Pablo Iglesias, el verdugo que se hace la víctima
En España no hay ultras de derechas, pero sí hay, y mucho, radicales de izquierdas. La izquierda, con Podemos a la cabeza y, en menor medida, el PSOE, seguirá blandiendo el espantajo del “fascismo”
Una de las artimañas más antiguas, al tiempo que eficaces, en política es la de crear un enemigo o una amenaza, por muy irreal o falsa que sea, para movilizar a la población en torno a un objetivo común. En el caso de la izquierda patria, ese peligro a combatir ferozmente es, desde hace años, la “extrema derecha”, “Franco” o un “fascismo” que, en realidad, no existe.
Los datos que arroja el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) son elocuentes. La gran mayoría de los votantes se identifica con posiciones de centro y centro izquierda, siendo minoritario el porcentaje que se sitúa en los extremos del espectro político. Lo paradigmático en este caso es que los militantes de extrema izquierda, que representan a más del 9% del electorado, superan en mucho a los de extrema derecha (2,6%).
Es decir, en España no hay ultras de derechas, pero sí hay, y mucho, radicales de izquierdas. Dicho lo cual, poco importa la realidad. La izquierda, con Podemos a la cabeza y, en menor medida, el PSOE, seguirá blandiendo el espantajo del “fascismo”, representado antes por el PP y ahora también por Vox, para alcanzar sus fines electorales. Esta particular estrategia se evidenció a la perfección en la performance que tuvo lugar la semana pasada durante el debate electoral de la cadena Ser.
El comunista Pablo Iglesias aprovechó las dudas que vertió Vox sobre las famosas cartas con balas dirigidas tanto al líder de Podemos como al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, para agitar de nuevo con fuerza la falsa bandera de la “extrema derecha”.
El truco, en el fondo, es muy sencillo: convertir al verdugo en víctima. Y no es la primera vez que lo usa. En la campaña electoral de 2019, el partido morado se valió de una consultora chavista para idear el bulo de que las “cloacas del Estado” conspiraban en la sombra para torpedear las aspiraciones políticas de Podemos mediante todo tipo de artimañas y denuncias falsas.
El plan funcionó, ya que la operación logró frenar el desplome electoral de Iglesias, abriéndole, posteriormente, las puertas de la Moncloa tras al pacto alcanzado con el PSOE para gobernar. Ahora, la amenaza a vender no son las “cloacas del Estado”, sino el “fascismo” y el riesgo que representa para la continuidad de la democracia española. Y todo ello, bajo la excusa de que, según ellos, Vox no condena la amenazante carta que ha recibido Iglesias al poner en duda su autoría.
Dejemos a un lado el execrable apoyo y connivencia de Podemos con algunas de las peores tiranías del mundo, como Cuba, Venezuela o Irán. Olvidémonos, incluso, de que Podemos es un partido liberticida que quiere acabar con la libertad de prensa, la libertad de expresión, la economía de mercado o la democracia misma mediante la derogación de la Constitución y la salida de España de la UE y el euro. Centrémonos, simplemente, en si Iglesias y los suyos condenan o no la violencia. Basta con repasar algunos titulares de prensa:
•Podemos ve “lógico” los ataques e insultos a Cs en la marcha del orgullo
•Podemos justifica la violencia contra Vox en Vallecas: “Son unos pijos que han ido a provocar”
•Podemos impide que el Congreso condene la violencia callejera
•Pablo Iglesias cree que la violencia de ETA tiene “explicaciones políticas”
Podemos se niega a condenar el ataque a la sede de Cs en Pamplona: “Son discrepancias políticas”
•Pablo Echenique sobre la agresión a Rocío Meer (diputada de Vox): “Sólo hizo falta un poco de ketchup para que se tragaran un bulo”
•Podemos ataca a Rivera y le acusa de provocador después de ser recibido con estiércol y piedras en Alsasua•Podemos justifica un escrache a Villacís (Cs) a escasas horas de dar a luz
•Iglesias organiza un escrache a Rosa Díez (UpyD)
•Iglesias se reúne con la madre del asesino Rodrigo Lanza para apoyarle tras dejar tetrapléjico a un policía•Las fiestas de Podemos en Móstoles: disparar a políticos del PP
•Iglesias defiende que hayque “naturalizar” el insulto a periodistas
•Una edil de Podemos pide donaciones para el joven que pegó un puñetazo a Rajoy
•Podemos justifica la violencia callejera por la detención de Hasel
•Podemos alienta el “Rodea el Congreso” que acabó con disturbios en las calles y agresiones a diputados de Cs y PP
•Iglesias se “emociona” al ver a una turba dándole una paliza a un policía
•Podemos se niega a condenar las amenazas de muerte que recibió Rita Barberá (PP)
•Iglesias justifica la violencia políticacomo “el mayor acto democrático”
•Podemos premia a Isa Serra con un nuevo cargo como portavoz tras ser condenada por agredir e insultar a policía
•Iglesias defiendea Alfon, condenado por llevar material explosivo a una manifestación
•Podemos homenajea a Bódalo, condenado a tres años por agredir a un cargo socialista y a una embarazada…
Y así podríamos seguir hasta el infinito y más allá. Los únicos violentos que, hoy por hoy, existen en la política nacional, más allá de determinados grupos independentistas, son los comunistas de Podemos. Iglesias es un verdugo que se hace la víctima. Y si los españoles se tragan su burda y grotesca pantomima serán cómplices de todo lo malo que suceda en España en su ascenso al poder. Si votas comunismo, tendrás comunismo, si votas violencia, sin duda, tendrás violencia. Eso, y no otra cosa, es lo que representa y significa Podemos.