Podemos y PSOE nos conducen al abismo

Si Podemos y sus fantasías siguen en el Gobierno, nos acercaremos paulatinamente al abismo de unos recortes severos

Éramos pocos y apareció Podemos. El movimiento de Pablo Iglesias entró con buen pie en la política española y ahora todos corremos el riesgo de precipitarnos por el abismo.

Entró con buen pie, porque parte de la ciudadanía compró el discurso de la indignación y la resistencia –“sí se puede”– contra una casta de políticos, empresarios y banqueros sin escrúpulos. Con la ayuda de la prensa progresista –horas y horas en prime time, mediodía, tarde y noche– Podemos consolidó la idea de la existencia de una dictadura del capital o del mercado que empobrece a las clases trabajadoras y medias y amenaza la convivencia, la democracia y la paz.

Chavismo totalitario y juvenismo 15-M

Podemos –a la manera de la teleología rancia de la izquierda– cree en su misión histórica. Un discurso indiscutible e inobjetable que seduce a parte de la ciudadanía hipnotizada -un fenómeno de autohipnotismo, sin duda- por el futuro luminoso que les espera una vez la casta haya sido derrotada y expulsada del poder. La otra cara de la moneda: Podemos o el pensamiento único que hay que observar bajo amenaza de excomunión social, política e ideológica.

Las fantasías de Podemos se fueron concretando en ideas peregrinas –mix de chavismo totalitario y juvenismo 15-M– como “democracia real ya”, “lo queremos todo y ahora”, “fin de la sumisión”, “vida nueva para todo el mundo y con todo el mundo”, “poner el mundo sobre sus pies”, “socialización de empresas”, “impago de la deuda ilegítima”, “desmercantilización de la cultura”, “revocación de mandatos” o “referéndums vinculantes”.

El discurso de Iglesias, con la ayuda de una pléyade de publicistas progresistas que cantan la buena nueva podemita, cuaja en una coyuntura –la crisis de 2008– marcada por el descredito de la política y la desafección ciudadana. De esta manera –añadan el nihilismo de parte de la población– se consolida ese laboratorio del populismo que es Podemos. Un populismo adolescente y prepolítico –si quieren, una kermés– que se agota en sí mismo.

Un sillón en el gobierno

Con el tiempo, Podemos, con la inestimable colaboración de Pedro Sánchez que los incorpora al gobierno y al poder, transita de la prepolítica a la política. Iglesias obtiene el sillón que buscaba. Y ahí es cuando empieza el camino que puede llevarnos al abismo.

La cuestión es la siguiente: con Nadia Calviño –exdirectora general de Presupuestos de la Comisión Europea– como vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, la situación está más o menos controlada. Nadia Calviño es la garantía –ante inversores, empresarios, entidades financieras, Unión Europea y demás instituciones europeas e internacionales– de que España cumplirá con la senda de estabilidad económica. Esto es, disciplina presupuestaria y control del déficit y la deuda.

Un fundador de Podemos: “Hay que romper con el euro y con la UE»

Pero, ¿qué ocurre cuando Podemos se instala en el Gobierno y toma o condiciona decisiones económicas de calado? Pues, que la Unión Europea abre la carpeta de documentos titulada “Unidas Podemos” y saca una primera conclusión.

Pablo Iglesias quiere cambiar Europa

En la mencionada carpeta, la Unión Europea encuentra las cinco anotaciones siguientes:

1. En el Programa de Unidas Podemos –título: Las razones siguen intactas– se habla de derogar la reforma laboral, eliminar la flexibilización laboral, prohibir los contratos temporales de menos de un mes, intervenir el mercado de la vivienda, poner coto a los fondos de inversión en vivienda, ingreso básico garantizado, derogar la normativa pro austeridad, instaurar nuevos impuestos empresariales y bancarios.

2. Se ha comprobado que el Gobierno de España está formalizando ya algunas de las propuestas del programa de Unidas Podemos y se muestra partidario de satisfacer las peticiones del sindicalismo clientelar que exige una subida de impuestos que dañará el sistema productivo.

3. Conviene tomar nota de un documento de uno de los fundadores de Unidas Podemos: “Hay que romper con el euro y con la UE… tanto la UE como el euro son irreformables dado que se han construido sobre los valores y los principios del capitalismo… caminamos a que se produzca [la ruptura del euro] mediante salidas unilaterales de la zona euro… (PCE-IU. Documentos aprobados. XX Congreso PCE, mayo 2016).

4. Conviene tomar nota de lo que sigue en dicho documento: “Dar prioridad a las alianzas con los países más castigados por la deuda y sometidos por la arquitectura de la UE, impulsando y coordinando un proyecto de izquierdas y rupturista con otras fuerzas europeas. Es posible fundar una alternativa anticapitalista que traspase el marco de los estados nación sobre la idea de construir una especie de ALBA de los países periféricos de Europa”.

5. Conviene tener presente una declaración de Pablo Iglesias tras el brexit: “Debemos cambiar de rumbo, de una Europa justa y solidaria nadie querría irse, tenemos que cambiar Europa”.

Nadia Calviño se devalúa

Las anotaciones precedentes conducen a la primera conclusión de la Unión Europea: esa tarjeta de presentación que es Calviño se devalúa ante el temor justificado y comprobable de que Unidas Podemos tome iniciativas –con la anuencia de Sánchez– que incumplan la ortodoxia económica de Bruselas.

Las anotaciones y la conclusión invitan a que la Unión Europea se formule un par de preguntas:

1. ¿Cómo negociar con un Gobierno que incorpora una izquierda populista y agitadora –sin parangón en los gobiernos de la Unión Europea– que no se distingue por su lealtad institucional ni por su afán de seguir las recomendaciones estabilizadoras de Bruselas?

2. Si la España anterior a la pandemia tenía un déficit del 3%, deuda del 95% y desempleo del 14%; si prevemos que ahora el déficit superará el 10%, la deuda el 120%, el desempleo el 20%, y el PIB se contraerá un mínimo del 9%; con esos datos y las alegrías presupuestarias del Gobierno español, ¿qué actitud tomar ante la ayuda que solicita España? ¿Mutualizar el crédito y los fondos asignados o poner condiciones que aseguren su devolución total o parcial?

La obsesión de Podemos: alejarse de lo terrenal y asaltar el cielo

La Unión Europea desearía negociar con un Gobierno español homologable al de los estados comunitarios. O bien un Gobierno del PSOE con el apoyo del PP y Ciudadanos, o bien un Gobierno de coalición o concentración del PSOE, el PP y Ciudadanos, o bien un gobierno del PSOE con independientes. Esa es la garantía –también llamada confianza– de estabilidad política y económica que exige la Unión Europea para otorgar ayudas a bajo coste que puedan devolverse en todo en parte.

Si Podemos y sus fantasías siguen en el Gobierno, nos acercaremos paulatinamente al abismo de unos recortes severos –rescate, le llaman– en sanidad, educación, dependencia, pensiones o sueldos de los funcionarios que hipotecarán dolorosamente nuestro futuro. Ese es el precio que habrá que pagar por los créditos europeos –necesarios para sobrevivir– si Sánchez no prescinde de Podemos. Y suerte tenemos de que el BCE compre el 50% de la deuda que emite España.

El cupio dissolvi de Podemos –la obsesión por alejarse de lo terrenal y asaltar el cielo– nos conduce al abismo. Y Sánchez –consciente de lo que puede ocurrir: ¿una manera insensata de apostar por el plebiscito o el error del adversario?– no está dispuesto a incrementar la cifra de desocupados en España con los ministros y ministras de Podemos. La brutta cupidità di regnare, diría Maquiavelo. ¿Y la oposición democrática? A ver, ¿hay alguien ahí?