Por qué se desmelena Oliu

Conferencia del presidente del Banco Sabadell en su «pueblo». Es una tradición, ¡cada siete años!

Relajado, juega en casa, se conoce el público, la mayoría clientes suyos, a pesar de que las expectativas de ganar dinero con las acciones llevan mucho tiempo sin materializarse.

Temas: las cláusulas suelo y la independencia de Catalunya. Ambas cuestiones le tienen muy inquieto. Sobre las cláusulas opina, con contundencia, que Sabadell ha actuado con transparencia y que, por tanto, no hay engaño al cliente; implícitamente presupone que no todas las entidades bancarias han actuado bien; y carga contra asociaciones de consumidores y abogados que se están preparando para exigir, en nombre de sus clientes, que les devuelvan cantidades importantes, cuya suma, si todas las hipotecas se acogieran al criterio del Tribunal Europeo, representarían unos 4.000 millones de euros de coste para los bancos españoles.

Oliu arremete contra los colectivos que quieren abusar de la situación creada y que consideran a todos los bancos por igual en las prácticas hipotecarias. De hecho la política seguida por los bancos ha sido muy distinta. Algunos, incluso han pagado.

Y esta actitud, el enfrentarse a los colectivos, la lleva a cabo solo, sin que ningún banquero le haya apoyado. ¿Es que todos los demás consideran que ‘les han pillado’ en sus prácticas fraudulentas y prefieren guardar silencio?

¿Por qué está solo en esta guerra? ¿Es sensato enfrentarte a tus propios clientes cuando la sociedad en su conjunto tiene en muy baja estima a la banca en España? Existe un claro problema de reputación del sector que, incluso el presidente de Bankia acaba de reconocer públicamente.

Veremos, pero no parece una buena política la que ha emprendido Banco Sabadell. De esta manera le será difícil ganar nuevos clientes.

El segundo tema tiene más relevancia política. Dijo que la entidad que preside podría cambiar de domicilio social -tema muy relevante- sin acudir al consentimiento de la Junta General de Accionistas. Continuó, con buenas palabras, apelando al diálogo entre las dos administraciones.
Es seguro, si lo dice, que puede hacerlo libremente, ¿pero es deseable? Es evidente que a Banco Sabadell le interesa, es vital, quedar en la zona UE, pero ¿sin dejar opinar a sus accionistas en una decisión tan trascendental? ¿Se lo pensó antes de decirlo?

Esperemos que no haya que tomar la decisión de cambiar de sede social, pero, incluso las sociedades anónimas, se rigen por unos mínimos criterios de aceptación de las decisiones estratégicas, según las normas de buen gobierno, lo que requiere llevar el tema a la Junta General.

Sería más elegante la actitud de tratar de convencer a sus accionistas que le apoyen en esta decisión que no hurtarla alegando motivos formales.