PNV y ERC advierten a Sánchez: Lo nuestro no es amor, es poder

Pedro Sánchez puede llegar al final de legislatura en enero de 2024 prorrogando presupuestos pero tiene por delante debates difíciles donde su mayoría no está garantizada

Podemos sufre una nueva deserción con el abandono de la diputada Meri Pita y la coalición se queda con 153 escaños a 23 de la mayoría absoluta. El Frankenstein alcanza los 188 diputados, 12 por encima de la mayoría pero la votación para convalidar la reforma laboral, aprobada gracias al error del diputado Casero del PP, ya evidenció la fragilidad de una mayoría cada vez más precaria aritméticamente.

Los 36 diputados externos que apuntalan hoy a Sánchez solo tienen en común entre ellos la conveniencia de mantener a Sánchez para evitar la llegada de la coalición PP-Vox a Moncloa pero sus intereses son en ocasiones contradictorios como ocurre en el caso de Bildu y el PNV.

Los problemas para Sánchez no parten de dentro del Gobierno. Su socio de coalición, Podemos es un partido zombi, descapitalizado, dirigido por Pablo Iglesias desde las tertulias y sin músculo electoral. Yolanda Díaz, gran esperanza de la izquierda de la izquierda ha chocado con la real politik del Sahara y de la OTAN y su proyecto está aplazado sine die.

Pedro Sánchez tiene suerte, la situación del PP, en proceso de reconstrucción le da aire pero los dos socios externos clave, ERC con 13 escaños y el PNV con 6 no apoyan a Sánchez por amor sino por interés en obtener contrapartidas pero si llegan a la conclusión de que es tóxico y que perjudica a sus intereses electorales en la próxima convocatoria de municipales pueden dejarle caer. El PNV es experto en giros de guion imprevistos, Rajoy lo sabe bien, un día votaron los presupuestos generales del Estado y al siguiente suscribieron la moción de censura que abrió las puertas del poder a Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados. EFE/Juan Carlos Hidalgo

La intervención de Rufián, portavoz de ERC, el pasado miércoles en la sesión de control advirtiendo al Gobierno de que la izquierda habla de cosas que la gente no entiende y que al pueblo no le interesan fue utilizada por Espinosa de los Monteros para dar a Rufián “la bienvenida a la ultraderecha” que es el segmento en el que Moncloa coloca a todo aquel que osa discrepar. Pero la advertencia de Rufián pone de manifiesto la incomodidad de ERC, socio principal de Sánchez con la inacción del ejecutivo en esta crisis, que ha dejado de ser una cuestión de política internacional para convertirse en un problema para todas las familias españolas.

ERC y PNV suman 19 escaños, sin ellos Sánchez se queda en el mejor de los casos en 178 contando que cántabros y canarios -estos últimos pierden su escaño en julio- le sean siempre fieles. El PNV tiene poco margen para rascar más competencias a Madrid está legislatura una vez obtenidas competencias en tema penitenciario, renta vital, seguridad social y fondos europeos y la relación entre el PSOE y Bildu enturbia el diálogo entre Moncloa y Ajuria Enea y para más INRI lo del Sahara ha caído mal en Sabin Etxea, cuartel general de los nacionalistas vascos.

Pedro Sánchez puede llegar al final de legislatura en enero de 2024 prorrogando presupuestos pero tiene por delante debates difíciles donde su mayoría no está garantizada. Los próximos serán la convalidación de las medidas que se están pactando a nivel europeo y con los sectores en huelga y algunas leyes que han generado discrepancias internas entre el gobierno y sus aliados parlamentarios especialmente la reforma de la Ley Concursal. Un tema no menor que afecta a las empresas y al mundo judicial no obstante el año pasado 1238 empresas presentaron concurso, un 0,6% más que en el año anterior a pesar de que el Gobierno dicto una moratoria concursal.

Esta ley que prioriza los pagos a hacienda por encima del reflotamiento de empresas en concurso de acreedores, elimina los administradores concursales para PYMES y favorece las plataformas de subasta públicas -nada eficientes- por encima de las privadas es un nuevo frente para el Gobierno dado que la misma puede ser utilizada por ERC y el PNV para hacer patente su malestar.