Perspectivas para el 2014
Obama cree que 2014 puede ser un año de repunte económico dados los últimos y positivos datos de empleo y crecimiento del PIB. Este optimismo también está compartido por el Financial Times, que ha destacado recientemente que se han encendido los motores de todas las grandes economías (desde EE.UU. a China, Japón o Alemania). Supongo que es el mensaje que tienen que enviar pero, ¿es cierto que la recuperación se avecina?
De momento más allá de las predicaciones y los indicadores, este último ciclo económico no deje de ser único: un recesión muy profunda seguida de una recuperación muy modesta a pesar de utilizar todas las medidas de estímulos conocidos –así lo han hecho la Reserva Federal, el Banco Central Europeo o el Banco de Japón– para reanimar de nuevo a la economía global.
En los últimos cinco años, nos hemos visto afectados por tsunamis financieros y políticos que redujeron peligrosamente hasta niveles mínimos la inversión y las actividades comerciales, la financiación bancaria se evaporó, millones de puestos de trabajo se recortaron o desaparecieron. Aunque algunos analistas argumentan que lo pasado fue una exuberancia que no se repetirá, afortunadamente los supervivientes de estos años sombríos, saldrán fortalecido y sabrán aprovecha cualquier repunte.
Continuaremos con la esperanza que en este nuevo año se podrá reactivar la economía. Según la mayoría de los organismos multilaterales, habrá una recuperación con un crecimiento modesto que podría dar paso a una expansión más rápida a partir del 2015. Pero otros analistas son menos optimistas. Opinan que incluso si hay crecimiento todo indica que el éxito es probable que sea limitado. Sugieren que el mundo está atrapado en una dimensión desconocida de crecimientos mediocres, que las arterias vitales de la salud de la economía están obstruidos y los problemas que enfrenta el mundo especialmente el industrializado ya no sólo reflejan la falta de demanda sino también una pérdida de suministro.
Los países emergentes no son inmunes, se ven envueltos en los problemas de los mercados de sus clientes occidentales y sus perspectivas.
A la luz del invierno económico brasileño, las turbulencias de la rupia de la India, o los problemas endémicos de Sudáfrica, es posible que China y Rusia puedan seguir sus avances lentos y que la región del Golfo con un superávit de alrededor de 500.000 millones de dólares, el mayor en el mundo, siga sorprendiendo puesto que ha agudizado su imagen como una región económicamente estable. Incluso los inversores institucionales estadounidenses están empezando a ver las virtudes en estas lejanas tierras de Arabia donde las reservas petróleo garantizan la estabilidad y las monedas locales han sido eternamente vinculada al todo poderoso dólar de EE.UU.
Hay coincidencia entre muchos expertos que el consumo y la inversión crecerán los próximos años gracias a mercados emergentes. Sobre todo en Asia, Oriente Medio y África.
No cabe duda que la estabilidad traerá prosperidad y más prosperidad traerá aún más estabilidad. Los acontecimientos recientes han aliviado la tensión acumulada y los gritos del fin del mundo y el colapso están siendo reemplazados con melodías más tranquilas. La clave es salir de este círculo vicioso para entrar en uno virtuoso.
Sin olvidar que se debe enfrentarse a una serie de factores globales que podrían interrumpir este incipiente optimismo a pesar de que la confianza especialmente empresarial en varios regiones del mundo haya mejorado en los últimos meses. Todo es posible si se mitigan los vientos o las tormentas negras, pero las empresas –muchas Pymes– ven un mar de problemas que deben navegar hasta llegar a la normalidad o a la rentabilidad.
Por lo general no se trata de predecir los ciclos ya que esto no es una ciencia exacta, pero hay signos reveladores positivos en las últimas semanas No sé si habrá vuelta a la normalidad. A pesar de esto hay una gran probabilidad de que algunos países puede que hayan visto falsos amaneceres.
Los Mayas predijeron el fin del Mundo en 2012 y Nouriel Roubini el colapso de la economía mundial en 2103. Y nada de esto pasó. ¡Feliz 2014!