PP: caras nuevas, ideas viejas y tiempo
La renovación del PP y la elección de su próximo líder obligan al partido a darse tiempo, sin cambiar su ideario tradicional
Ya que no está en condiciones e modernizar su ideario, el PP necesita caras nuevas y tiempo. Caras nuevas para dejar atrás la ciénaga de la corrupción. Tiempo para la purga, como los caracoles.
Al parecer, Mariano Rajoy es el único de su equipo que ha calibrado con exactitud la necesidad de renovación. Los que iban con él, deberían eclipsarse tras él so pena de chapotear en el marasmo en vez de dejarlo atrás.
El detonante de la caída del PP fue la sentencia del caso Gürtel
Es muy duro verse expulsado del poder al poco tiempo de relamerse de placer por la aprobación de los presupuestos. El giro de la política española ha sido brusco e inesperado. Sin embargo, Rajoy ha reaccionado con presteza y sensatez. Su tiempo ha pasado. También el de los suyos.
La bienvenida al gobierno de Pedro Sánchez ha resultado casi unánime. España se ha quitado un peso de encima. El detonante fue la sentencia del caso Gürtel, pero la clave fue de lo más rocambolesca. Rajoy no saltó tanto por la corrupción como por el miedo a Ciudadanos.
El factor Rivera
Entrevistado en Rac1, Carles Puigdemont reconoció que había hablado telefónicamente con Pablo Iglesias sobre la moción instrumental que preparaban si Sánchez fracasaba en su intento.
En cuyo caso, elecciones y victoria de C’s. Por eso Sánchez se pudo abstener de pactar con los independentistas y el PNV, que le dieron el voto a cambio de nada. Sólo para ahuyentar su miedo a Ciudadanos.
Hay que reconocer a Pablo Iglesias que puso el interés de la izquierda por encima del de su partido. Podemos va a sufrir de lo lindo, como anuncian los primeros sondeos. Ya pueden olvidarse del famoso sorpasso por largo tiempo.
Albert Rivera es el peor parado. De primero a tercero en las encuestas. Su planteamiento era el bueno para sus aspiraciones, pero pecó de precipitación. Calladito estaba más mono.
El PSOE o los soberanistas ya no deben temer a Ciudadanos
De haberse guardado el as de la segunda moción en la manga en vez de exhibirlo, La Moncloa le esperaba con las puertas de par en par. La puñalada se la dio Iglesias al apuntarse a la moción instrumental y avisar que iba en serio.
A lo hecho, pecho. Ahora, quien debe temer a Ciudadanos ya no son los soberanistas o el PSOE sino el PP. C’s ha pasado de llevar la iniciativa a la irrelevancia política. El PP está lejos del poder pero Rivera lo está mucho más.
El futuro del PP
Con retoques o sin ellos, los populares se disponen a aprobar sus presupuestos, a sabiendas de que con su voto consolidarán a Pedro Sánchez. Es lo que les conviene. No abrazarse al PSOE, sí darle oxígeno para darse tiempo.
Caras nuevas y tiempo por delante. Un líder que sepa pedir perdón (aún sin arrepentirse, como los últimos papas de Roma) y generar confianza. Mejor dicho, regenerar confianza como alternativa de futuro. Para ello, no debe andarse con prisas.
Tal vez no conozcan la teoría del meteorito, que se contrapone a la vieja usanza democrática según la cual en política se sube por las escaleras y se sale por la ventana.
Quien se haga con el PP necesita tiempo para que Cs se aleje y recuperar el espacio ocupado
En tiempos de inestabilidad, zozobra social e incremento de la desigualdad, el poder también se puede alcanzar con el modo meteorito.
Los meteoritos surgen de la nada, son diminutos y parecen irrelevantes, pero avanzan a gran velocidad y cuando nadie lo espera, zas, han impactado en la sede del poder.
Berlusconi, Macron, Trump, Carmena en Madrid, Colau en Barcelona… Rivera esperaba ser el siguiente de la lista.
Sucede que, si no dan en el blanco a la primera, los meteoritos pasan de largo y se alejan a la misma e imperturbable velocidad con la que se acercaron.
Las leyes de la gravitación política no son tan inexorables como las newtonianas pero también suelen cumplirse.
Núñez Feijóo, o el tapado que se haga con el PP, necesita tiempo. Tiempo para que el meteorito C’s se aleje y pueda recuperar el espacio que le ha ocupado.
El PP no está en condiciones de renovar y modernizar su ideario
Al fin puede cumplirse la definición de Ciudadanos, de cosecha propia, como almacén temporal de votos populares.
El PP no está en condiciones de renovar y modernizar su ideario. Al contrario, es de temer que el sucesor de Rajoy va ahondar en las mismas posiciones de una derecha pragmática, correosa, centralista y casposa.
La fórmula ha demostrado su éxito en el pasado y lo volverá a demostrar si acierta a poner caras nuevas y a librarse, con el tiempo, del estigma de la corrupción.