Podemos, ‘comunes’ y Colau darán el 50% al independentismo
Tras la alianza del Gobierno con ERC y Bildu, los 'podemitas' catalanes abandonan definitivamente la equidistancia para pasarse al bando separatista
Tal como estaba previsto, el presupuesto verá la luz. Ninguna institución económica española o internacional se cree que el mismo sea aplicable pero a Pedro Sánchez qué más le da; para él lo importante es garantizarse la legislatura y para sus socios apoyar el presupuesto es mantener a un presidente chantajeable en Moncloa del que obtienen lo que solicitan y lo que no también.
La noticia no es, pues, la aprobación de las cuentas públicas. Es la consolidación de la alianza de la moción de censura y la investidura y en el marco de esa consolidación no puede pasar desapercibida una de sus consecuencias más importantes: Podemos en Cataluña, los comunes, en definitiva Ada Colau, abandonan definitivamente la equidistancia para pasarse al bando separatista.
¿Y qué más da?, podría preguntarse usted. Tienen una importancia capital tanto para Cataluña como para España dado que hasta ahora cuando se contaban los bloques la versión catalano-podemita se contaba en el bloque no independentista o como neutral. Ahora, tras la alianza con ERC, Bildu, etc… ya es oficialmente una fuerza independentista y por lo tanto sus diputados en el Parlament vendrán a reforzar esa mayoría independentista.
¿Y qué más da?, puede seguir preguntándose usted. Sigue teniendo una importancia capital. El independentismo, gran amante de marcarse retos a si mismo, ahora ha dicho que si alcanza un 50% del voto en las elecciones se sentirá legitimado para volver a la carga, en resumen para volver a organizar otro 1 de octubre, otras leyes de desconexión y otro nuevo procés.
Con el posicionamiento de los de Colau ya no hace falta que ERC crezca, ni que el PNC de Marta Pascal obtenga representación, ni que el Pdecat entre en el Cámara catalana, ni que JxCat y ERC aparquen por un instante sus inacabables disputas para repartirse el poder y así poder seguir peleándose desde el confort de la moqueta gubernamental.
Los independentistas se han comprado a los comunes para que sus diputados sumen en su bloque y así garantizarse la mayoría.
La alianza entre ‘comunes’ e independentistas se ha realizado entre élites políticas
Para los independentistas la adquisición de la bancada podemita es una gran noticia. Los neocomunistas, fundamentalistas de un falso ecologismo y predicadores de línea 900 del feminismo, son mucho más amantes de lo institucional que la CUP y como buenos herederos de Iniciativa per Catalunya, a la que han engullido, están acostumbrados al poder en el que en el ámbito municipal llevan instalados desde 1979.
La alianza entre comunes e independentistas se ha realizado entre élites políticas; la casta, en palabras de Pablo Iglesias y Colau, a la que ellos se han incorporado. Pero hay que ver el coste electoral que dicha alianza entre Bildu, ERC y el PSOE tiene para los Catalunya en Comú.
Sin ir más lejos el distrito de Barcelona donde los comunes tienen más apoyos es Nou Barris, el mismo donde ETA, hoy aliada de Colau y el PSOE mediante su brazo político, Bildu, explosionó una bomba en el Hipercor donde muchos vecinos del barrio fallecieron. En tiempos, como los actuales, donde la memoria histórica está en boca de la izquierda constantemente, este acuerdo entre poderosos se enfrentará a la memoria popular.
Los comunes cuentan actualmente con 8 diputados en el Parlament. A los independentistas si su absorción les hace caer les da bastante igual dado que igualmente son una buena renta a sumar a los más de 60 escaños que tienen garantizados.
ERC hace un buen negocio con la mutación de los comunes dado que en el caso de que tenga que negociar con JxCat, incluso si una vez más Carles Puigdemont le gana la partida a ERC, Pere Aragonès y Gabriel Rufián pueden sumar los diputados de Colau a su cuenta y negociar de tú a tú en el comedor del chalet de Waterloo.
El negocio de ERC es redondo, porque si su apuesta se inclina por reeditar un Tripartito con el PSC también se puede arrogar en la negociación la representación de los diputados podemitas y ponerle las cosas difíciles a Miquel Iceta.
La conversión de los ‘comunes’ en su nueva marca blanca es un éxito para ERC
La principal duda sigue siendo hasta que punto el electorado de los comunes, que tienen el mismo en grosor electoral que tuvo ICV en el siglo XX y principios del XXI, va a seguir a Colau en su deriva independentista o va a caer electoralmente, dado que los votantes que buscan una opción antisistema, radical de ultraizquierda e independentista ya cuentan con la CUP para voto genuino.
La penetración del independentismo en el Área Metropolitana de Barcelona y las grandes ciudades del Vallés y el Baix Llobregat es una obsesión de ERC, de ahí los fichajes de Eduardo Reyes -ahora en Demòcrates, no confundir con Pdecat-, Rufián, Chakir El Homrani, etc. La conversión de Catalunya en Comú en su nueva marca blanca es un éxito para ellos.
El pastoreo y domesticación de los comunes, vía acuerdo presupuestario, supone la integración de los mismos en el sistema catalán independentista, el sistema por excelencia. Es una buena noticia para el independentismo más allá de la formación del gobierno. Les acerca a su idea “d’un sol poble”, reduce la disidencia, los grupos socialmente críticos e incorpora a un nuevo palmero a su claca.