Paisaje andaluz antes de la batalla
Las encuestas demuestran que el PP toma la vía de la derecha moderada y ocupa el espacio de Ciudadanos y una pequeña parte del voto socialista
Se necesitan entre ocho y seis escaños para que el PP logre la mayoría absoluta y pueda gobernar sin la ayuda o tentación de pactar con Vox. La encuesta del CIS hecha pública la pasada semana permite observar que el PP gana en todas las provincias andaluzas obteniendo el 35,6% de votos. Este resultado permite imaginar un PP gobernando con el apoyo de Ciudadanos o con acuerdos puntuales con Vox.
La victoria del PP parece tan clara y definitiva; según revelan los resultados de la encuesta, Moreno Bonilla, del PP, es el candidato preferido con un 44% y Juan Espada, del PSOE, logra el respaldo del 13,4% de los votos. Si la encuesta del CIS se tradujera simétricamente, la noche del 19 de junio el PP podría blandir la bandera y celebrar que podrán gobernar en España como lo harán en Andalucía sin necesidad de realizar una coalición con Vox.
España camina hacia una mayoría social cada vez más conservadora
Uno de los principales objetivos de Alberto Núñez Feijóo es poder mostrar en toda España que es posible una victoria nítida del centro derecha sin tener que recurrir a Vox. Las encuestas reflejan que el PP logra, aunque Vox suba entre seis y nueve diputados más, que Andalucía toma la vía de la derecha moderada y ocupa el espacio de Ciudadanos y una pequeña parte del voto socialista. Si se produce este logro tal como indican las encuestas se consolida la idea, cada día más difícil de rebatir, de que España camina hacia una mayoría social cada vez más conservadora.
Temor a la izquierda y su economía
A pocos meses de las vacaciones estivales, asistimos al hecho de que los electores ven al PP como una fuerza que puede devolver la estabilidad política y, con ello, mejorar la economía de la clase media, y temen a una izquierda que no puede hacer frente a los malos indicadores económicos. La crisis energética, la guerra en Ucrania, la alta inflación, la subida de precios, las recomendaciones europeas que exigen controlar el alza de las pensiones para hacer frente a la pérdida del poder adquisitivo o el colapso de las materias primas debilitan el voto de la izquierda.
Los ciudadanos prefieren poder nadar hasta la orilla para sortear la crisis que lanzar flotadores al gobierno para que se mantengan a flote
Todas estas cuestiones remiten a escenarios negativos desde el punto económico y social que sitúan al PSOE, como ya ocurrió en la crisis económica que tuvo que admitir Rodríguez Zapatero, frente a un problema de credibilidad de muchos ciudadanos. Los ciudadanos no quieren perder los derechos logrados por el estado del bienestar, prefieren poder nadar hasta la orilla para sortear la crisis que lanzar flotadores al gobierno para que se mantengan a flote sin solucionar realmente los problemas que atañen a la sociedad. En Andalucía la situación económica va a ser el factor que va a decantar en gran medida estas elecciones.
La percepción de los ciudadanos es que la situación se agravará tras las vacaciones. Una vez más, será la economía y no otras cuestiones, las que llevarán a la izquierda a tener que replantearse su estrategia de llevar la campaña al recurrente conflicto ideológico utilizando la vieja dicotomía entre izquierda y derechas.