No hay ruptura entre ERC y el PSOE sino disenso acordado

En plena campaña de Castilla León, al PSOE le habría perjudicado electoralmente aparecer en manos de ERC

La convalidación en el Congreso de la reforma laboral salió adelante con la anómala suma de Podemos con Cs, los restos de CDC y el error de un diputado del PP, tras la ‘espantada’ de dos miembros de UPN. En apariencia, eso abriría una brecha en el bloque gubernamental que viene sustentando a Pedro Sánchez desde la moción de censura de julio de 2018 pero en realidad no es así.

La reforma laboral pactada entre sindicatos y el patronal está tutelada desde Bruselas y, lejos de cumplir la promesa de total derogación realizada por todos los partidos que forman parte del Frankenstein, lo que hace es consolidar los principios básicos de la reforma de 2012 impulsada por Mariano Rajoy y Fátima Báñez, hoy alto cargo de CEOE.

Los portavoces de Unidas Podemos Pablo Echenique (i) y ERC, Gabriel Rufián durante el pleno del Congreso que se celebra esta tarde en la Cámara Baja. EFE/ Miguel Oses

ERC y Bildu no querían votar una reforma que, lejos de cambiar nada, ensalza la legislación del PP. Podemos tampoco estaba cómodo pero Ione Belarra e Irene Montero han quedado reducidas a cenizas ante la brillante estrella de Yolanda Díaz. Tanto brilla que Pablo Iglesias y su entorno desean que sea estrella, pero fugaz.

Yolanda Díaz, consciente de que no hay peor enemigo que el fuego amigo, acudió a Barcelona a suplicar a ERC que votará con ella la reforma. Pero los republicanos, siempre temerosos de Junts y con un ojo puesto en la competencia electoral con el PSC y con los Comunes, la marca catalana de Podemos, hicieron sus cálculos y no escucharon los cantos de sirena de Yolanda Díaz que prometía, sin encomendarse a Pedro Sánchez, todo tipo de concesiones y prebendas futuras a cambio del voto a la reforma laboral.

Los teléfonos entre el Palau de la Generalitat y Moncloa no han estado callados estos días. Mientras Díaz, a pesar del apoyo entusiasta de los sindicatos, volvía de vacío de su peregrinación mendicante a Barcelona, Aragonés prometía a Sánchez que no tenía nada que temer.

Cuando el PSOE abrió negociaciones con Cs, UPN, CC y otros grupos menos entusiastas de las frivolidades ‘sanchistas’ en ERC se frotaron las manos. Los Comunes de Ada Colau quedarían como timoratos centristas y los republicanos podrían seguir su estrategia de seguir penetrando en los sindicatos. No olvidemos que la consejera Bassa, condenada en el juicio del ‘procés’, era la máxima dirigente de UGT en Girona. Así, podrían robar votos a los Comunes y podrían desmentir el mantra de los de Puigdemont de que ERC es un apéndice domesticado del PSOE.

El PSOE aprueba un decreto clave en plena campaña de Castilla y León

A su vez el PSOE consigue aprobar un decreto clave en una semana en la que, en plena campaña electoral de Castilla León, aparecer en manos de ERC le hubiera perjudicado electoralmente a la vez que termina con el paseo triunfal de Yolanda Díaz, que había osado a desafiar a Sánchez cuando dijo eso de “sacar a la izquierda de su rinconcito” en clara alusión de que aspiraba a arañar votos al PSOE.

En su columna semanal de los lunes en La Vanguardia, Iván Redondo, otrora susurrante al oído de Sánchez y hoy proscrito en el exilio de la dura vida cotidiana que vivimos el resto de los mortales, auguraba una semana tras otra las posibilidades de que Díaz acabara siendo presidenta del Gobierno.

Es difícil saber si la predicción de Redondo era mera venganza o realidad demoscópica pero Sánchez, alguien que tiene el mismo espíritu piadoso que Frank Underwood en House of Cards, decidió no esperar a saberlo y actuar.

La reforma laboral se aprobó con un pacto hacia el centro y Pablo Iglesias bajó los humos a Díaz, que ahora ya sabe qué significa no ser del cerrado núcleo de la Complutense que rodea al nuevo jarrón chino de la política española que es Iglesias.

Sánchez ha demostrado que tiene capacidad de jugar partidas simultáneas de ajedrez, ese juego que tanto le gusta a Redondo, ya sea a su izquierda o a su derecha. Y ERC sale ganando. Las municipales se acercan y en Barcelona en las últimas elecciones municipales los comunes de Colau ganaron por poco a los republicanos, que quedaron en segundo lugar. Lo que en ERC consideran fracaso de Díaz, les permite presentar a la vicepresidenta ante sus electores como una oligarca que se pliega frente a Bruselas y la CEOE. Y eso, al parecer de los estrategas republicanos, les viene bien para sus intereses, dado que Díaz es una adversaria electoral temible para ellos.

La próxima estación de esta batalla es la reforma de la Ley concursal en pocos días. Veremos ahí cuáles son las replicas del terremoto de la votación de la reforma laboral.