Pin parental por la Llengua

Lo que no puede ser es que un día los de Vox te apedreen por decir que los padres no se pueden poner a hacer de profesores y al otro día vengan los indepes a pretender que sean los profesores los que hagan de padres

Estamos llegando a un punto de activismo institucional tan desaforado y desacomplejado, que te cobran una pasta por mentirte. Nunca había habido tanta propaganda en el ambiente, y nunca nos había salido tan cara. A todos. Sin excepción. Porque cuando las mentiras se financian tirando a mansalva de publicidad institucional y de subvenciones públicas, no hay escapatoria. Ni perdón.

Uno de mis ejemplos favoritos es el de Plataforma per la Llengua. Así de entrada alguien podría pensar que una entidad que básicamente se dedica a espiar qué hablan los niños en los patios de las escuelas, a fomentar la delación de profesores que imparten sus clases en español -cuando no a comparar esto con ir borracho a clase…-, a defender la inmersión lingüística ocultando su verdadera naturaleza -modelo de “cohesión”, van y lo llaman sin sonrojo…- y, en fin, a criminalizar el bilingüismo por tierra, mar y aire, y por supuesto en la radio y en la televisión… En fin, cualquiera esperaría que una cosa así se financiara, no sé, con donaciones anónimas, con dinero negro de la droga o con los fondos reservados de Putin.

Pues no. Basta con entrar en la propia página web de Plataforma per la Llengua, basta con buscar un poco, y sale una sostenida, vigorosa lluvia dorada que desde 2011 no para de crecer y crecer y de implicar a no sé cuántos departamentos de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación…

Sólo en el año 2013, y sólo de la Generalitat, Plataforma per la Llengua obtuvo 590.000 eurazos que involucraban a los departamentos de Cultura, Empresa, Benestar Social, Presidència, Governació, Justícia i Ensenyament. En 2014 todas esas subvenciones juntas ascendieron a 620.000 euros. A 650.000 en 2015.

Protesta por las calles de Barcelona a favor de la inmersión lingüística en catalán. EFE/ Quique García

Esa cantidad por parte de la Generalitat se mantiene más o menos constante hasta el año 2020, el último del que hay memoria publicada en la web. Pero a eso hay que sumar centenares de miles de euros de otras subvenciones procedentes de la Diputación y del Ayuntamiento. Raro es el año que, entre una cosa y la otra, Plataforma per la Llengua no se levanta entre medio y un millón de euros en dinero público. Si quieren los detalles, echen un vistazo a este enlace: Subvencions i Convenis | Plataforma per la Llengua (plataforma-llengua.cat)

Tanto es así, que algunos se preguntan, nos preguntamos, si de verdad todo ese dineral va a lo que dicen que va, a kukluxklanizar la política lingüística de las instituciones catalanas…o si algo se desvía por el camino. Pero supongamos que sí, que se lo gastan todo en lo que dicen que se lo gastan. ¿De verdad estamos para eso? ¿Para dilapidar semejante cantidad ingente de recursos en una especie de pin parental monolingüe en la sombra?

Hace una semana quien esto firma sostuvo un acalorado debate en una televisión privada sobre el dichoso pin parental. Quien más, quien menos, todos menos yo eran de Vox, o estaban a favor de la pintoresca respuesta de Vox al control ideológico de la educación por parte del independentismo y la ultraizquierda: proponiendo el mismo control, pero desde el otro lado del espectro ideológico, y con mando a distancia a la carta, además.

Hala. Pues ya está. ¿Se imaginan cómo sería una escuela catalana con pin parental, encima? ¿Con los padres de la escuela de Canet contrarios a dar cumplimiento a la sentencia del 25% en español teniendo la facultad de elegir si en la clase de sus hijos se cumple o no se cumple la ley, se enseña historia de España o no se enseña historia de España, se habla o no se habla español en las extraescolares o en el recreo?

O sacamos toda la educación, toda ella, del barro, o aquí en media generación ya nadie va a saber hacer la O con un canuto

Estamos metidos todos, todos y cada uno, en un lío tan grande, en un despropósito tan gordo, que por desgracia no hay atajos, chapuzas ni pines ni pones que valgan. O sacamos toda la educación, toda ella, del barro, o aquí en media generación ya nadie va a saber hacer la O con un canuto. Urge pactar un marco mental, científico, intelectual y legal, un marco de valores de obligada enseñanza y aprovechado cumplimento, urge erigir un modelo educativo de verdad libre, excelente y, por favor, si no es pedir ya demasiado, fiel a los valores de la Constitución.

Lo que no puede ser es que un día los de Vox te apedreen por decir que los padres no se pueden poner a hacer de profesores y al otro día vengan los indepes a pretender que sean los profesores los que hagan de padres. Lo peor es lo desequilibradas que están las fuerzas de la razón y la sinrazón. ¿Para cuándo el gobierno de la nación se va a gastar en defender el bilingüismo la mitad de la mitad de la mitad de la mitad de lo que se gastan las instituciones separatistas en combatirlo?

Y quién dice el bilingüismo, dice la Filosofía en la ESO.