Pedro Sánchez, estado plurinacional, y dos huevos duros

Imposible no acordarse de la enorme bandera española que acompañó a Pedro Sánchez el día de su presentación como candidato. Ahora propone cambiar el artículo número dos de la Constitución española para convertirnos oficialmente en un «estado plurinacional». ¡Ahí queda eso!

Ahora a la vista de las treinta y tres páginas de su propuesta presentada en Madrid, da la impresión de que quienes las han redactado solo han buscado aquello que puede tener nicho de mercado en estas primarias del PSOE. Y la única brújula de Sánchez es la radicalidad

Pedro Sánchez como el protagonista de la película The revenant, cuyo título en español es El Renacido, encarnado por Leonardo di Caprio, sobrevive increíblemente y vuelve exclusivamente para vengarse. Como di Caprio sobrevive a los zarpazos de un gran oso negro, Sánchez quiere hacer lo propio mostrando las heridas que le ha dejado la expulsión de la dirección de su partido por no contar con la confianza de su principal órgano entre congresos, el comité federal

Ese es el mayor problema de fondo: una candidatura impulsada por el rencor es la antítesis del futuro de unidad que necesita el PSOE

Mis lectores habituales saben que uno de los instrumentos de los que me valgo para escribir estas crónicas es una encuesta o sondeo informal entre alguno de mis vecinos de mi barrio, Chueca, para tomar el pulso de la ciudadanía. En parte, mis artículos son también de ellos. Naturalmente, esta semana, la estrella invitada es Pedro Sánchez. No tiene muchas simpatías por aquí.

Intentemos ordenar un poco las cosas.

La presentación en Madrid reunió en el  Círculo de Bellas Artes a unas quinientas personas. Fuera se quedó gente por lo que el objetivo de reventar el auditorio se consiguió. 

Teloneros conocidos con el añadido de algún viejo roquero como José Félix Tezanos. Odón Elorza, Margarita Robles, Cristina Narbona, Josep Borrell y algunos figurantes como Zaida Cantero o José Luis Ábalos, diputado por Valencia. No había ningún cargo autonómico del PSOE porque los que le acompañaron se han resituado en el mapa de las primarias.

No cabe duda de que Pedro Sánchez ha conseguido una gran movilización de los suyos. No hay manera de precisar el número de sus adeptos de los que solo sabemos que son irreductibles. La primera pista de cómo están las cosas en las primarias no la tendremos hasta que se conozcan los resultados de la búsqueda de avales.

Para mí la pugna por lo que podría ser el mismo espacio, entre Pedro Sánchez y Patxi López, lleva ventaja el primero. Hay mucha carrera y la competición en serio empezará cuando Susana Díaz haga oficial su candidatura. Por el momento, Sánchez hace ruido, López está desaparecido y Díaz todavía no se ha presentado.

Las novedades de la propuesta de Sánchez son más bien retóricas. Se deduce que su objetivo es una alianza con Podemos y la colaboración de los independentistas catalanes. Varias reflexiones: una coalición con el Podemos nacido de Vista Alegre II sólo sería sugerente para Pablo Iglesias si la encabezara él mismo. ¿Estaría dispuesto a intentarla Pedro Sánchez desde esos parámetros?

También propone el documento subir el salario mínimo a 1000 Euros. Bueno, él, que no ha valorado la conquista realizada por el PSOE con su pacto con Rajoy, que supuso la mayor subida del salario mínimo en 30 años, puede seguir apostando como los hermanos Marx pidiendo además dos huevos duros.

Repasemos los epígrafes del documento.

Lucha global contra el capitalismo neoliberal, oposición a las políticas «austericidas», derogación del artículo 135 que él apoyó y votó, recuperación de la banca pública, mutualización de la deuda pública europea, transición hacia una renta básica universal en forma de impuesto negativo sobre la renta, derogación de la reforma de las pensiones, y de la reforma laboral, elevación del salario mínimo a 1.000 euros, democratización de la toma de decisiones en las empresas mediante el control sindical e incluso reparto de los puestos de trabajo mediante la reducción de la jornada laboral a 30 horas semanales.

Hay un intento claro de imitar las propuestas de Podemos; es decir, proponer lo que sabe que es imposible de cumplir y no poner una sola cifra sobre el coste de estas propuestas en los Presupuestos Generales del Estado. Los partidos protesta como Podemos pueden permitirse la promesa de lo imposible – de hecho cuando les tientan con un pacto para lograr parcialmente sus pretensiones siempre lo rechazan, porque entonces pierden su pureza – pero un partido de gobierno responsable como el PSOE sabe que el límite de su agenda progresista son los pies en la tierra.

Hay asuntos que, en el debate, cuando ya estén los tres candidatos en liza, tendrá que precisar. Sobre todo, la concepción del estado que está detrás de su propuesta de reforma del artículo dos de la Constitución para convertir España en estado plurinacional.

También su propuesta de alianza con Podemos y las propuestas económicas, entre ellas la subida del salario mínimo interprofesional semanas después de la mayor subida de la historia.

Hay algunos puntos que si no se concretan pueden ser guiños al sol. ¿qué significa exactamente «democratización de la toma de decisiones en las empresas mediante el control sindical»?

Desarrollar una propuesta del «no es no» no es tan fácil como enunciarla. ¿Qué propone exactamente Sánchez como estrategia parlamentaria en la oposición, además de demonizar cada cinco minutos al gobierno de Rajoy con el que pedirá prohibir cualquier negociación?

Todo lo anterior no tiene nada que ver con que mientras no se demuestre lo contrario, Pedro Sánchez puede llegar a ganar las primarias, sobre todo en un mundo en el que se ha producido el Brexit, ha conseguido ganar Donald Trump y puede hacerlo Marine Le Pen. La racionalidad en las preferencias de los electores está tamizada por una espesa niebla de cabreos globales. 

Tomaremos en pulso a la situación en el momento en que Susana Díaz presente su candidatura. Va a ser una campaña que se está estructurando y diseñando para ganar con ventaja, conscientes todos que, con Pedro Sánchez, al punto que se ha llegado, no hay entendimiento posible

Como dicen los comentaristas de la Champions. Solo puede quedar uno o una. Eso sí, la grieta abierta en el PSOE es imposible de cicatrizar.