Por qué aprueba Javier Fernández y se premia al PSOE

Quizá el dato más sorprendente –y, probablemente, más revelador- de la encuesta del CIS que conocimos este martes, es que el presidente de Asturias y de la gestora del PSOE, Javier Fernández, es el líder mejor valorado entre los cuatro grandes partidos. Paradójicamente, Javier Fernández solo es conocido por el 29,4 por ciento de los encuestados lo que añade mérito a la nota alcanzada de 4,12, muy por encima de la de Mariano Rajoy (3,10) o Pablo iglesias (2,87).

Las buenas noticias para el PSOE no terminan ahí. El partido recupera un punto y medio, lo mismo que pierde el PP y, a pesar de que todavía se sitúa por detrás de Podemos, que permanece estancando, es el único partido de ámbito estatal que crece en esta oleada del instituto público de opinión.

El valor de los estudios demoscópicos del CIS no radica solo en su amplia muestra de dos mil quinientos entrevistados, sino en que permite analizar las series históricas y dan pistas importantes sobre las tendencias de apoyo a los partidos, las preocupaciones de los ciudadanos y las valoraciones de los liderazgos.

Es cierto que no hay tensión electoral. También que es el primer estudio profundo después de casi un año de parón institucional y de una época de gran tensión política. Hasta que no se acerque una cita electoral, no es relevante, más que como indicio o tendencia, la intención de voto manifestada, porque en estos periodos sin elecciones no se decanta claramente la voluntad electoral de los encuestados.

Es significativo el hecho de que a Podemos no le pase factura la trifulca interna y pública de sus líderes, pero en la misma medida es significativo el retroceso en la valoración de Pablo Iglesias, que gozaba de 3,22 en el anterior sondeo y ahora retrocede hasta el 2,87. El partido morado junto a todas sus confluencias retrocede solo una décima respecto al estudio anterior. Sigue sin capitalizar el voto de Izquierda Unida y sufre un parón, que los analistas sitúan como tendencia a la baja. Tampoco se puede establecer claramente de donde procede la subida de votos del PSOE, que sería un error atribuir en su procedencia tanto desde el Partido Popular como de Podemos.

El PSOE se encuentra ahora mismo en la antesala de un proceso congresual y de primarias. Pero lo cierto es que después de una larga época de retrocesos electorales, por primera vez recibe una buena noticia.

Frente a los que presagiaban que permitir con su abstención el gobierno de Mariano Rajoy iba aniquilar la base electoral de los socialistas, la subida en intención de voto del partido y la excelente valoración de su líder provisional, Javier Fernández, lo desmienten. Puede afirmarse que la política de oposición y la abstención en la investidura de Rajoy han sido factores positivos en la todavía incipiente recuperación del PSOE.

Estas consideraciones nos llevan a volver a plantear la pregunta de a quién pertenecen los partidos, si a los votantes o a sus militantes. Evidentemente este estudio es una mala noticia para las intenciones de Pedro Sánchez, porque indica que un PSOE sin su liderazgo, aún más con un liderazgo provisional y sin personalizarse, empieza una recuperación que con él no llegó nunca.

Habría que hacer una reflexión sobre el proceso de primarias que se está llevando a cabo en el PSOE.

La moda de primarias ha sido importada de otros países, de Estados Unidos y de Francia, entre otros. Pero en ambos casos no votan los militantes, sino que son abiertas a los electores inscritos como votantes de los partidos. La diferencia tiene una lógica. Los militantes están representados en los órganos del partido. Desde ellos ejercen la soberanía y el control democrático de la organización. Se celebran primarias para dar voz a los no afiliados, a los votantes, a los que también pertenece el partido.

En el PSOE no habría que hablar de primarias, sino de elección directa de los militantes. La pregunta es por qué no se le quiere dar voz y voto a los que desde su condición de votantes se sienten identificados con el partido.

Ahora está por saber si los militantes se decantan por quienes preconizan los cambios políticos introducidos por el Comité Federal y la gestora, de una política de oposición desde el Parlamento, con búsqueda de acuerdos con el Gobierno o por quienes siguen en el «no es no» y en la pura confrontación con el PP, con la aparente ventaja de nunca explicar claramente por qué su estrategia de repetición de elecciones hubiera producido mejores resultados.

Parece que hay una dislexia entre los votantes, que aprueban la gestión de Javier Fernández y el órgano de gobierno provisional, y los candidatos que siguen aferrados a la idea de que la abstención fue un error.

Este fin de semana se celebran los congresos del PP y de Podemos. En el mes de mayo las primarias del PSOE y en Junio su congreso. Con esos datos, serán mucho más significativos los estudios de intención de voto de los partidos y de valoración de sus líderes.

Mientras tanto, lo relevante es el retroceso del PP, mejoría del PSOE, estancamiento de Podemos y retroceso de Ciudadanos.