Paisaje electoral tras la sentencia de los ERE
La gente percibe los problema de forma diferente haciendo que el caso de los EREs no pase de ser algo mucho más lejano que la guerra de Ucrania, por lo que difícilmente va a ser el principal disparador de voto
Si usted es una de esas personas que creen que Twitter representa el estado de ánimo de nuestro país y que los medios de comunicación marcan de forma indeleble y permanente la asignación de preferencias de voto, estoy seguro de que tras el akelarre visto ayer en medios y redes sobre la sentencia que condena a dos ex-presidentes de la Junta de Andalucía como lo fueron Griñán y a Chaves por el caso de los ERE fraudulentos, estará convencido de que el PSOE es cadáver y de que las próximas elecciones serán tan sencillas para el Partido Popular que ni siquiera es necesario que este haga campaña alguna.
Nada más lejos de la realidad y voy a tratar de explicarme con algunos datos y ejemplos concretos:
1. ¿Qué importancia tiene la corrupción en la asignación de preferencias de voto en 2022?
Pues miren, tras unos cuantos años en los que la crisis económica y las malas prácticas de los partidos tradicionales consiguieron colocar la corrupción como uno de los principales problemas de nuestra sociedad –el 47,5% de los españoles así lo consideraba en el barómetro del CIS de Marzo 2016-, si atendemos a las tablas que ha puesto a nuestra disposición el último barómetro del mismo instituto el pasado mes de junio, solo el 6,6% de nuestros conciudadanos piensa lo mismo, de los cuales solo el 2,8% cree que sea el problema número uno de nuestro país.
¿Significa esto que los españoles creamos que la corrupción no es un problema grave? En absoluto, lo que sucede es que si hacemos una prelación de necesidades vitales, respirar viene antes de comer y comer mucho antes que ir al cine y que, en medio de una gravísima crisis económica como la que estamos viviendo, con la gasolina y el gas por las nubes, los precios disparados y con una guerra en nuestro mismo continente, la gente tiene otras prioridades y percibe los problemas de forma diferente, haciendo que el caso de los ERE, a pesar del ruido mediático, no pase de ser algo mucho más lejano que la guerra de Ucrania, por lo que a pesar de lo que veamos en los medios y en las redes, difícilmente va a ser el principal disparador de voto en los próximos comicios.
2. El PSOE, en sus horas más bajas
La segunda razón es que si miramos las encuestas nos daremos cuenta que, antes de desatarse el tsunami de los ERE, el PSOE ya se encontraba en trayectoria de colisión con su mínimo histórico, un meritorio récord logrado por Pedro Sánchez en las elecciones de 2015, unos comicios en los que consiguió un prodigioso 22,02% de los votos. Un resultado al alcance de muy pocos.
Lo que quiero decirles con esto es que a ese jamón ya le queda muy poca carne por roer y que la que le queda es en buena medida voto duro socialista proveniente de votantes inasequibles a casi cualquier eventualidad.
3. ¿De qué tratan unas elecciones?
Miren, por mucho que algunos insistan interesadamente, quienes nos dedicamos a la consultoría política y tenemos unas cuantas campañas a nuestras espaldas, sabemos que unas elecciones siempre tratan sobre el futuro, siempre se desarrollan en el campo de las expectativas, nunca en el de los favores recibidos ni mucho menos en el de los agravios soportados… por lo que es altamente improbable que algo sucedido hace tantos años tenga un impacto determinante en el voto ciudadano.