Porta Perales: «Hay un totalismo identitario pretencioso en Cataluña»
El ensayista asegura en la Cadena Cope que que el totalismo, el título de su nuevo libro, "es un método de reforma del pensamiento, de adoctrinamiento" por el que se intenta vender "casi todo"
Miquel Porta Perales considera que en Cataluña existe un «totalismo identitario pretencioso» por el que el territorio «tiene derecho a todo por ser lo que es». En una entrevista en la Cadena Cope, que se puede seguir aquí, en el programa de Carlos Herrera, Porta Perales ha desgranado los principios de Totalismo, el libro que acaba de publicar ED Libros, la editorial de Economía Digital.
Según el autor de Totalismo, un término que proviene del psiquiatra estadounidense Robert Jay Lifton, que estudió el comportamiento de los prisioneros de la guerra de Corera y de los súbditos que huyeron de la República Popular de China, lo que ha descrito es «un método de reforma del pensamiento, adoctrinameinto, persuasión, manipulación, colonización de la conciencia y encuadramiento», por el que se pretende vender «casi todo».
Autoayuda, coaching…soberanismo
Miquel Porta Perales ha señalado, tras las peguntas de Carlos Herrera, que en Occidente se ha producido «una pandemia de la credulidad por la que las personas se lo acaban creyendo todo, lo que demuestra la baja autoestima de los occidentales». La idea que se ha instalado, según el autor de Totalismo, es una variación de aquel Pienso, luego existo, de Descartes. Ahora es «piensan por mi, luego existo». En la obra de Porta Perales también se repasa los errores, a su juicio, de la educación, que cobra todo su interés tras la retirada, por parte del Gobierno, de los controles de reválida.
En el libro también se analiza otros totalismos, a juicio de Porta Perales, como el «buenismo», una forma de atender los problemas que tuvo «su apogeo» en la etapa de Rodríguez Zapatero. «Se trata de un pensamiento flácido que utiliza la comprensión como estrategia, y que apuesta por el diálogo, que está bien, pero sin tener en cuenta que el diálogo tiene una serie de límites legales en la democracia, y es que la paz no puede obtenerse a cualquier precio», ha señalado, insistiendo en que su objetivo es defender «la autodeterminación del individuo humano».