No habrá referéndum

Los partidos soberanistas buscan cómo encontrar una salida, que sólo pasa por convocar elecciones y tratar de llegar a acuerdos

Gemma Nierga ha entrevistado a Miquel Roca i Junyent. El programa ha sido emitido por TV3. Roca es uno de los padres de la Constitución. Por lo tanto sabe de qué habla. Nierga le pregunta si es posible un referéndum en Cataluña. Roca es claro: “con la actual Constitución es ilegal. Se tendría que reformar”.

Esta afirmación se contradice con el pensamiento que están extendiendo por el país los miembros de la CUP. Hemos de hablar a parte del PDEcat y ERC. En privado estos últimos están buscando una solución para no tenerlo que hacer. Los de las CUP, como antisistema que son, les importa muy poco que sea o no legal. Ellos van a la suya y ya les está bien todo lo que pase. Tanto en positivo como en negativo. En una palabra: van a la suya.

Me comenta un amigo de ICV que en septiembre, al no poderse convocar el referéndum legal o pactado, Puigdemont convocará elecciones. Quizás es la salida más razonable a un conflicto que lleva años enquistado. Puigdemont dijo que estaría 18 meses. El plazo está casi cumplido. No hay independencia. Obligatoriamente tiene que dimitir y dar paso a un nuevo concepto político que ha de dirigir Cataluña.

Este nuevo concepto político tiene un gran reto: no quedar como un traidor. Y es que el conflicto lo tienen dos grupos políticos. Tanto PDEcat como ERC vendieron la película a los ciudadanos que la independencia era posible. Sabían que no era verdad. Unos -los de ERC- llevan en sus genes la independencia. No pasaba lo mismo con CDC. Por lo tanto, cuando se explique la verdad y cuando los ciudadanos conozcan que uno de los dos pactará con Madrid una serie de preceptos para salir airosos del asunto, inmediatamente uno será el traidor y el otro el salvador de la patria.

¿Qué preceptos se han de pactar o piensan pactar con Madrid? Junqueras puede o podría pactar un reconocimiento de la identidad nacional catalana; competencias identitarias exclusivas; un tope en el fondo solidario y una agencia tributaria compartida; y unas decisiones generales a través del Senado. Todo esto se debería refrendar con un referéndum –que taparía el actual- aceptando estas cuestiones. Tema solucionado. Todo esto pasa por unas elecciones, la elección de Junqueras, y la difícil tarea –para ERC- de pactar con Madrid.

El problema en el soberanismo es que nadie quiere aparecer como un traidor

La cruda realidad es esta. Aunque los patriotas no lo quieran ver. Mienten al decir que España no quiere un referéndum. No es cierto. Un referéndum es imposible con la actual constitución. Nada tiene que ver, cuando ponen ejemplos, otros países de Europa o América. Las constituciones inglesas o americanas son tan distantes de la nuestra como lo está Vancouver de Madrid. Recientemente Raúl Romeva declaraba en 8TV que tendríamos que parecernos a Suiza. Que ha estado estudiando y hablando con políticos de este país y allí todo pasa por referéndums. Y tiene razón, pero su constitución y su distribución cantonal difiere muy mucho de la española.

Hace tiempo el Tribunal Constitucional le dijo a Ibarreche y a Mas que si querían un referéndum fueran por la vía legal. Esto es, convencer al Congreso y al Senado para cambiar la Constitución e incluir la posibilidad de un referéndum identitario o independentista. Ibarreche no convenció ni a los suyos. Mas no tuvo bemoles de debatir su posicionamiento en el Congreso. Eso sí, ha seguido en sus trece. El tema es fácil de resolver: convencer a los demás.

Con la actual Constitución, el referéndum es imposible, y queda un acuerdo con Madrid y elecciones

Pero esto no les interesa. Es más fácil decir que España es muy mala y no asumir que son unos incompetentes en la gestión no sólo de Cataluña, sino de sus principios elementales. Dicho de otra manera, la culpa siempre es de los demás.

Por eso al nuevo presidente de la Generalitat –ya sea en septiembre o a principios de 2018- le queda afrontar un gran reto. En primer lugar sacarse de encima a las CUP y a las rémoras que los acompañan. Empezar a trabajar en positivo para la finalización del proceso. Hablar mucho con Madrid. Y llegar a un pacto. La cabeza de turco será el Pdecat por no haber sabido gestionar su poder. Para ERC puede ser un gran reto. Esto puede romper o no el partido. Pero ERC sabe lo que es tener un mártir en sus filas. No les viene de uno.

Y finalizo con una reflexión. Hay dos personajes en activo de los que nadie habla, pero que aún están moviendo los hilos de la política catalana. Pueden ser juzgados, vilipendiados y humillados públicamente, pero su poder sigue siendo grande. Más uno que otro. No nos olvidemos que la actual Cataluña la construyeron ellos. A pesar de todo no dejaran que las cosas evolucionen si su consentimiento. Sus nombres: Jordi Pujol y Marta Ferrusola.