No pongas tus sucias manos sobre Zola
El independentismo debe pedir perdón por patrimonializar Cataluña, fracturar la sociedad y excomulgar a los no independentistas
Manuel Vicent, en la desaparecida revista Triunfo, publicó un celebrado artículo titulado: No pongas tus sucias manos sobre Mozart (1981).
El protagonista del artículo, harto de los ruidosos, alborotadores y maleducados amigos de su hija, que destrozaban la paz del hogar con sus gritos y músicas, reaccionó cuando pretendieron llevarse a la ‘madriguera’ de la chica la Sinfonía número 40 de Mozart.
El independentismo catalán pretende agenciarse del ‘J’accuse’ de Zola
Fue entonces cuando espetó a su hija: “¡¡¡ Mozart, no!!! ¡¡No pongas tus sucias manos sobre Mozart!!”.
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Hoy, casi cuarenta años después, recuerdo el artículo de Manuel Vicent, pero con otros protagonistas y título: No pongas tus sucias manos sobre Zola.
Hoy, el independentismo catalán, ante el juicio contra algunos de sus compañeros por presuntos y graves delitos, pretende agenciarse del J´accuse que Émile Zola publicó –a propósito del caso Dreyfus– en la primera página del diario parisino L´Aurore del 13 de enero de 1898.
El independentismo acusa al Estado de falsificar pruebas para justificar un juicio político injusto
El independentismo catalán, a la manera de Émile Zola, denuncia al Estado por –dicen- construir o falsificar pruebas para justificar un juicio político injusto y una sentencia condenatoria redactada de antemano. Y, como el escritor francés, propaga su particular Yo acuso.
Al independentismo catalán, al modo de ese Manuel Vicent que desmenuza hechos, ideas y creencias, le digo: ¡¡¡Zola, no!!! ¡¡No pongas tus sucias manos sobre Zola!!.
Las pruebas contra el independentismo
Y le digo algo más:
1. Admite que has pervertido y banalizado ideas como ‘democracia’, ‘referéndum’, ‘poner las urnas’, ‘votar’, ‘mandato democrático’, ‘división de poderes’, ‘derecho de autodeterminación’, ‘preso político’ o ‘exilio’.
2. Admite que te has instalado fuera de la realidad y has convertido la política en una cuestión emocional y estomacal que conduce al abismo.
3. Admite que en 2017 subvertiste la legalidad autonómica y constitucional el 6 y 7 de septiembre, provocaste el tumulto el 20 y 21 de septiembre, convocaste y celebraste el referéndum ilegal el 1 de octubre, anunciaste la independencia el 27 de octubre. Y el juego salió mal.
4. Admite que burlaste la legalidad democrática, el Estado de derecho, el Derecho Internacional, el Parlament, a la práctica totalidad de los ciudadanos de España y a más de la mitad de los ciudadanos de Cataluña.
5. Admite que fuiste desleal con el Estado de derecho y cometiste –el Tribunal Supremo dirá la última palabra- flagrantes ilegalidades.
6. Admite que el independentismo catalán no es amor, sino la manifestación peculiar de un egoísmo y un narcisismo de las pequeñas diferencias que cree tener derecho a todo por ser lo que es.
El independentismo debe aceptar que pretenden un régimen de vocación autoritaria
7. Admite que -¿a la manera franquista?- que estás conformando un régimen y un movimiento nacional que coopta sus miembros vía partido único. Familia, municipio, sindicato y medios. Léase Crida, ANC, Òmnium, AMI, Intersindical y medios copartícipes y afines.
8. Admite que se trata de un régimen de vocación autoritaria basado en la oposición ‘nosotros’ versus ‘ellos’, el clientelismo, y la manipulación de la consciencia de una ciudadanía crédula y devota proclive al integrismo identitario excluyente.
9. Admite que la propuesta de ‘referéndum o referéndum’ evidencia la voluntad de chantaje, la incapacidad para negociar y la propensión al incumplimiento de la ley.
10. Admite que no eres la víctima de un Estado represor antidemocrático, sino el sujeto agente que arremete contra la legalidad democrática del Estado de derecho.
11. Admite que el juicio contra los independentistas no es un ataque a la democracia, sino un acto de legítima y democrática defensa de la democracia frente a quienes impugnan la convivencia y el derecho.
12. Admite que el juicio contra los independentistas no manifiesta el contraste entre la dignidad de quien pone urnas y la vergüenza del Estado que teme a la democracia, sino entre la dignidad del Estado de derecho y la vergüenza de quien teme a la democracia y por eso transgrede sus reglas.
13. Admite que el juicio contra los independentistas no es político, sino jurídico. Cosa que te has ganado a pulso.
14. Admite que el juicio contra los independentistas es una vergüenza. La vergüenza de quien, de forma malévola, a la manera del independentismo, incumple sistemáticamente la legalidad democrática.
15. Admite que la Revolución de la Sonrisa –expresión inapropiada para quien siempre está enojado consigo mismo y los demás- ha roto más de un plato. Y quemado contenedores, pinchado ruedas, depositado excrementos o lanzado piedras, vallas y botes de pintura.
16. Admite que no tienes patente de corso, ni puedes apropiarte de la dignidad de un pueblo.
El futuro del independentismo
Y al independentismo catalán le digo más:
1. Olvídate de la impostura, la obsesión, la imposición, el engaño, la mentira, la farsa, la fantasía, la fábula, el soliloquio, la propaganda obscena y el libelo. También, del proselitismo y el histrionismo.
2. No uses el nombre de Zola en vano para confundir los papeles de víctima y verdugo; construir relato, falacias, imágenes, sentimientos, emociones, agravios y enemigo; cohesionar al mundo independentista; para recalentar el ambiente y movilizar a la masa.
3. No uses el nombre de Zola en vano para vender la moralidad y legitimidad que necesitas, y no tienes, con el objeto de continuar el desafío que debe conducir –eso piensas- al momentum o impulso final que lleva a la ruptura con el Estado.
El perdón
Rectifica y pide humildemente perdón.
Rectifica: renuncia a la demofobia, al populismo nacionalista autoritario y al estado superior del subdesarrollo político. Abraza la legalidad democrática y el Estado de derecho. Vuelve al mundo real, haz política y no añadas nuevos males a los ya causados.
Pide humildemente perdón: por patrimonializar Cataluña, fracturar la sociedad, colonizar o excomulgar a los no independentistas, infantilizar la política, propiciar la huida de capitales e inversiones, crear una realidad paralela, instigar el conflicto, generar fanatismo y chovinismo.
Así concluyó Manuel Vicent su artículo de Triunfo: desacomplejado, el protagonista de la historia “echó [una licencia retórica] de casa a patadas a aquella panda de golfos” y hoy es “un hombre [no se trata de una licencia retórica] ya liberado”.
De la prensa: en el techo del Salón de Plenos del Tribunal Supremo, hay un fresco de Marceliano Santamaría (1924), que “los acusados tendrán sobre sus cabezas”, conocido como “La Ley triunfando sobre el mal o El vencimiento de los delitos y los vicios ante la aparición de la Justicia”.
Zola no lo hubiera dibujado mejor.