Partido independentista, militantes no independentistas

La refundación de CDC se ha resuelto con la creación de un nuevo partido, el Partit Demòcrata Català. Por cierto, un nombre – hoy en discusión- que evidencia una escasa sensibilidad hacia los compañeros de Demòcrates de Catalunya. Quizás convenga recordar, que Demòcrates de Catalunya, forma parte de la coalición Junts pel Sí y del Govern de la Generalitat.

No obstante, lo que resulta relevante es el ideario aprobado por los congresistas refundadores. Independencia, República, Estado propio y Declaración unilateral con matices, son los elementos que conforman la nueva orientación estratégica del PDC. No era éste, exactamente, el plan de Artur Mas.

Había insistido, por activa y por pasiva, en la necesidad de crear una formación política de centro soberanista, con la voluntad de diferenciarla, resueltamente, de una, con orientación, exclusivamente, independentista. Se trataba, según Mas, de qué los no independentistas tuvieran, eventualmente, cabida en el nuevo partido.

El Congreso arruinó esta perspectiva y apostó, claramente, sin matización alguna, por una fórmula, netamente, independentista al estilo y semejanza de Esquerra Republicana de Catalunya.

Sorprende, el encomiable e inútil esfuerzo de los convergentes por poner en marcha un partido que, más bien, se identifica con otro ya instalado en la vida política catalana con más de 80 años de historia y que conocemos con las siglas de ERC. Más allá de la perplejidad que esto me causa, me asombran las bienintencionadas declaraciones de Germà Gordó y del Conseller Santi Vila reclamando un partido soberanista dónde quepan los militantes no independentistas.

No dudo de su demostrada buena fe, pero el Congreso ha sentenciado, terminantemente, en un sentido contrario. ¿Pueden los no independentistas pertenecer a una formación política que hace de la independencia, la República y el Estado propio su objetivo estratégico? ¿Qué sentido tiene que los compañeros de viaje suban al tren de la independencia hasta la estación término?

Mas, Gordó y Vila tenían – no pueden tenerla ya- la expectativa de hacer del soberanismo refundado el objetivo primero del PDC. Este designio político resulta hoy irrelevante por imposible. Así lo ha decidido su Congreso sin dejar lugar a ninguna duda. Siempre afirmé que la cuestión nacional debía ser uno de los elementos que configuraran el ideario del nuevo partido. Sin embargo, la apuesta fundamental había de residir, a mi juicio, en el eje derecha-izquierda. Esa era y es, la clave determinante del proyecto. Las batallas decisivas del futuro del país se librarán en ese escenario.

Se trataba de conquistar el espacio de centro, plantando cara al republicanismo de ERC y hacerlo bien pertrechados, política e ideológicamente. Para defender la independencia y la República, Catalunya cuenta con otros actores. Para protegerla del izquierdismo y del populismo de derechas e izquierdas, los electores catalanes tienen hoy escasas opciones en el centro político catalanista. Creo que ahí, reside buena parte del drama político que padecerá el país. Lo digo con respeto, consideración y con un punto de melancolía: ¿Qué se le ha perdido a los no independentistas en el PDC? Aventuro la respuesta de sus dirigentes: Nada.

Estamos de acuerdo.