Otro golpe
El Gobierno sigue con su "atropello" judicial pese a la preocupación de Europa mientras Iglesias quiere elegir al juez que le juzgará
Con la reforma exprés que el gobierno de la Moncloa pretende llevar a cabo para tomar el control del Poder Judicial, tomando el bloqueo del PP como excusa, nos encontramos ante un ataque institucional a la independencia judicial. En toda regla. Sánchez se ha lanzado a diseñar un futuro órgano de los jueces a imagen y semejanza del gobierno.
Ir a la hemeroteca de este presidente, aparte de provocar una manifiesta melancolía entre quienes buscan un hilo de coherencia, resulta un esfuerzo baldío. Porque Sánchez es inmune a su propio archivo. Pero vale la pena recordar que el inquilino de la Moncloa, cuando era Pedro, decía que se podía entender con Podemos para aprobar un Ingreso Mínimo Vital “pero no para que jueces y fiscales estén a sueldo de Iglesias y Monedero”. Pablo Casado piensa lo mismo que él hace un tiempo. Pero Sánchez, amarrado a Iglesias por necesidad, ha cambiado de guión.
La intención de tomar el control en el Consejo general del Poder Judicial está condicionando el debate parlamentario y ha puesto en alerta al mundo de la judicatura. Una propuesta que, de paso, va a sortear todos los controles legales. Porque este gobierno no quiere que nadie le lea la cartilla. Ni siquiera en forma de recomendación como el Consejo de Estado.
El «atropello» para controlar a los jueces
Tics preocupantes por parte de quienes presumen de respetar las leyes. Los jueces españoles piensan pedir amparo. Tres de las cuatro asociaciones judiciales consideran hablan de “atropello”. Los fiscales de la Sala del Supremo claman por la defensa de la democracia. Si la asociación europea de jueces expresa su preocupación porque España está dando “un paso atrás”, habrá que reconocer que nuestro Estado de Derecho está sometido a observación.
Después de haber ‘confinado’ al Rey a voluntad de la agenda de Sánchez, el golpe al Consejo General del Poder Judicial, con la excusa de que el PP no se aviene a negociar su gobierno mientras Podemos aspire a colocar a sus peones, dejará un poco más tocada la maltrecha Constitución.
El PP lo denunció en sede parlamentaria. Iglesias, llegado el caso, quiere elegir al juez que le juzgue. De momento él presiona al Supremo para que no se le ocurra imputarlo por los presuntos delitos que ha visto el juez García Castellón. Iglesias quiere tomar posiciones en el órgano de los jueces. Para lo que venga después.
Iglesias, llegado el caso, quiere elegir al juez que le juzgue. De momento él presiona al Supremo para que no se le ocurra imputarlo
¿Existe algún otro motivo para retorcer el ordenamiento jurídico que la búsqueda de la inmunidad ante causas judiciales propias?
Todos los gobiernos de nuestra democracia han pretendido la politización de la justicia. Pero la Constitución prevé que los jueces y magistrados, designados por el Congreso y el Senado para conformar el CGPJ, sean elegidos por una mayoría cualificada de 3/5. Una condición que, por cierto, en Europa se considera, a todas luces, insuficiente.
Lo ha recordado estos días un hábil y oportunista viceministro de Asuntos Exteriores de Polonia al traer a colación que la UE tiene varios expedientes sancionadores contra su país por socavar la independencia judicial. Entre otros, por su sistema de elección del Poder Judicial por el Parlamento, con una mayoría de 3/5. Europa nos mira con recelo. La comparación con Polonia nos perjudica.
La reforma de la de la justicia: ¿Problema para acceder a los fondos europeos?
Puede que este último movimiento de nuestro gobierno pueda complicar el acceso a las ayudas financieras europeas. Lo veremos. De momento Sánchez nos deja en evidencia. Como no reúne esa mayoría para elegir a los jueces sin el concurso del PP, pretende rebajarla. Empieza a actuar como si la oposición no existiera.
Con este esquema ya no le haría falta el PP. ¿Se acabarán los pactos transversales para cuestiones de Estado?
Sanchez, en el Congreso acusó al PP de “antisistema” y “anticonstitucional”. Una forma explícita de justificar su estrategia de confrontación con el centro derecha. Primero lo proscribe y luego lo descalifica ¿Como va a pactar quien gobierna con Podemos, con un partido extremo e, incluso, anticonstitucional?
En plena pandemia, a Sanchez e Iglesias les han entrado unas prisas notables por controlar el Poder Judicial. Otro golpe. Con la posible imputación de Iglesias. Con los socios independentistas que intentaron dar un golpe a la Constitución, esperando en prisión una amnistía. Con la reforma del delito de sedición ya encargada. Para cuando lleguen los fallos sobre los recursos al Tribunal Constitucional y al Consejo de Europa se habrá consumado el atropello institucional. De las referencias modélicas de un país que supo conducir la Transición con respeto y consenso, no van a quedar ni las ascuas.