Podemos lastra la ayuda a Ucrania
El gobierno de España, partido por dos, ha seguido la corriente europea con la guerra en Ucrania, pero va arrastrando los pies.
Con la decisión de Alemania, tras no pocos titubeos, de enviar finalmente los tanques Leopard que tanto necesita el gobierno de Ucrania para defenderse del ejército de Putin, se ha agitado el tablero de la guerra. Se ignora cuando y cómo acabará este despropósito provocado por Rusia, pero no queda otra opción que la de intentar parar los pies al señor de la guerra ruso desde Europa con la cobertura de EEUU.
El canciller Scholz se había resistido a dar el paso de tanta trascendencia porque teme la reacción de Putin. Pero, amparado por la protección de los tanques Abrams que va a facilitar EEUU, ya no hay vuelta atrás. No ha sido, la suya, una decisión fácil. Casi 80 años después de la Segunda Guerra Mundial, los tanques alemanes volverán a Ucrania en una misión reparadora del sufrimiento que, entonces, padecieron los ucranianos. Primero, bajo los efectos devastadores de la hambruna del Holomodor, en tiempos del estalinismo y, posteriormente, con los efectos de la guerra más mortífera de la historia.
El canciller alemán ha podido explicar su giro en el Bundestag, con todo lujo de detalles, después de haber sufrido una dura presión, durante semanas, a nivel doméstico y externo. Pero lo ha podido hacer con toda la solemnidad que requiere la ocasión porque preside un gobierno de coalición cuyos socios, precisamente, (los liberales y los Verdes) iban por delante de él en la convicción de la necesidad de dar un salto cualitativo en la ayuda a Ucrania con armamento pesado. Sánchez no puede decir lo mismo.
En la misión de ayudar al pueblo ucraniano, reforzando el músculo bélico de Kiev para defenderse de Putin, el gobierno de España, partido por dos, ha seguido la corriente europea, pero va arrastrando los pies. Anunciando el envío de tanques Leopard, sin concretar. Con tan poca inversión en defensa y los carros de combate en desuso, ahora tienen que ponerse a punto. Una situación abandónica que se explica en la ausencia de apuesta , en los últimos años, por una política de defensa en condiciones, lastrados por un discurso errático sobre pacifismo que nos deja el frente de la defensa sin protección. Es un problema que venimos arrastrando desde hace años pero que, con el último gobierno de Pedro Sánchez y Podemos, se ha agudizado.
Los países de nuestro entorno no tienen gobiernos de coalición con fuerzas comunistas simpatizantes de la causa bolivariana y del régimen de Putin, como ocurre en España. Nosotros no somos como Alemania. El consejo de ministros está dividido en dos partes. En la cumbre que la Alianza celebró en Madrid el pasado mes de junio en España, Sánchez se comprometió a duplicar el gasto militar. Es la realpolitik. El mismo político que, en la oposición, soñaba con eliminar el ministerio de defensa, según sus propias palabras, este año ha tenido que comprometerse a estar a la altura de los aliados de la OTAN. Una actitud que ha incomodado a sus socios de gobierno, antiatlantistas por definición y simpatizantes de regímenes poco democráticos. Una diferencia que ha abierto una brecha más en el gobierno porque a los dos partidos les va a interesar distanciarse en tiempo electoral. Pero sin romper.
No somos como Alemania
Como aliado de la Alianza, el gobierno debe sentirse interpelado, tras la decisión de Alemania y el apoyo de EEUU para ayudar a Ucrania. Un salto cualitativo en la política de defensa que, por la invasión de Rusia, ha pasado a primer plano. Pero España ‘is different’ por las alianzas del actual gobierno. Quizás por eso las explicaciones oficiales no acaban de ser todo lo concretas que merecen.
Cuando se celebró el referéndum sobre la OTAN, ETA cometía las matanzas más sangrientas
El material bélico del ejército está bastante obsoleto y la ministra Robles, amén de la declaración sin comparecencia que ha hecho hasta ahora, tendrá que dar más detalles del giro del gobierno ¿Enviará 50 carros de combate que no disparan? ¿Cuándo? Preguntas que no se hacen en Podemos, cuyas ministras prefieren perderse en el laberinto de la paz en terreno minado. Mezclando la diplomacia con la magnesia. Por eso recomiendan negociar ¿con Putin? Rufián se ha permitido dar clases de democracia , en contra de enviar material bélico ofensivo a Ucrania. Y EHBildu, que tanto sabe de prolongaciones de “conflictos” tampoco está por la misión. Otegi se ampara en que “los vascos” dijimos ‘no’ a la OTAN. Curiosa referencia. En aquel año del referéndum, 1986, ETA, en donde militaba Otegi, mataba a diestra y siniestra, en los atentados más siniestros.
Tan solo el PNV se ha permitido apoyar de forma expresa el envío de tanques: “No tiene sentido estar a medias”, dice el portavoz Aitor Esteban. Tiene toda la razón. Los cánticos a la equidistancia, en esta guerra, son de parte. Sánchez no puede permitirse el lujo del canciller Scholz porque sus aliados no le siguen. Por eso no le interesa someterse al control del Congreso. Para no quedar en evidencia. Solo le apoyaría el PNV y su principal rival, el PP. Prefiere hacer mutis por el foro.