Piruetas contables en Renfe y el morlaco que embiste en la plaza de Fainé

Lo decíamos hace dos semanas: Renfe y Catalunya están mal avenidas. Casan con dificultad. Su decandente servicio como operador de trenes de cercanías es estructural, propio de país subdesarrollado, casi africano, y otro tanto sucede con la media distancia. No hubieron inversiones en los tiempos en los que la compañía y el Ministerio de Fomento tenían recursos y de aquellos polvos estos lodos.

El PP y en concreto la ministra Ana Pastor no presentan ninguna preocupación por Renfe. En consecuencia, la empresa tampoco la tiene por sus usuarios. Es un movimiento centrífugo que se retroalimenta y que perjudica, y de qué manera, a los que en Catalunya utilizan sus servicios.

Un ejemplo: en otoño de 2010, Generalitat, Renfe y Ministerio de Fomento firmaron un convenio por el cual el servicio de trenes de cercanías se transfería a la administración autonómica. José Montilla era presidente del Govern y Joaquim Nadal el consejero catalán del ramo. Fueron competencias que se trasladaban sin dotación económica de Fomento y que obligaban a Catalunya a pagar por el servicio alrededor de unos 125 millones de euros anuales.

Como recordaban algunos lectores en sus comentarios, en efecto, la Generalitat no paga. Desde el primer momento se negó a pagar por el servicio si no se le transferían las competencias con contraprestación económica. ¿Lógico, no?

Explican en Madrid que ahora en Renfe manda un contable que depende de Pastor. Que desde que el PP llegó al ministerio, la empresa ferroviaria ha dejado de tener una gestión individualizada. Toda depende de Pastor y de su equipo. Otro ejemplo: a finales de 2011, poco antes de producirse la salida del PSOE del Gobierno, el equipo gestor de los socialistas computaba la deuda de la Generalitat como pendiente de cobro.

Unas semanas después, la nueva dirección del PP decidió reformular las cuentas y convertir en deuda propia de la compañía el contencioso de cercanías. El resultado contable: las pérdidas se acercaron a los 300 millones, frente a la mitad inicial. El resultado político: el PSOE era un desastre de gestión y les dejaba unas pérdidas escandalosas.

Al parecer, este 2012 ha repetido la jugada, pero al revés. Cambio de consignación contable y ahora son ellos unos excelentes gestores. Para que luego digan que Catalunya no les preocupa, al contrario. En fin, mientras tanto siguen lanzando balones fuera: que si Adif no invierte, que si la Generalitat no paga… Y la media distancia, ¿también es culpa de Artur Mas?

Con la tauromaquia como coartada

Para los aficionados a la tauromaquia (me dicen que en Sant Josep había muchos catalanes en la plaza de toros de Valencia…), un morlaco es un término conocido. Se trata de un toro de lidia de gran tamaño. Como el que tiene que lidiar el presidente de Caixabank, Isidro Fainé, con su ilustre, imputada y morosa colaboradora: la infanta Cristina de Borbón.

La caja catalana cuenta con ella en su equipo desde 1993, cuando la incorporó Josep Vilarasau. Y Fainé, como antes sus antecesores, acostumbran a ser agradecidos y generosos con sus altos empleados. De ahí que en su día a la notable empleada de la entidad se le concediera una millonaria hipoteca con la que hacer frente a la adquisición y reforma de su palaciega vivienda.

Ahora, al límite de los bordes éticos, en contradicción conceptual con los planteamientos de responsabilidad social y con todas las presiones del mundo circundando, Fainé deberá demostrar su capacidad en el ruedo. ¿Qué hacer con la deuda de la infanta, cómo tratar su imputación, qué decisión tomar a efectos laborales y organizativos?

Seguro que de las batallas que Fainé ha librado en su ya larga trayectoria profesional ésta es la de menos trascendencia, pero la más inoportuna. La excelente relación del monarca con el banquero está en juego; la reputación social de la entidad también puede verse afectada. Veamos al toro y al torero cómo resuelven la faena… Está por ver si una manoletina y un par de pases de pecho serán suficientes o cabrá esperar al indulto del morlaco.

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TRATAMIENTO SEMANAL DE CHOQUE:

Supositorio matinal >> A todos los convergentes que desde el domingo pasado, cuando se tomaron el anterior supositorio, intentan saber cuántos de sus alcaldes tienen relaciones de proximidad con el aparato español de inteligencia. Permítanme que les allane un poco el camino en su caza de brujas: son ‘sólo’ una docena

Supositorio nocturno >> A Leonard Carcolé, de quien conservo un simpático tarjetón, por su salida de la Agència Catalana de l’Aigua. Después del monumental lío que formó con Aigües Ter Llobregat (ATLL) sale huyendo de lo público con supuesto destino a lo privado. Decir sale es mucho decir. Digamos que lo invitan a salir.

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