Postales de Navidad

La crónica macroeconómica y política española de la semana es lamentable:

Primero, el chotis del precio de la electricidad que acabaremos pagando los usuarios gracias a un oligopolio donde cinco empresas controlan el 95% de la energía y presentan el doble de beneficios que las del resto de Europa. La SER borró el audio en el que el presidente de Iberdrola, José Ignacio Galán, bromeaba sobre la subida de la luz.

Segundo, la felicitación de Angela Merkel a España por haber salido del rescate sin que ningún euro de los sacrificios sociales haya retornado a las familias o a las pymes.

Tercero, el escándalo de Caja Madrid donde queda demostrada la interferencia directa de la familia Aznar y de toda la cúpula del PP, que los hace responsables de delitos aunque todo el mundo teme que no juzgará a nadie.

Cuarto, la imputación por blanqueo de dinero a la esposa del presidente de Madrid, Ignacio González, que no para de dar lecciones a Catalunya.

Quinto, la revelación de Aguirre por escrito al juez que Rajoy conocía desde 2004 los «pelotazos» inmobiliarios de Gürtel en Arganda y Majadahonda .

Sexto, la condena del antiguo jefe de la CEOE por fraude.

Séptimo, la reflotación de 13TV –madriguera de odio étnico—, con diez millones frente a los seis entregados a Cáritas por parte de la Conferencia Episcopal; aquella considera inmoral la autodeterminación, como en 1981 lo decía sobre el divorcio y en 2005, sobre el matrimonio gay.

Mientras la casta extractiva se divierte y blande la bandera constitucional contra la población catalana, The Economist se pregunta si España no está al borde de una crisis de salud pública por las políticas del PP. Y Financial Times defiende el referéndum catalán. Avisa de que el PP está manipulando la Constitución para oponerse.

Margallo
anuncia una ofensiva internacional para evitar apoyos a Catalunya, en un asunto que reiteradamente dicen que es interno. Y la dosis de federalismo de la semana la protagoniza el tuit de Navarro, el desprecio de la ministra Trujillo a la lengua catalana y el insulto del diputado socialista que recomendaba a Rajoy que tirara chocolatinas a los catalanes para que no se vayan.

Los españolistas, en Catalunya, protagonizan el único ataque con violencia sufrido por hablar en castellano. Fue en el acto de la asociación Súmate, de castellanohablantes, en favor de la independencia. Uno de los protagonistes del ataque era portavoz de Ciutadans, así como los guardaespaldas de Camacho y Rivera (en el 6D), eran de Falange. Y el abogado de la primera, el autor de la sentencia a Puig Antic.

Culminamos esta situación caótica con el chiste de la agrupación de la Guardia Civil, que se preguntaba en la red: «¿Quiere que Catalunya sea un estado?». «En caso afirmativo ¿prefiere que la Guardia Civil entre desfilando, o con tanquetas que mola más?». Ocurrencia difundida urbi et orbi por la BBC británica. La casta haciendo amigos…

Para tapar toda esta mierda y en nombre de la sacrosanta unidad y la Constitución, se está atizando un conflicto, que de momento es del Estado, con sus soportes represivos, judiciales, comunicacionales y burocráticos contra la población catalana. Es un auténtico asedio que quiere hacer daño a la población para intentar que se rebele, no contra el causante de su problema, sino contra la autoridad más inmediata.

Los gobernantes españoles de misa semanal o diaria (del Opus o de los Legionarios de Cristo) no se deben sentir concernidos por la nueva línea pastoral del papa Francisco. En su exhortación Evangelii Gaudium, demuestra un grado de apertura que es capaz de responder a la desafección religiosa masiva, lo que los dirigentes españoles no saben hacer con la desafección catalana.

Dice Francisco: «Los creyentes nos sentimos cerca también de los que, no reconociéndose parte de alguna tradición religiosa, buscan sinceramente la verdad, la bondad y la belleza, que para nosotros tiene su máxima expresión y su fuente en Dios. Los percibimos como preciosos aliados para la defensa de la dignidad humana, en la construcción de una convivencia pacífica entre los pueblos y en la custodia de la creación. Un espacio peculiar es el de los llamados nuevos areópagos como el atrio de los gentiles, donde creyentes y no creyentes pueden dialogar sobre cuestiones fundamentales de la ética, del arte y de la ciencia y sobre la búsqueda de la trascendencia».

Cambien ustedes los protagonistas de la exhortación por los que protagonizan la defensa de la ortodoxia española y a los catalanes por desafectos. Verán como la actitud de la derecha española (incluido el PSOE) no se ajusta a las enseñanzas del Papa.

Por cierto, hablando de areópago, el otro día asistí, como agnóstico, al acto periódico dedicado al cambio estacional liderado por el jesuita Xavier Meloni, en el santuario de la cueva de Manresa, convertida en un gran centro de espiritualidad internacional y de formación de dirigentes.

Al acabar un concierto de música de raíz oriental de funciones relajadoras y meditativas, se hizo la siguiente reflexión, que quizá parece obvia: «Hay que llegar a los límites para saber que se pueden superar. Y cuando la noche ha engullido el día en el jornada más corta del año, el sol renace de otra manera, después de la oscuridad».

Dedico la exhortación jesuítica a la ciudadanía catalana y española de buena fe. Feliz Navidad.

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