editores. Eso sí, exclamando en voz alta “prefería no hacerlo”.

 

 

 

 

 

 

 

 

Director de la Fundación Romea para las Artes escénicas.
Fèlix Riera
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